¿Impermeables, vulnerables o seguros para amar?

¿Impermeables, vulnerables o seguros para amar?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 21 mayo, 2019

Nuestra personalidad se va forjando durante la infancia, y ya desde ese mismo instante, nuestra manera de relacionarnos nos va a indicar distintas formas de amar. Relaciones elusivas, ansiosas, o seguras. Una relación elusiva, se caracteriza por una cierta impermeabilidad para dejarse querer por los demás. Son desconfiados en cuanto a la sinceridad afectiva ajena y se sienten vulnerables cuanto más aumenta el nivel de intimidad  entre ambos.  Suelen desarrollar un afecto distante y con barreras emocionales. Su inseguridad provoca cierto aire de insensibilidad hacia las necesidades de su pareja.

Las relaciones afectivas ansiosas, se caracterizan por  sentimientos de duda sobre el afecto real  de la pareja, tienden a alejar de su entorno  a los demás para evitar compartirla.  Ante la posibilidad de abandono, aceptaran la sumisión como moneda de cambio, para no separarse de la persona a quien aman, cuidándola  de manera compulsiva  (aun sin una necesidad real) y sin ofrecerles jamás, el mínimo atisbo de independencia.

Por último, las relaciones denominadas seguras, describen a  personas  cómodas  cuando la dependencia afectiva es de carácter mutuo. No focalizan miedos respecto al abandono ni al compromiso.  Son afectivos, y empáticos, y sobre todo constructivos. Se sienten más felices con una unión prolongada y el concepto de “matrimonio” refuerza un cobijo de tranquilidad y armonía. Su vida familiar y sexual están  intrínsecamente unidas, manteniéndose  protegidas y activas. Estas tres actitudes a la hora de amar, pueden hacernos cambiar el rumbo de muchos de nuestros comportamientos de pareja. Nuestra personalidad determina en muchos casos la cercanía o el distanciamiento en nuestras relaciones.

La búsqueda más importante sin duda, es la comprensión y no la perfección, tratando de averiguar cómo es la persona que amamos y como somos nosotros mismos a la hora de ofrecer amor. Equilibrar nuestros afectos, tratando de encontrar un lugar en la relación, donde ambos podamos ser dos, pero sin dejar de ser siempre uno mismo.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.