La forma de vestir de los adolescentes: ¿cómo resolver el conflicto entre padres e hijos?

Si discutes constantemente con tu hijo adolescente por su forma de vestir, recuerda que la comprensión y la negociación son más útiles que la imposición. Te damos algunas ideas para gestionar los conflictos sobre la ropa.
La forma de vestir de los adolescentes: ¿cómo resolver el conflicto entre padres e hijos?
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 01 marzo, 2022

La forma de vestir de los adolescentes trae de cabeza a muchos padres. El joven, que hasta el momento podía haberse amoldado fácilmente a los gustos y las sugerencias de sus padres, comienza a reclamar cierta autonomía a la hora de escoger su vestimenta. Y el problema es que esta elección no siempre es la más sensata o apropiada. ¿Cómo podemos entonces evitar los conflictos y las discusiones constantes a este respecto?

Es evidente que la supervisión y la guía adulta son necesarias, especialmente para salvaguardar la integridad física y psicológica de los menores. Pues, por ejemplo, no es apropiado salir en invierno con una camiseta sin mangas o acudir al centro escolar con un vestido de fiesta.

No obstante, también es fundamental respetar los gustos y las preferencias de los jóvenes, ya que la elección de la ropa puede tener a esta edad una connotación más importante de lo que pensamos. Así, hallar un equilibrio será la clave.

¿Por qué es tan importante la forma de vestir de los adolescentes?

La adolescencia es una etapa de búsqueda personal. Los jóvenes tratan de identificar y definir quiénes son y cuál es su papel en el mundo más allá de las fronteras de la familia. En este proceso, su imagen cobra una gran relevancia; pronto entienden que es su carta de presentación.

Además, pueden utilizar su apariencia para identificarse con el grupo de iguales y sentirse parte del mismo; a través de ella, expresan su individualidad y su incipiente independencia de sus padres. Es una de sus primeras parcelas de control y expresión de su propia vida.

Es natural que los jóvenes experimenten con varias tendencias antes de adoptar un estilo propio; también es común que opten por cambios y manifestaciones extremas. Esto puede resultar frustrante y desconcertante para los progenitores; por ello, la escucha y la negociación se vuelven un imprescindible durante esta etapa.

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La forma de vestir es una carta de presentación para los adolescentes, una forma de reafirmarse tanto en relación a sí mismos como al grupo de amigos.

¿Cómo resolver los conflictos relacionados con la forma de vestir de los adolescentes?

Si tu hogar se ha convertido en un campo de batalla por la forma de vestir de tus hijos, en un tira y afloja en el que cada uno trata de imponer su voluntad al respecto, las siguientes ideas pueden ayudarte.

1. Comprender lo que está ocurriendo

Es necesario no perder de vista la etapa que está atravesando el adolescente y la importancia que su imagen puede tener para él. Esto ayudará a los progenitores a armarse de paciencia y apelar a la comprensión y la tolerancia.

La forma de vestir de tu hijo es una forma de explorar, encontrar y expresar su identidad, no un pulso contra ti.

2. Permitir la libertad de expresión

En ocasiones, sucede que los conflictos se agravan o se producen de manera constante porque en el fondo los padres están tratando de imponer sus gustos y preferencias. Es posible que los jóvenes elijan un estilo que no es de nuestro agrado, que es radicalmente opuesto al nuestro o que nos horroriza. Aun así, es su elección y hemos de respetarla (dentro de ciertos parámetros).

Olvida la idea de que tus hijos son una expresión de ti y comienza a verles como seres individuales. Esto hará que aceptes mejor algunas de sus decisiones -que en el fondo no te quedará más remedio que terminar aceptando-.

3. Establecer ciertos límites innegociables

La crianza democrática o respetuosa no tiene nada que ver con la permisividad o la negligencia por lo que sí es necesario marcar unos límites por el bien del adolescente. Estas líneas rojas tendrá que decidirlas cada familia, pero a grandes rasgos podrían ser las siguientes:

  • La vestimenta ha de ser acorde a la edad del menor. No es apropiado que un chico o una chica de 13 años traten de aparentar la imagen de un hombre o una mujer de 20 años. Desafortunadamente, la sexualización de los niños está a la orden del día.
  • El contexto siempre ha de tenerse en cuenta y ha de guardarse un cierto respeto y decoro. No puede escogerse la misma ropa para ir a clase que para acudir a una celebración o un día de piscina. Es importante ser coherentes.
  • El clima también ha de ser un factor decisivo. De esta forma se evitará sudar en exceso o enfermarse por no escoger una ropa apropiada. Esto puede parecer muy evidente, pero es uno de los aspectos que los adolescentes menos tienen en cuenta, ya que para ellos prima la estética.

4. Diálogo y negociación

Recuerda que los adolescentes -y los adultos- no suelen llevarse bien con las imposiciones; por el contrario, en muchos casos lo único que consiguen es aumentar el grado de conflicto. El diálogo y la negociación son las mejores líneas para alcanzar acuerdos.

Así, escucha los argumentos de tu hijo y comparte los tuyos; evita las demostraciones de autoridad, no necesitas las imposiciones para reafirmarte como padre ni para que la relación se mantenga asimétrica. Por otro lado, si se siente respetado y tenido en cuenta y hay flexibilidad en las decisiones, estará más abierto a escuchar y atender tu punto de vista y tus consejos.

5. Fomenta la responsabilidad

Más allá de la forma de vestir del adolescente, que también son potenciales causas de conflicto. Por ejemplo, la cantidad de ropa que compra o cómo se organiza. Estar constantemente pidiendo dinero para comprar nuevas prendas o llegar tarde a clase por no saber qué ponerse son asuntos que debemos atajar; y, para ello, hemos de fomentar la responsabilidad.

Por ejemplo, acostumbra a tu hijo a preparar su ropa para el día siguiente la noche anterior, sin excusas ni excepciones, de forma que esto se convierta en un hábito.

También es importante que aprenda a hacerse responsable de sus finanzas y de sus espacios; esto es, que controle un pequeño presupuesto del que pueda disponer y de que se encargue él de gestionar las prendas que entran y salen de su armario.

Chica adolescente mirando un vestido rojo
Es esencial enseñar a los adolescentes no solo a organizar la ropa que tienen, sino también a ser responsable de cuánto dinero se gasta en ella.

La forma de vestir de los adolescentes como una oportunidad para validarlos

Si aprendemos a relativizar y flexibilizar nuestro enfoque, podemos conseguir que, a pesar de lo difícil de esta etapa, los canales de comunicación se mantengan abiertos. En lugar de criticar la vestimenta del joven o tratar de imponerle otro estilo, intenta entender sus preferencias y acompáñale en la búsqueda de su identidad.

No tienes que fingir que esa camiseta ancha y negra de tu hijo te encanta o que la escogerías antes que otra más colorida, pero puedes transmitirle que está guapo igual y que respetas sus gustos. Con el paso de los años, esta actitud marcará la diferencia.


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  • Flügel, J. (1964) Psicología del vestido. Buenos Aires: Editorial Paidós.
  • Toribio-Lagarde, V., & Álvarez-Rodríguez, D. (2019). La moda y su influencia en la identidad cultural adolescente. Arte, individuo y sociedad31(2), 49.

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