Hacer nada durante el confinamiento: la reivindicación del ocio y la pereza

A día de hoy, son muchas las recomendaciones sobre rutinas y actividades para hacer durante el confinamiento, pero ¿qué tal si probamos también a hacer nada? El psicólogo Marcelo Ceberio nos habla sobre ello.
Hacer nada durante el confinamiento: la reivindicación del ocio y la pereza
Marcelo R. Ceberio

Revisado y aprobado por el psicólogo Marcelo R. Ceberio.

Escrito por Marcelo R. Ceberio

Última actualización: 07 abril, 2020

¡Reivindico el ocio y la pereza!” le contesté a mi amigo Jose Luis, psicólogo irreverente de Vitoria, cuando me dijo que estaba cansado de todos los artículos que indican lo que se “debe” hacer en el aislamiento. ¿Por qué hay que hacer, hacer y hacer? ¿Por qué no hacer nada?

Desde que se ha decretado la cuarentena y el consecuente aislamiento para prevenir el contagio del coronavirus, un ejército de profesionales han salido al ruedo decretando una serie de recomendaciones a desarrollar en el tiempo del aislamiento.

Mujer pensando

Un cúmulo de recomendaciones y rutinas para la cuarentena

Reconozco que desde que comenzó esta situación, fui uno de los primeros que inició esa serie de propuestas para ayudar a mejorar la calidad del tiempo de la cuarentena. Sin embargo, en la medida en la que pasó el tiempo, numerosos profesionales muestran sus consejos a través de diferentes redes sociales o medios televisivos.

Lo cierto es que, en mayor o menor medida, estas recomendaciones no tienen ningún secreto y son casi siempre las mismas haz gimnasia, juega en familia, ve series y películas, organiza una rutina, cocina rico, lávate las manos no menos de 30 segundos con jabón, desinfecta todo, etc.

Creo que todos los habitantes del mundo podrían recitar de memoria todas estas recomendaciones. También creo que un gran porcentaje de personas las cumplen, pero en la medida en que el aislamiento aumenta en tiempo, las recomendaciones empiezan a formar parte de lo cotidiano y pierden su efecto innovador y sorprendente.

El tiempo pasa y los malos humores irradian en los distintos sectores de la casa e impregnan a los integrantes de una familia, a los cónyuges en la pareja o a los individuos en soledad: todo depende de con quien te haya tocado estar en la cuarentena.

Muchos ya archivaron numerosos tutoriales en YouTube; algunos han subido y bajado los 17 pisos de su edificio o practican una rutina mañana y tarde. Otros utilizan como salvoconducto sacar a pasear al perro 8 veces al día o van al supermercado con el pretexto de comprar un paquete de galletas de arroz con el fin de salir. Y así puedo continuar con otros tantos ejemplos…

Eso sí, la gente no ha dejado de sobresaturarse de información; de hecho, algunos experimentan un placer casi morboso a la hora de hacerlo. Lo cierto es que no solo se consultan los telediarios o periódicos, sino que también se reenvían todo tipo de mensajes de Whatsapp: vídeos con música o gente que canta Resistiré, médicos hablando… sin saber que muchos de ellos son fake news.

También están esos otros que siguen obsesivamente una rutina que muchos psicólogos y médicos han recomendado, las llamadas a los familiares y amigos, jugar a algún juego de mesa y vestirse con perfume incluido.

Y por supuesto no podemos olvidar eso de que si aparecen pensamientos catastróficos y negativos, tratar de arrojarlos lo más lejos que se puede como si fueran papeles.

Expertos en teorías e hipótesis sobre el coronavirus

Cada uno se ha convertido en un experto infectólogo en pandemias de COVID-19. Y ante esto se barajan las más variopintas teorías e hipótesis que circulan con el objetivo de descubrir el origen del virus.

Por ejemplo, está la teoría de que es una pandemia creada por el capitalismo para que mueran personas mayores, la hipótesis de que es una conspiración china para dominar el mundo o que Nostradamus ya lo había predicho: “en el año de los gemelos, surgirá una reina de oriente que extenderá su plaga de los seres de la noche a la tierra de las siete colinas, transformando en polvo a los hombres del crepúsculo” (aunque ya se sabe que es falso).

También está la teoría que afirma que es un experimento social de dominación a través del miedo. La teoría del virus creado por los laboratorios para vender más productos farmacéuticos, la idea que dice que es una gripe común y que los científicos y los medios de comunicación han creado una psicosis o esas otras sobre la ira de Dios o la venganza de la naturaleza para extinguirnos por el mal que le hacemos.

Mujer pensando en la cama

Una nueva visión del confinamiento

¿Qué tal si los psicólogos comenzamos a recomendar que durante la cuarentena hagas nada? No todo el tiempo, pero sí que te dediques a descansar, a quedarte en bata o pijama, que mires películas sin levantarte de la cama o que estés con los cabellos batidos tipo afro-look mientras comes dulce de leche.

Sí, que no hagas ni rutinas ni horarios, que atiendas a tus hijos, pero también que ellos aprendan a gestionarse solos, que todos no dependen de ti.

Que lleves un día así o al menos que te concedas esos momentos diarios. Esto tiene que ver con eso de “vivir el ocio” que hablaban los griegos, como el tiempo de creatividad. Estas pausas, ese no hacer nada, son saludables: generan neurotransmisores (endorfinas, serotonina…) que son facilitadoras de la relajación y el bienestar.

Hacer nada invita a la reflexión, a salir imaginariamente del encierro, a disfrutar de la modorra y la fiaca del dolce far niente que practican los italianos.

Por eso, no caigas en extremos. Organízate para vivir mejor, pero también relájate y tómate tiempos para hacer nada, porque si esto viene para largo, como parece, no solo nos tenemos que cuidar del contagio, sino también tenemos que cuidar nuestro cerebro. 


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