Fruit snack challenge: autocontrol en niños
Solo necesitas un bol con algo apetecible y un móvil para observar la capacidad de autocontrol en niños. ¿Has oído hablar del fruit snack challenge?

El fruit snack challenge ha inundado nuestras redes sociales en las últimas semanas. En Internet, lo han llamado también el reto de la paciencia y, en realidad, viene a colación de una capacidad fundamental del desarrollo: el autocontrol en niños.
El reto consiste en llenar un bol con un alimento atractivo para los niños, generalmente unos dulces como los fruit snacks. A continuación, se ponen a su vista y alcance, pero se le explica al niño que no podrá comerlos hasta que el padre o madre estén de vuelta. Entonces, una cámara se queda grabando a los niños a solas mientras el adulto se va unos minutos.
Las reacciones de los niños son tan inéditas como variadas. Algunos niños muestran gran autocontrol y recurren incluso a técnicas de distracción como cantar o darse instrucciones a sí mismos de no tocar los snacks. Otros muerden solo un trocito y lo dejan arrepentidos rápidamente, mientras que a otros tantos la tentación les supera y no pueden resistirse a cogerlos antes del tiempo indicado.
Antecedentes: experimento del malvavisco
En realidad, este nuevo challenge tiene un antecedente en los años 70 conocido como el experimento del malvavisco, que es una especie de golosina. Este experimento se llevó a cabo en la Universidad de Stanford por el investigador Mischel y sus colaboradores, que trataban obtener respuestas acerca de la gratificación retrasada o demora de la gratificación y el autocontrol en niños.
El experimento del malvavisco es similar al fruit snack challenge, pero, además, se proponía que si los niños eran capaces de superar el reto, obtendrían el doble de dulces que lo que inicialmente se les proporcionaba. Así, descubrieron que los niños que superaron el experimento empleaban técnicas de distracción y autoinstrucciones.
Sin embargo, los mayores descubrimientos llegaron después. Cuando evaluaron a estos niños en edad adolescente y adulta descubrieron otros hallazgos significativos.
Los niños que superaron el experimento tenían mayores competencias a nivel social y una mayor autoestima. Por el contrario, los niños que no consiguieron lograr llegar al final del experimento tuvieron niveles más altos de impulsividad, agresividad y mayor probabilidad de desarrollar trastornos relacionados con la conducta.
El autocontrol en niños es un factor protector de la salud mental.
Autocontrol en niños
El autocontrol en niños es la capacidad opuesta a la impulsividad infantil. De esta forma, supone una habilidad para regular las propias emociones e impulsos. El autocontrol en niños es una aptitud, en realidad, bastante compleja. Además, requiere de entrenamiento y es especialmente difícil de manejar hasta los 4 o 5 años.
Esta capacidad influye en todos los ámbitos importantes del niño y, por esta razón, se relaciona con el desarrollo de dificultades en etapas posteriores. Por ejemplo, en el ámbito social es especialmente importante el autocontrol en niños en lo que se refiere a respetar el turno de palabra, controlar las rabietas, compartir y respetar las propiedades de cada niño, etc. De la misma forma, un bajo autocontrol llevará a una pobre regulación de las emociones y el niño puede verse desbordado en situaciones cotidianas.
Existen algunos trastornos infantiles en los que el autocontrol puede estar especialmente comprometido, como es el caso del trastorno por déficit de atención o TDA/H. Una de las características principales de este trastorno es la impulsividad que compromete su vida diaria e, incluso, su salud física al tener frecuentes accidentes y caídas.
¿Cómo valorar el autocontrol en niños?
El fruit snack challenge es un reto que ha divertido a los usuarios de redes sociales por ser el testigo de la fuerte lucha interna (o no) que tienen algunos niños para poder mostrar su autocontrol. Sin embargo, existen algunas señales de la vida diaria que nos permiten valorar esta capacidad.
- En escuela, los niños se pueden mostrar pacientes: esperan a escuchar su nombre, levantan la mano para poder hablar, respetan el turno de palabra establecido y no interrumpen de forma muy frecuente la clase.
- En la esfera social, establecen diálogos y juegos en los que no siempre son el centro de atención y, en ningún caso, parecen monólogos. Además, se muestran poco a poco más abiertos a la posibilidad de compartir.
- En el ámbito familiar, los niños que van desarrollando poco a poco su autocontrol muestran, según van creciendo, cada vez más habilidades de autocalma durante las rabietas y aprenden a ir aceptando cada vez más las pequeñas frustraciones de la vida diaria.
Las capacidades de autocontrol que se han descrito no dejan de ser un ideal y un modelo para orientarnos. No todos los niños desarrollan esta capacidad de la misma forma y al mismo tiempo. Así, no todas estas habilidades se adquieren y ya no se vuelve a tener ninguna dificultad relacionada: el aprendizaje es un proceso circular.
Como hemos visto, el fruit snack challenge puede ser un momento divertido con los niños para conocer cómo se manejan en situaciones que requieren de autocontrol y, sobre todo, valorar la importancia de que poco a poco vayan adquiriendo esta habilidad.
Una buena forma de educar el autocontrol en niños es, precisamente, comportándonos como buenos modelos de autocontrol. Recuerda que en su educación sois dos partes de un espejo.
Licenciada en Psicología por la Universidad de Salamanca en el año 2012. Máster en Dificultades del aprendizaje y el lenguaje por la Universidad Oberta de Catalunya (2016) y Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Rovira i Virgili (2020). Especialista en psicoterapia de grupo y técnicas psicodramáticas avalada por la Asociación Española de Psicodrama (AEP). Número de colegiada: COPC-24510 Publicación y premio a la investigación J.L Moreno por “Intervención para el desarrollo de la empatía y la autopercepción en problemas conductuales del aula”(2019). Participación docente en diversos congresos anuales de la Asociación Española de Psicodrama. Ha trabajado en el campo de la psicología durante más seis años y actualmente es psicóloga por cuenta propia en Atención psicológica y educativa-Ángela Tobías (Sabadell). Colabora en la elaboración de pruebas psicométricas con TEA Ediciones y está realizando un trabajo de investigación sobre sueño infantil en la Universidad Rovira i Virgili.