¿Es posible sanar el trastorno obsesivo compulsivo?
Una persona con TOC es víctima de un problema que vale la pena ser hablado y trabajado. Un trastorno obsesivo compulsivo no significa que a la persona le encante ser ordenada al máximo, sino que está enferma.
Las sensaciones más frecuentes en los pacientes con un trastorno obsesivo compulsivo son ansiedad, depresión, desasosiego y necesidad de control. Esto afecta en la vida cotidiana, en el desempeño como profesional y en la relación con los demás.
Se ha estado investigando mucho en relación a este trastorno (y no se han detenido los estudios, afortunadamente), por lo que se sabe que el típico “círculo vicioso” que rodea a un paciente se puede romper en cualquier momento de su vida. Es posible, entonces, eliminar el TOC al comprometerse en el proceso de cambio que plantea el profesional (psicólogo o psiquiatra).
Pasos para vencer un trastorno obsesivo compulsivo
El primer paso consiste en decidirse a vencer el problema. Puesto en palabras puede parecer sencillo, pero no tanto en las acciones porque la persona debe aceptar su condición. Eso es lo más complicado. “Yo no soy obsesiva de la limpieza”, “no es que me encante el control”, “nunca me he dado cuenta que no piso las líneas de la acera”, son solo algunos ejemplos más frecuentes de no aceptar la realidad, pero hay un sinfín más.
Una vez que la persona está plenamente consciente de que padece un trastorno obsesivo compulsivo (que se puede manifestar en una o más acciones), es preciso que esté de acuerdo en enfrentarlo y, obviamente, vencerlo. Así, podrá asumir una actitud positiva y estará comprometido a aceptar los cambios.
El paso siguiente: debe demostrar estar convencida de que puede superar el problema. Es decir, se deben poner en práctica las tareas que el terapeuta indique, afrontando la ansiedad de una manera diferente. Es común que tras la consulta todavía haya personas reticentes a las modificaciones en su conducta o en su rutina, siempre motivada por el miedo.
Consejos para enfrentarse a un trastorno obsesivo compulsivo
Hay técnicas efectivas en un tratamiento para pacientes con rasgos obsesivo-compulsivos. Algunas de ellas son las siguientes:
1. Concienciación
Es fundamental admitir que las preocupaciones son irracionales y que no tienen una base real sustentada. Uno de los objetivos de las costumbres o rituales es calmar la ansiedad, sin embargo, muchos consideran que si no los llevan a cabo, algo sumamente trágico ocurrirá en sus vidas o de quiénes lo rodean.
Si no se lavan las manos a cada rato (uno de los TOC más comunes), se enfermarán. Se deben eliminar, entonces, las bases de esa acción habitual, las compulsiones a pensar o actuar siempre de la misma manera y los pensamientos irracionales.
Las preocupaciones no tienen una base real, suelen ser una exageración de los hechos. ¿Qué pasa si no se realiza ese ritual? La vida sigue sin problemas, aunque es verdad que la ansiedad puede aumentar. Sin embargo, al cabo de unos minutos empezará a disiparse.
Eliminar sentimientos o pensamientos catastróficos es vital en el proceso. Recordar el pasado cuando esas acciones no se llevaban a cabo y nada malo ocurría.
2. Comprensión
Hay que comprender que los rituales no son la única manera de calmar la ansiedad. Tranquilizan solo por el momento en que se están realizando, pero al cabo de unos minutos u horas, vuelve a aparecer esa horrible sensación. En el largo plazo, a su vez, sólo agudizan el problema.
Es una especie de “válvula de escape” momentánea, pero bajo ningún aspecto, la solución definitiva, ni siquiera, parcial. Hay otras estrategias eficaces para reducir los niveles de ansiedad, como ser respirar lentamente, practicar meditación o yoga, escuchar música relajante, darse un baño de inmersión, etc.
Todos los que padecen un trastorno obsesivo compulsivo están convencidos de que si no realizan tal o cual ritual, el malestar, la ansiedad o los nervios que experimentan, permanecerán. Sin embargo, poner a prueba esa creencia es la mejor forma de refutarla. ¿Cómo? Con las técnicas mencionadas anteriormente u otras que sean más eficaces para cada uno.
3. Aceptación
Hay que aceptar las obsesiones. Es común que los pacientes con TOC se avergüencen de su condición y que por ello no lo acepten. Es difícil escucharlos decir que se trata de una obsesión absurda, de una rutina sin fundamentos, etc. Seguramente evitarán el tema, encontrarán cualquier tipo de excusa para tener razón, escaparán de la realidad.
Nada de ello ayuda en el cuadro. Se ha demostrado que cuánto más se intenta esconder algo, más sale a la luz. Lo mismo ocurre con la necesidad de negar un problema, porque más se refuerza. La mente está entrenada para repetir una y otra vez los mismos parámetros porque se siente cómoda en esa posición. Cuando algo desequilibra esa rutina, no sabe para “dónde correr”, está como “acorralada”.
Los que sufren de una obsesión o compulsión pasan por este proceso una y otra vez. Es difícil que salgan de su zona de confort, sin embargo, es preciso que comprendan que si mantienen esa postura pueden padecer consecuencias mucho más graves. Por ejemplo, alejar a los familiares o pareja, dejar de ser eficaz en el trabajo, no encontrar el amor, etc.
También añadir que el TOC implica un miedo irracional hacia un pensamiento de catástrofe, de tragedia, de malas noticias. No se puede evitar siempre el peligro, pero sí estar alertas, nada más.
Terapia Cognitivo-Conductual
Diferentes autores afirman que la TCC es la mejor estrategia para abordar este trastorno. Desde este enfoque se permite también abordar la depresión en este tipo de pacientes en caso necesario. La TCC se enfoca en la modificación de los esquemas cognitivos del paciente controlando, de esta forma, sus obsesiones y conducta (Peralta, 2014).
Por otro lado, el inconveniente con este tipo de trastornos es que el tratamiento comienza cuando el problema está avanzado. La falta de información y las falsas creencias con respecto a las enfermedades mentales conllevan el retraso en la intervención de estos pacientes. Sin embargo, no por ello debemos caer en el pesimismo, al contrario, una vez detectado el trastorno, debemos ponernos manos a la obra y veremos como poco a poco nuestro día a día mejorará notablemente.