¿Cómo evoluciona el pensamiento económico en la infancia?

El pensamiento en la niñez evoluciona desde una perspectiva cooperativa y ritualística a una comprensión profunda del sistema capitalista. Abordaremos esta temática, junto a las nociones de escasez de recursos, plusvalía y moneda.
¿Cómo evoluciona el pensamiento económico en la infancia?
Alejandro Sanfeliciano

Escrito y verificado por el psicólogo Alejandro Sanfeliciano.

Última actualización: 17 febrero, 2018

Dentro del estudio del conocimiento social, podemos encontrar algunas investigaciones que se interesan por explicar cómo se construye el pensamiento económico en la infancia. En nuestro sistema actual, aspectos como la moneda y la compra-venta son conceptos de nuestro día a día. Pero, ¿cómo construimos esas (en apariencia sencillas) nociones económicas?

Es importante entender que la moneda y la compra-venta son parte de las instituciones creadas socialmente. La sociedad desarrolló un sistema basado en el mercado para el control del trabajo y de los recursos. Este sistema modula toda nuestra vida, desde los aspectos educativos hasta los sociales. Ahora bien, es interesante explorar las teorías intuitivas de los niños acerca de la moneda y el sistema económico y observar por qué etapas pasan antes de llegar al pensamiento adulto.

En este artículo haremos una revisión y análisis de los diferentes estadios del pensamiento económico en la infancia. Veremos cómo el pensamiento del niño evoluciona desde una perspectiva cooperativa y ritualística a una comprensión profunda del sistema capitalista, junto a las nociones de escasez de recursos, plusvalía y moneda.

Estadios del pensamiento económico en la infancia

Podemos diferenciar 3 grandes niveles a la hora de entender los diferentes aspectos del mundo económico. Estos niveles están asociados a una edad y a ciertos cambios evolutivos, pero es importante matizar que estamos ante conocimiento social. La adquisición de estas nociones económicas nace de la exploración intuitiva del niño, que deriva en representaciones para explicar la estructura social.

Niño cerebro

Nivel I del pensamiento económico

Está presente en niños menores de 10 años. Observamos una completa ausencia de los conceptos de ganancia y dinero. A pesar de que estos son elementales para los adultos, los niños no lo comprenden tan bien; para estos darse cuenta de que debe existir una diferencia necesaria entre el precio de compra y el precio de venta es algo que resulta sorprendentemente complicado. Hay que tener en cuenta que hasta ahora el niño casi no participa en el mundo económico.

Las líneas generales de pensamiento económico en la infancia hasta los 10 o 11 años se puede resumir en: “El tendero compra las cosas en una fábrica y paga por ellas un precio, luego las vende por el mismo o incluso por menos de lo que le ha costado; con el dinero que obtiene vive él y su familia, y compra más mercancía”.

Aquí enseguida nos damos cuenta de que esta explicación es errónea. Ya que si el tendero vende los productos al mismo precio que los compra, no tendrá ninguna ganancia y no podría vivir. Si profundizamos más, nos damos cuenta de que los niños en este nivel ven el dinero como un ritual. En realidad, para ellos el dinero no está asociado a un valor o esfuerzo, simplemente saben que cuando hay que comprar algo se lleva encima. Y asumen que las mercancías tienen un precio fijo inalterable: es lo que corresponde y nadie lo establece.

Otro aspecto relevante es que los niños en esta etapa piensan que el tendero vende los productos porque a ti te hacen falta. Carecen de la idea de trabajar por dinero, la gente trabaja para el bien de los demás. Mantienen en la cabeza una idea de sociedad cooperativa, en la que no existe escasez de recursos.

Nivel II del pensamiento económico

A partir de los 10 años de edad, se ve en salto en la cantidad de niños que empiezan a comprender los conceptos económicos. Aquí ya aparece la idea de escasez de recursos y que debido a esto hay que pagar un precio por esos recursos. Comprenden que no todo el mundo puede tener acceso a ellos, ya que son limitados.

En esta etapa empiezan a comprender el concepto de plusvalía y ganancia. Entienden que el tendero tiene que poner un precio mayor al producto debido al trabajo que ha desempeñado y de esta manera obtener un beneficio. De esta manera ya justifican correctamente el modo que tiene el trabajador de mantener su vida y ser capaz de vivir a partir de su actividad.

El aspecto clave de esta etapa es que empiezan a comprender los aspectos superficiales del funcionamiento del sistema capitalista. Entienden por qué las cosas tienen un precio, y que el trabajo va a destinado a conseguir dinero para adquirir otros bienes. El niño abandona por completo las antiguas nociones de un sistema basado en la cooperación y asume la realidad mercantil.

Niño haciendo cálculos mentales

Nivel III del pensamiento económico

En la adolescencia, sería cuando el niño empieza a desarrollar el pensamiento económico adulto. El aspecto clave de este nivel es la mayor capacidad de abstracción y simbolización del adolescente; esto le permite comprender nociones económicas más complejas. Aquí van a aparecer los conceptos teóricos del funcionamiento del sistema capitalista.

El adolescente descubrirá conceptos como capital y la propiedad de los medios de producción. Lo que deriva en la aparición de la figura del empresario; aquel que debido a su posesión de los medios de producción, es capaz de contratar trabajadores y aprovechar su fuerza de trabajo. Asociado a estas ideas van a aparecer conceptos como la explotación o la plusvalía del trabajador.

Es importante ver que en esta etapa, ya se adquieren los conceptos macroeconómicos del funcionamiento del sistema. Entenderá el funcionamiento de la banca, el estado, las empresas y la moneda. Aunque con ciertos matices, es posible que algunos sujetos aun mantengan teorías intuitivas que se alejen de la realidad económica.

El estudio del pensamiento económico en la infancia nos aporta una visión interesante. Nos ayuda a comprender cómo los niños se empapan y exploran su contexto y de manera intuitiva logran conocer los engranajes que mueven a la sociedad.

Por otro lado, la evolución del pensamiento del niño de una sociedad cooperativa hasta una sociedad competitiva o capitalista nos puede estar mostrando una lección interesante. ¿El ser humano nace competitivo o la sociedad provoca en él ese comportamiento? Lo más probable es que estemos ante una realidad más compleja que esa dualidad, la cual necesita de más volumen de investigación científica.


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