¿Es posible tener orgasmos mientras duermes?

El cerebro, aunque resulte curioso, es el órgano más sexual. De hecho, hasta es capaz de lograr que alcancemos orgasmos mientras estamos dormidos. ¿Te ha pasado? ¿Sabes cuáles son los mecanismos responsables de este fenómeno? Lo analizamos.
¿Es posible tener orgasmos mientras duermes?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 03 julio, 2020

Nadie nos toca, ni siquiera nosotros mismos; sin embargo, el cuerpo experimenta una oleada de repentino placer mientras estamos envueltos entre las sábanas… durmiendo. ¿Es posible tener orgasmos mientras duermes? Esa sensación repentina y agradable que surge en el universo de lo onírico recibe el nombre de sleepgasm y es, cuanto menos, un tema interesante.

Cerca del 90 % de las personas sabe de qué estamos hablando. Sin embargo, no deja de resultar curioso que el cuerpo sea capaz de lograr ese clímax sin tener contacto con nada ni nadie. Solo cuando el cerebro, quien enfrascado en sus tareas nocturnas mientras nos proporciona un descanso reparador, decide regalarnos también (de vez en cuando) un súbito instante de bienestar porque así lo decide.

Es cierto que los hombres empiezan un poco antes en “este mundo nocturno de los sueños húmedos”. Es durante la pubertad cuando descubren por primera vez qué son las «poluciones nocturnas», algo que sigue apareciendo en la edad adulta. Las mujeres, por su parte, se inician en esos placeres oníricos un poco más adelante, tomando conciencia también de que el sueño es otro escenario de lo más sugerente para alcanzar orgasmos.

No obstante ¿cómo es esto posible? ¿por qué hay personas que pueden lograr el clímax en pleno descanso nocturno, pero no con una pareja sexual? Lo analizamos a continuación.

Chica pensando que es posible tener orgasmos mientras duermes

Sí, es posible tener orgasmos mientras duermes (y esta es la explicación)

No hace falta estar despierto para sentir placer. No podemos negar que, en ocasiones, el mundo del sexo tiene sus complicaciones, que las relaciones tiene sus desafíos, altibajos y problemas singulares. Sin embargo, el hecho de cerrar los ojos, caer en un sueño reparador e ir a parar a una fantasía de lo más sensual que termina en orgasmo no deja de sorprendernos.

Todo esto nos demuestra una vez más que no hay órgano más sexual que el cerebro. No es necesaria la estimulación física para sentir placer, no hace falta una pareja sexual ni un juguete erótico, bastan nuestros pensamientos, sueños más singulares y deseos más profundos.

Ejemplo de ello lo tenemos en un estudio llevado a cabo por los doctores Barry R.Komisaruk y Beverly Whipple, un trabajo que más tarde se recogió en un libro titulado The science of orgasm. En esta investigación demostraron que las mujeres logran experimentar placer a través del pensamiento, las fantasías y las imágenes mentales. Es más, el cerebro reacciona del mismo modo que en un orgasmo producido por masturbación.

Basta con la mente y ese cerebro sensacional que nos demuestra que es posible tener orgasmos mientras duermes. Conozcamos ahora a los mecanismos biológicos responsables de este fenómeno.

Sueños placenteros y la fase REM

Admitámoslo, pocas etapas del sueño nos parecen tan fascinantes como la enigmática fase REM (Rapid eye movement). Nos atrae porque es ese momento de nuestro descanso nocturno en el que surgen los sueños son más intensos y vívidos

No sabemos por qué ocurre esto, desconocemos por qué soñamos y la razón por la que el cerebro está tan activo justo en ese instante, oscilando entre abundantes y descompasadas ondas theta y beta. Es precisamente esa hiperactividad la que provoca que este órgano requiera de más oxígeno; así, la sangre fluye de pronto con más fuerza por nuestro cuerpo, pasando obviamente por el área genital.

Por si no fuera poco, se eleva el aporte de serotonina y dopamina, generando así una intensas descargas hormonales que propician una grata sensación de relajación y bienestar. Todo esto, acaba facilitando que sintamos cierta excitación. Si además esa sensación se acompaña de unas imágenes oníricas estimulantes, ya tenemos todos los ingredientes para disfrutar de nuestro sueño húmedo.

Hombre pensando que es posible tener orgasmos mientras duermes

Es posible tener orgasmos mientras duermes y no tenerlos cuando estás despierto

En ese sugerente escenario de lo onírico y lo sexual hay una particularidad. Es posible tener orgasmos mientras duermes y no poder alcanzarlos cuando estás con tu pareja. De hecho, ese es un problema común y una pista evidente de que podemos padecer algún problema psicológico que dificulta el poder disfrutar plenamente del sexo.

En ocasiones, factores como la ansiedad, las preocupaciones, la vergüenza, la inseguridad con nuestra imagen corporal ponen muros a la mente y apagan el deseo, sofocan la excitación e impiden disfrutar plenamente de esos instantes de intimidad. En cambio, cuando estamos sumidos en nuestro descanso nocturno y esas barreras psicológicas caen, uno puede experimentar auténtico placer, evidenciando así, que no hay un problema fisiológico, que todo es mental.

Para concluir, los sueños húmedos y esos orgasmos nocturnos nos demuestran quizá algo todavía más interesante. La sexualidad forma parte de nosotros, es una parte más de nuestra biología, de nuestro comportamiento, de la propia naturaleza. Es más, el hecho de que podamos experimentar una respuesta sexual solo con imágenes mentales y sin ningún otro tipo de estimulación evidencia que aún tenemos mucho que aprender sobre nuestra sexualidad.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Whipple, B., Ogden, G., & Komisaruk, B. R. (1992). Physiological correlates of imagery-induced orgasm in women. Archives of Sexual Behavior21(2), 121–133. https://doi.org/10.1007/BF01542589

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.