Espronceda: biografía del poeta romántico
El gran poeta del primer romanticismo en España es, sin duda, José de Espronceda. Su nombre, junto al de Larra o Bécquer, aunque este último es más tardío, destaca especialmente cuando hablamos de Romanticismo.
La poesía de Espronceda es bien conocida por la mayoría de la población y, especialmente, en el ámbito literario. No es muy difícil encontrar estudios sobre su obra y hasta podemos toparnos con estudios comparativos entre el español y Lord Byron.
Su poesía se caracteriza por cierto gusto por el contraste, las descripciones, la abundancia de adjetivos… Espronceda se inspira en figuras procedentes de la historia, pero también de tiempos legendarios. Es un romántico rebelde, desesperado, que también participa en la política. Por ello, de alguna manera, nos recuerda profundamente a otro romántico, al romántico de los periódicos: Larra.
Espronceda cultivó varios géneros, como el de la novela, Sancho Saldaña, o el del teatro, además de ejercer en varias ocasiones como periodista. Pero su actividad más reconocida es la poesía. De hecho, si has estudiado en España, seguramente, en el colegio, te enseñaron esos versos que componen La Canción del Pirata.
En este artículo, te invitamos a descubrir, un poco más, la vida y obra de Espronceda. Cuando nos enseñaron La Canción del Pirata, no le dimos demasiadas vueltas, pero desde la madurez, surgen algunas preguntas: ¿Por qué un pirata como protagonista? ¿Puede un pirata ser el héroe romántico?
Vida
José de Espronceda nace en Almendralejo (Extremadura, España) en 1808. La política y la literatura marcarían su vida. Ya en su juventud, intentó vengar la muerte de Riego y fundó una asociación secreta revolucionaria que le conduciría a ser recluido en un monasterio. En este momento, comenzó a componer Pelayo, un poema épico sobre la conquista musulmana en España que quedó incompleto.
Tras salir de su reclusión, regresó a Madrid, pero no por mucho tiempo. El contraste de sus ideas con la realidad del país le llevarían al exilio. Primero estuvo en Gibraltar, luego en Lisboa y, finalmente, en Londres. Su vida se vio marcada por encarcelamientos y expulsiones consecuencia de su ideología. Posteriormente, y tras una estancia en París, regresó a España.
Espronceda está claramente influenciado por Lord Byron. Byron introducía una despedida final tras sus cánticos, algo que también haría Espronceda en alguno de sus cantos. Ambos citan a Platón y Horacio, explican las fuentes de sus poemas y toman a Aristóteles como modelo de arte. El crítico literario Esteban Pujals dedica un estudio a esta relación que queda recogido en Espronceda y Lord Byron (1951). Donde apunta, además, que mientras Byron destaca en lo épico y lo narrativo, Espronceda es superior como poeta lírico.
Paralelamente a su carrera literaria, desarrolló una importante actividad política. En sus últimos meses de vida, como consecuencia de su actividad política, fue parlamentario del Partido Progresista . Sin embargo, murió de forma prematura a la edad de 34 años como consecuencia de la difteria. A su muerte, era considerado un gran poeta, había alcanzado el éxito. Por ello, su entierro fue uno de los más multitudinarios y dolorosos de la España de la época.
Clasificación de sus poesías
- Poemas políticos, patrióticos y libertarios: con “A la patria”, ataca el despotismo reinante en España, lamentando la muerte de los exiliados. En esta misma categoría, encontramos el soneto “A la muerte de Torrijos y sus compañeros”.
- Poemas sobre la hostilidad de los románticos hacia las convenciones sociales y su aspiración a una libertad absoluta: en este punto, destacan sus canciones como: “El reo de la muerte”, “La Canción del Pirata” o “El verdugo”. Las canciones tratan sobre personajes marginales y propios del romanticismo. Con “El Canto del Cosaco” adquiere una dimensión social y humanitaria y aborda una poesía dominada por la colectividad.
- Poemas filosóficos: en este grupo encontramos: “A Jarifa en una orgía”, “A una estrella” e “Himno al Sol”.
Por otro lado, podríamos incluir sus poemas de transición, poemas en los que Espronceda imita a sus modelos: Jovellanos, Wordsworth… Se trata de poemas en los que el ‘yo’ romántico subjetiviza el paisaje y la realidad, aparece una visión enrarecida del locus amoenus.
Las canciones de Espronceda
Dejando a un lado El Diablo Mundo, Las Canciones son su producción más novedosa. Se componen de seis que, como hemos avanzado, nos presentan a tipos marginales. La primera canción la encontramos en su novela Sancho Saldaña y lleva por nombre “La Cautiva” y, aunque no es la más innovadora, habla de cuestiones como la rebeldía y la sumisión.
“La Canción del Pirata” es la más conocida. En ella, se produce, al fin, la exaltación del héroe romántico, de ese pirata cuyo único objetivo es vivir en libertad, sin someterse. El pirata representa al héroe individual, un personaje al que podemos seguirle la pista en la tradición romántica europea. Al no gustarle los valores del mundo, se lanza al mar, a la libertad más absoluta que puede existir .
“¿Qué es mi barco? Mi tesoro; ¿qué es mi dios? la libertad; ¿mi ley? la fuerza del viento; mi única patria, la mar”.
-Espronceda, Canción del Pirata–
No es de extrañar que fuera considerado como el primer poema romántico español. Además, Espronceda se sirve de estos héroes para proyectarse a sí mismo; él, como el pirata, ama la justicia y la libertad por encima de todo. En “El Verdugo”, denuncia las penas injustas y demasiado severas del sistema, abogando por penas que se adecuen a los delitos cometidos.
Sus héroes son proyecciones simbólicas del propio ‘yo’ del poeta. Representan símbolos de la rebelión individual frente a una burguesía acomodada y que carece de sensibilidad. De ahí la elección de personajes marginales, como el mendigo o el pirata, que viven ajenos a las normas establecidas o que sirven de denuncia para las cosas que no le gustan del mundo en el que vive. Espronceda alza así su bandera, con héroes que representan la libertad.
Espronceda: poemas extensos
El estudiante de Salamanca (1840) es un poema narrativo extenso que aborda la obsesión de un personaje, Don Félix, por conquistar a cualquier dama en cualquier situación. Se divide en cuatro partes: presentación del héroe; retrato de la víctima, Doña Elvira; venganza y muerte del vengador; y, finalmente, recorrido nocturno por la ciudad de Salamanca. En esta obra, destacan algunas de las principales características del romanticismo como la exaltación del ‘yo’, los amores de contraste, la libertad absoluta, etc.
La acción se sitúa en una larga e intensa noche en la que se dan diversos acontecimientos. El conquistador Don Félix enamora a Doña Elvira, pero la olvida al día siguiente, dejándola sumida en un profundo dolor que la conduce a la muerte. Don Diego, hermano de Elvira, tratará de vengar la muerte de su hermana. A partir de este momento, ocurre la magia, lo sobrenatural envuelve la noche y el misterio se apodera de los versos.
El Diablo Mundo es una obra que comenzó a escribir en 1839 y que no logró acabar antes de su muerte. Se trata de uno de los poemas más interesantes y ambiciosos de Espronceda. En él, podemos apreciar el profundo pesimismo de los últimos años de Espronceda, el pesimismo del romántico revolucionario.
Condena a los conservadores, posee una fuerte carga metafísica y simbólica, explora cuestiones como la libertad, la existencia de Dios, etc. El mal se encuentra en cualquier rincón, incluso en los corazones de los hombres. La sociedad ha sido corrompida por la hipocresía y por la ignorancia ante el dolor ajeno. La libertad parece no existir y, en el mundo, no hay espacio para la pureza ni la inocencia.
El Diablo Mundo es un canto a la rebelión contra lo establecido, contra las leyes que rigen el mundo. Es un mundo caótico, envuelto en la desesperanza… Espronceda, como buen romántico, logró plasmar en sus versos las ansias por la libertad individual, por esa libertad que parece no existir, que nos han arrebatado y a la que solo un pirata puede acercarse.
“¿Es Dios el Dios que arranca la esperanza, frívolo, injusto y sin piedad tirano, del corazón del hombre, y le encadena y a eterna muerte al pecador condena?”.
-Espronceda, Diablo Mundo–
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- Pujals, E., (1951): Espronceda y Lord Byron. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas.