Hay amores que son como un huevo sin sal

Hay amores que son como un huevo sin sal
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 08 septiembre, 2019

Hay amores que son como un huevo sin sal, amores insípidos sin sustancia que se anclan en una situación monótona que, a la larga, los ahoga. Una realidad que afecta a muchas parejas, aunque quizás ellas ya lo han tomado como un habitual, algo que “tiene que pasar”.

Sin embargo, podemos cambiar esto, siempre y cuando queramos. Recuperar esa primavera en la que nuestro amor inspiraba y alejarnos de ese otoño que cada vez parece más cerca del invierno. El cariño no envejece al igual que nosotros. Si lo hace, es porque se lo permitimos. Tal vez estamos cansados de mantenerlo, de cultivarlo.

“El impulso afectivo debe moverse para no morir”

-Walter Riso-

Cometemos el error de dejar las caricias, los arrumacos, las palabras cariñosas en un cofre que habita ahora en el pasado. Antes era importante para nosotros demostrarle a la persona que aún amamos lo mucho que sentíamos por ella. ¿En qué momento dejamos de repetírselo y caímos en la comodidad de las suposiciones?

Amores insípidos, amores envejecidos

Hemos escuchado muchas veces que el amor se acaba, que muere, que cambia con el tiempo… Le echamos la culpa al paso de los años para sentirnos mejor con nosotros mismos y no adquirir la responsabilidad de que no estamos haciendo las cosas bien.

No es solo que nos abandonemos a nosotros mismos, es que dejamos a un lado lo que con tanto esfuerzo y pasión nos costó años atrás. Ahora, como ya lo tenemos, ¿dejamos de esforzarnos? Primero, fue uno; después, el otro. Al final nos convertimos en dos personas que permitieron que su amor se desvaneciese, que ahora resida en un simple recuerdo.

pareja amores insípidos

En este punto surge lo ya mencionado, las suposiciones. Esas que tantos equívocos provocan en nuestras relaciones interpersonales. Pero, donde más afectan es en las relaciones de pareja. Es mejor repetir hasta la saciedad, hartarnos de decir siempre lo mismo que dar por sentado lo que, tal vez, no lo esté tanto.

“Para qué le voy a decir a mi marido que lo quiero si él ya lo sabe”, “no es necesario que le de un beso, ya sabe que le deseo”, “ya somos mayores para darnos arrumacos en público”… Seguro que todas estas frases, que se tornan en pensamientos, te resultan muy familiares. Muchas parejas las comparten.

Hay amores que no sienten ni padecen, que son superficiales y se rigen por la monotonía

Sin embargo, en un tiempo anterior no te importaba decirle “te amo” infinitas veces al amor de tu vida. Siempre le dabas un beso al salir por la puerta cuando se iba a trabajar. No pensabas en lo apropiado de la situación para darle la mano o un abrazo inesperado. Nacía de ti, querías sentir a tu pareja cerca. Deseabas demostrarle una y otra vez lo que sentías por ella.

Dejamos morir el amor

La llama no se apaga, lo hacemos nosotros. Podemos seguir avivándola escapando de esa situación en la que nos hemos acomodado. Todo por pereza a repetirle a nuestra pareja aquello en lo que una vez tanto insistimos. Cansancio por esforzarnos por aquello que damos por conseguido.

Muchas personas lo dan todo al principio de las relaciones. Son como un globo inflado. No obstante, cuando ya han logrado lo que deseaban se desinflan, poco a poco, hasta que no queda nada de todo lo que habían realizado. Actuando así, ¿aún te preguntas por qué ya no tenéis tantas intimidad como antes?, ¿por qué todo ha cambiado?

pareja

Los amores sucumben debido a nuestras malas actitudes. Dejamos de pensar en la otra persona y nos centramos en nosotros mismos. Justificamos bajo el “es que ya lo sabe” nuestra incapacidad para seguir dándolo todo.

Sé que el amor está ahí, pero de forma silenciosa, apenas presente. Un amor tímido, quizás, que en ocasiones me hace dudar

La relación no rueda sola, no es autosuficiente. Necesita verse alimentada constantemente, día a día, con más cuidado a medida que llevamos más años juntos porque también hay más circustancias que amenazan con desgastarla. Miras con envidia a todos esos viejecitos que pasean de la mano, que se respetan, que no esconden sus muestras de cariño en público y te preguntas… ¿cómo lo han hecho? Cuidando y atendiendo ese sentimiento tan sincero, tan buscado, tan esperado como es el amor.

Un sentimiento recíproco que no entiende de repeticiones, ni de reflexiones racionales. En el momento en que suponemos, pensamos y creemos, el amor se debilita. Este debe ser libre para poder sentirlo y vivirlo en toda su extensión. Nunca es aburrido, lo aborrecemos nosotros. Jamás se vuelve insípido, somos nosotros los que nos tornamos simples.

pareja distante

Los amores se sostienen si las manos que lo hacen se encuentran seguras y dispuestas a darlo todo hoy, mañana, siempre… No importan los años. Tan solo importa la actitud.

Imágenes cortesía de Jarek Puczel


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