3 formas de maltrato infantil
Las formas del maltrato infantil a veces parecen casi imperceptibles. Esta práctica, de hecho, tradicionalmente ha sido incluso aceptada como una parte natural de la educación de los pequeños. Tomada por algunos como necesaria, ante la imposibilidad de utilizar otros medios que no se basaran en la utilización de la violencia.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Afortunadamente ya contamos con estudios para decir que determinadas frases no esconden solo una mentira, sino también una tragedia. Hablamos de frases como “siempre se ha hecho así y no pasa nada ”, “la letra con sangre entra” o “tiene que aprender por lo legal o lo criminal”.
La problemática del maltrato infantil
Tenía mucha razón la célebre escritora Agatha Christie cuando decía que “u na de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz”. Sin duda, la crianza positiva está demostrando resultados mucho más esperanzadores en la educación y desarrollo óptimo de los niños.
Elisabet Rodríguez es una especialista y psicóloga infanto-juvenil y de adultos que ha tratado profundamente las consecuencias del maltrato infantil. Esta profesional considera que en los últimos años ha experimentado nuevamente un auge considerable.
Y sin embargo, hoy en día, cuando padres y educadores están más concienciados que nunca de las repercusiones de ciertas formas de instrucción que se han aplicado de manera tradicional y que han contado con la complicidad de la sociedad , ¿cómo puede ser que esta práctica esté tan arraigada?
Sencillamente se debe a que se ha demostrado que las formas de maltrato infantil no son únicamente físicas. Pese a que se llevan poniendo en práctica desde hace años, los abusos psicológicos están mucho menos identificados en el inconsciente colectivo que los abusos físicos, para los que la evolución, en cuanto a su desaparición, ha sido mucho mayor.
Formas de maltrato infantil
Entendemos el concepto de maltrato infantil como una acción que el responsable de un menor ejerce sobre este último, y que por omisión o comisión pone en riesgo la integridad emocional, cognitiva o física del chico. Bajo esta definición, podemos destacar 3 formas muy claras de maltrato infantil. Todas ellas, en mayor o menor medida, siguen teniendo lugar hoy en día en gran parte de las sociedades modernas.
Maltrato físico
El más común desde allende los tiempos. Es definido por los especialistas como un comportamiento voluntario que provoca daño físico en el menor, o incluso el desarrollo de enfermedades de carácter físico.
Dentro de este tipo de maltrato infantil, que busca infringir perjuicio en el pequeño de forma intencionada, existen diversas formas en función del fin que se pretende. Puede expresar rechazo hacia el menor, imposición de disciplina, un carácter sádico y agresivo, consecuencia de un descontrol…
Maltrato emocional
Vamos ahora con una segunda forma de maltrato infantil, conocida como maltrato emocional. En este caso los límites son menos objetivos y cuesta más hablar de ellos desde un consenso tan mayoritario. Aun así, los autores lo consideran como el conjunto de conductas que llevan a una interacción con el menor basada en la hostilidad verbal a través de insultos, amenazas y desprecio.
“No puedo pensar en ninguna necesidad de la infancia tan fuerte como la necesidad de protección de un padre”
-Sigmund Freud-
Este tipo de maltrato bloquea cualquier iniciativa de interacción por parte del pequeño. Así pues, da lugar a abandono emocional y actitudes pasivas del progenitor ante las demandas del niño por comisión u omisión.
Negligencia infantil
Por último, encontramos la tercera de las formas de maltrato infantil, conocida como negligencia infantil. En este caso nos encontramos ante un abandono total o parcial de la atención y/o cuidados del pequeño. Se lleva a cabo manteniendo distancia física, no siempre observable, y actitudes de omisión o incluso voluntariedad.
Según los diversos autores, la negligencia puede ser física, pero también social y emocional. Incluso se puede distinguir del abandono físico. Es decir, un negligente actúa de forma consciente o inconsciente, por incultura, ignorancia o falta de valores positivos. La persona que abandona sabe, o no, que este acto causará un daño psicológico al pequeño.
Podemos ver que el maltrato infantil adopta muchas formas. Además, no siempre es fácil detectarlas, e incluso detectarlas a tiempo. Se debe a que las causas son muchas, por lo que observarlas no tiene por qué ser evidente. La falta de habilidad personal, el desconocimiento, las falsas expectativas, las tendencias excesivas, la subestimación… Como vemos, hay muy diversos motivos. Sin embargo, nada que resulte insalvable con interés y formación.
“La mejor forma de hacer buenos a los niños es hacerlos felices”
-Oscar Wilde-
Las diversas formas de maltrato infantil pueden y deben ser combatidas. ¿Cómo? Mediante la educación, la formación, la empatía, los valores positivos… Es un fenómeno que entre todos podremos superar si cada uno pone su granito de arena. Nuestros pequeños no merecen menos, ¿verdad?