La energía oscura del cerebro, ¿qué es?
La energía oscura del cerebro es un concepto que se está abriendo paso en la ciencia actual. Esta expresión hace una analogía entre la energía oscura del universo y la forma como se dan los procesos cerebrales. De momento, es tema de estudio y al respecto solo hay hipótesis.
La teoría de la energía oscura del cerebro surgió a partir de una inquietud que llamaba la atención de los científicos: ¿por qué el cerebro gasta la misma cantidad de energía cuando está atento al mundo, que cuando está en reposo? Y, al mismo tiempo, ¿por qué este órgano gasta tanta energía?
Hasta el momento no hay una respuesta definitiva para ninguna de esas preguntas. Sin embargo, una de las posibles explicaciones está en la energía oscura del cerebro. Veamos de qué se trata y por qué se le toma cada vez más en serio.
“La materia oscura de la mente, el subconsciente, tiene la mayor gravedad psíquica. Cuando no tenemos en cuenta la materia oscura del universo, aparecen las anomalías; cuando ignoramos la materia oscura de la mente, nuestra irracionalidad resulta inexplicable”.
-Joel Gold-
¿Qué es la energía oscura?
La ciencia solo empezó a hablar de energía oscura en 1974. Vera Rubin, una astrónoma estadounidense, notó que las estrellas que orbitaban alrededor de un agujero negro, como la nuestra, lo hacían siempre a la misma velocidad, independientemente de la distancia a la que estuvieran del centro del agujero.
En principio, esto no debía ocurrir. En nuestro sistema solar, por ejemplo, cuanto más lejos esté un planeta del sol, más lenta es su órbita. Esto es debido a la fuerza de gravedad. Por lo tanto, los científicos dedujeron que debía haber “algo más” allí, con mayor gravedad, pero que no se podía ver. Ese algo era la materia oscura.
Aún no se sabe qué es en realidad la materia oscura, pero sí que conforma el 23 % del universo. En tanto hay materia oscura, también hay energía oscura, ya que la materia es la concentración de energía. Se estima que el 73 % del universo está conformado por energía oscura. Así las cosas, el 96 % de todo lo existente es materia o energía oscura. O sea, solo percibimos el 4 % de lo que existe.
La energía oscura del cerebro
En 2006, el científico Marcus E. Raichle publicó un célebre artículo en la revista Science. Se llamaba La energía oscura del cerebro. En ese texto intentaba responder a una pregunta que tenía y sigue inquietando a muchos investigadores: ¿por qué el cerebro necesita tanta energía? Hay que tomar en cuenta que el cerebro corresponde solo al 2 % del peso del cuerpo, pero consume el 20 % de la energía total del organismo.
En principio se puede responder que necesita de toda esa energía para procesar la información que proviene del mundo externo. Al fin y al cabo, tiene que percibir, organizar y tramitar esos estímulos, pero al mismo tiempo seleccionar los datos que va a tomar en cuenta y los que no. El punto es que la ciencia ha comprobado que en ese procesamiento de información el cerebro solo gasta un 1 % de la energía que consume.
Al igual que ocurrió con el descubrimiento de que las estrellas estaban influidas por una masa y una energía invisible que las llevaban a comportarse de manera inusual, surgió la hipótesis de que en el cerebro también hay una materia y una energía oscura. Tal y como sucede con el universo, no se sabe qué es.
Las hipótesis sobre la energía oscura del cerebro
Los científicos más conservadores piensan que la energía oscura del cerebro es empleada por este órgano para regular la homeostasis del organismo. Esto es, el equilibrio interno de las funciones orgánicas para preservar la salud.
Otros investigadores creen que esa energía oscura está asociada al funcionamiento del inconsciente. Piensan que en esa dimensión se dan muchos más procesos que en el marco de la conciencia y es allí donde el cerebro gasta ese 19 % de energía que no se sabe a dónde va. Sustentan estas afirmaciones en estudios como el que probó que el inconsciente tiene 200 000 veces mayor capacidad de procesamiento que la conciencia.
Otro estudio de Daniel Gilbert evidenció que la mente divaga durante el 46 % del tiempo, lo que vendría a reforzar esta hipótesis. De momento no hay datos concluyentes. Lo que sí existe es un interés creciente en comprender estos fenómenos y sigue avanzándose en ello.
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- Dijksterhuis, A. (2005). The power of the subliminal: On subliminal persuasion and other potential applications. https://philpapers.org/rec/DIJTPO.
- Killingsworth, M. A. & Gilbert, D. T. (2010, 12 noviembre). A Wandering Mind Is an Unhappy Mind. Science Vol 330, Issue 6006 DOI: 10.1126/science.1192439. https://www.science.org/doi/10.1126/science.1192439.
- Raichle ME. Neuroscience. The brain's dark energy. Science. 2006 Nov 24;314(5803):1249-50. Erratum in: Science. 2007 Jan 12;315(5809):187. PMID: 17124311.