¿Qué son los factores de riesgo peritraumáticos?

Existen multitud de factores que van a determinar que la persona desarrolle un trastorno de estrés postraumático o, por el contrario, se libre de padecerlo. ¿Cuáles son? ¡Te lo contamos!
¿Qué son los factores de riesgo peritraumáticos?
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 12 febrero, 2023

¿Qué hace que ante un mismo evento traumático, unas personas desarrollen trastorno de estrés postraumático y otras no? Podemos responder a esta pregunta con los denominados factores de riesgo peritraumáticos, que agrupan aquellas circunstancias que se dan en el momento en que se vive el trauma.

De hecho, un evento traumático únicamente facilita el desarrollo del trastorno por estrés postraumático (TEPT) cuando supera a la persona. Al superar lo que Belloch (2020) denomina «umbral para el trauma», se produce una ruptura grave en el funcionamiento cotidiano normal.

«Quizás la mente es mucho más poderosa de lo que nos creemos y aísla los pensamientos negativos y los recuerdos traumáticos».

-Armando Rodera-

Mujer triste sentada
Lo que dispararía el TEPT sería, con mayor probabilidad, la forma en que la persona responde al evento, que el evento en sí.

Una aproximación al concepto de TEPT

«Vivo atrapado en mi mente y atemorizado por lo que me hicieron», «cada día me vuelvo a sentir violada. Es como si nunca terminara», «cada vez que escucho el sonido de unas llaves, pienso que van a entrar a casa, a matarme», «cuando alguien me dice que suba a un ascensor, cualquier ascensor, me paralizo de miedo: una vez me dieron una paliza dentro», «al revivir mi recuerdo traumático puedo oír lo que escuche y oler el aroma que estuvo presente», «soy incapaz de sentir nada. Es como si, de repente, hubiera perdido la capacidad para experimentar emociones».

Todas las frases anteriores son claros ejemplos de síntomas típicos de esta entidad. En concreto, el TEPT se desarrolla ante sucesos extraordinariamente amenazadores para el self o para la propia vida. Son tan horribles que quedan grabados a fuego en los sistemas sensoriales y cognitivos de la persona. De este modo, el mínimo estímulo relacionado con el evento traumático actúa como la gasolina que se le echa al fuego: hace arder el dolor con mayor intensidad.

Así, estas personas experimentan una y otra vez sus recuerdos en forma de flashbacks, «los recuerdan como si estuvieran sucediendo en este mismo instante». Esto les produce un malestar tremendo y se sienten horrorizadas y, a menudo, paralizadas. En consecuencia, intentan evitarlos.

Por otro lado, se encuentran constantemente monitorizando el ambiente. «Tienen los nervios a flor de piel» y ante el más mínimo ruido o indicio de peligro, exhiben, se sobresaltan con brusquedad. Todo lo anterior dura muchas semanas (OMS, 2021) e impacta negativamente en la vida de las personas.

 «Ansiedad, pesadillas y el colapso nervioso. Hay sólo una cantidad de traumas que una persona puede aguantar antes de que la lleven a la calle y empiece a gritar».

-Cate Blanchett-

Los factores de riesgo peritraumáticos: bailando entre el caos

Los daños traumáticos aluden al desgarro en las fibras de la mente y del alma que produce el evento. Son las lesiones de la violencia. Las secuelas del abuso emocional. Son las cuerdas que se enroscan alrededor del futuro y lo aprietan, hasta que la fe y la esperanza de la persona se tambalea.

En este sentido, los factores de riesgo peritraumáticos son un cúmulo de elementos que explican por qué unas personas desarrollen TEPT y otras distan de hacerlo ante el mismo evento traumático. Así, se han encontrado varios factores (Belloch, 2020):

  • Si durante el suceso las personas son frágiles desde un punto de vista emocional, es más probable que desarrollen TEPT.
  • Tener un expediente de abusos, que causan estrés que se ha acumulado con el tiempo y se experimenta en el presente, hace que el umbral para desarrollar trauma sea menor, lo que favorece la aparición de TEPT.
  • Carecer de lazos fuertes con la familia y con los amigos hace que, cuando se vive el evento traumático, se carezca de ayuda. Esto favorece la aparición del TEPT.
  • Tener problemas para la adaptación a las situaciones cambiantes hace que las personas se sientan indefensas y desesperanzadas, lo que también facilita la aparición de esta entidad clínica.
  • Además, cuanto más largo y frecuente sea el evento, más probabilidad tendrá la persona de padecer TEPT.
  • El tipo de evento también es un elemento diferencial. Así, cuando es una persona quien agrede, el riesgo de desarrollar TEPT es mayor que si la agresión proviene de la naturaleza, como es el caso de un terremoto.
  • ¿Qué grado de control puede ejercer el sujeto? Cuanto más grande sea el grado de control que puede ejercerse sobre el suceso traumático, menor será la probabilidad de que el trauma se instale.
  • A mayor dosis-gravedad del trauma, la persona tendrá una mayor probabilidad de desarrollar el trastorno.
  • Si la persona es militar, ser «el que mata» o el «que ve cómo un compañero mata o tortura» a otro ser humano, aumenta la probabilidad de desarrollar esta entidad clínica.
  • Además, si durante el evento, la persona reacciona mediante el mecanismo de defensa conocido como disociación, también tendrá mayor probabilidad de desarrollar el trastorno.
Hombre triste
Los factores de riesgo peritraumáticos son los elementos que explican por qué unas personas desarrollen TEPT y otras no.

Como hemos visto, existe toda una amalgama de factores de riesgo peritráumáticos. Así, aluden a lo que ocurre «durante el evento traumático» y en buena medida explican por qué unas personas desarrollan el trastorno y otras no.

En este sentido, es necesaria una mayor investigación sobre cómo prevenir el desarrollo del trastorno, mediante la intervención en estas variables, pues su fortalecimiento puede marcar la diferencia entre tener o distar de tener TEPT.

«Ni olvidar, ni utilizar: el único medio de salir adelante es comprendiendo».

-Boris Cyrulnik-


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  • Lensvelt-Mulders, G., van Der Hart, O., van Ochten, J. M., van Son, M. J., Steele, K., & Breeman, L. (2008). Relations among peritraumatic dissociation and posttraumatic stress: A meta-analysis. Clinical psychology review, 28(7), 1138-1151.
  • Briere, J., Scott, C., & Weathers, F. (2005). Peritraumatic and persistent dissociation in the presumed etiology of PTSD. American Journal of Psychiatry, 162(12), 2295-2301.
  • American Psychiatric Association. (2014). DSM-5. Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5: DSM-5®. Spanish Edition of the Desk Reference to the Diagnostic Criteria From DSM-5® (1.a ed.). Editorial Médica Panamericana.
  • Belloch, A. (2023). Manual de psicopatología, vol II.
  • Carrobles, J. A. S. (2014). Manual de psicopatología y trastornos psicológicos (2a). Ediciones Pirámide.
  • De Sanidad, C. y B. S., & España Ministerio de Sanidad, C. y B. S. (2020). CIE-10-ES: Clasificación internacional de enfermedades : 10a revisión modificación clínica. Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

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