Intervención psicosocial en desastres
La intervención psicosocial en desastres está diseñada y es aplicada con el objetivo de evitar o minimizar consecuencias psicológicas y sociales en las personas y en la comunidad afectada por un evento catastrófico.
Los equipos que llevan a cabo este tipo de intervención -equipos de intervención psicosocial- suelen estar formados por coordinadores, psicólogos y voluntarios con formación específica. Además, su actuación se presenta en dos momentos diferenciados en el tiempo.
El primero se realiza tras una desastre. El segundo, antes de que suceda, mediante una labora preventiva que reduzca las posibles factores de vulnerabilidad de las comunidades. Pero, ¿qué entendemos por desastres?
¿Qué es un desastre?
Se definen como aquellos sucesos, tanto naturales como provocados por el hombre, que provocan una situación de amenaza tan grande que supera la capacidad de reacción y respuesta ante esta.
La evidencia científica indica que los desastres naturales no dejan tantas secuelas psicológicas como las provocadas por el hombre. Aun así, ambas tienen repercusiones que pueden llegar a ser devastadoras en la comunidad, y provocar mucho sufrimiento en los individuos.
Intervención psicosocial en la comunidad tras un desastre
Ante la catástrofe, existen varios factores que pueden influir en la mejora o el empeoramiento de la situación que se ha creado. La comunidad, desde la perspectiva psicosocial, necesita para poder construir de nuevo aquello que ha perdido:
- Crear una sensación de pertenencia: la comunidad debe sentirse no como víctimas sino como supervivientes.
- Trabajar el clima social: se refiere al reconocimiento y validación por parte del entorno del sufrimiento que ha sufrido la comunidad.
- Conservar el control sobre la propia vida: evitar la indefensión y la dependencia.
- Recuperación de rutinas: de este modo se reduce la sensación de incertidumbre.
- Desarrollar elementos instrumentales: se refiere a la dignidad y al apoyo social.
- Tener perspectivas de futuro.
Intervención psicosocial en el individuo tras un desastre
Inmediatamente de la llegada a la zona catastrófica, los equipos de intervención psicosocial en desastres deben actuar para ayudar a aquellas personas cuyos recursos psicológicos son insuficientes para afrontar la situación que se acaba de producir. Ellas serán las que tendrán prioridad.
Esta actuación se conoce como primeros auxilios psicológicos. Son limitados en el tiempo e intensos, y no tienen por qué responder a una petición directa del afectado. Los propios equipos pueden tomar la iniciativa y ofrecer ayuda. La actuación debe estar regida por siete principios:
- Seguridad: ante todo, hay que asegurar la integridad física del afectado.
- Proximidad: realizar la atención psicosocial en entornos cercanos al lugar del desastre.
- Inmediatez: es un factor muy importante para prevenir la cronicidad de los síntomas.
- Normalizar: transmitir al superviviente que está experimentando reacciones normales ante situaciones anormales.
- Activar: poner en marcha las estrategias que tiene cada individuo para afrontar situaciones. También es importante activar sus redes sociales, para que le sirvan como apoyo y eviten un empeoramiento de la situación.
- Simplicidad: la información debe ser dada de modo simple y breve para un mejor procesamiento.
- Flexibilidad: la atención psicosocial debe adaptarse a la situación concreta, modificando las estrategias preestablecidas si así se requiere.
Qué hacer cuando queremos apoyar en un desastre
Ante un evento de estas magnitudes, atender a un superviviente sin formación y referencias puede ser un propósito que no sepamos cómo seguir. ¿Qué es correcto decir? ¿Qué debemos hacer y qué no?
A continuación exponemos algunas de las principales recomendaciones en intervención psicosocial en desastres:
- No prometer algo que no se pueda cumplir.
- Respetar y valorar el silencio.
- Permanecer lo más calmados posible.
- Permitir y validar la expresión de emociones del superviviente.
- Respetar las creencias religiosas de cada individuo, o las no creencias.
- No obligar al afectado a hacer algo que no quiere hacer en ese momento.
- Evitar la confrontación con la persona afectada.
- No sermonear ni aleccionar al afectado sobre el suceso animarla a que entre el diálogo en un plano trascendental.
- Si el superviviente quiere hablar, escucha.
- No tome a la ligera las amenazas de suicidio u homicidio.
A modo de reflexión final, cuando pensamos en un desastre, solemos tomar como prototipo un suceso que ocurre en un espacio temporal delimitado. Un terremoto, un volcán, un accidente de tráfico o industrial de grandes repercusiones, etc. No obstante, esto no siempre es así. Un desastre también puede ser una larga guerra, una hambruna o cualquier fenómeno que se mantiene a lo largo del tiempo.
Por tanto, la labor de los equipos psicosociales en intervención psicosocial en desastres no es apoyar sólo en momentos puntuales. En muchos casos la intervención psicosocial en desastres deberá extenderse en el tiempo, cuanto haga falta, hasta que la comunidad consiga regresar al mismo nivel funcional del que disponía antes del desastre.
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- Baloian, I., Chia, E., Cornejo, C., & Paverini, C. (2007). Intervención psicosocial en situaciones de emergencia y desastres: guía para el primer apoyo psicológico.
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