Intoxicación por drogas: síntomas y tratamiento
El consumo de drogas es uno de los mayores problemas de salud a nivel mundial. La dependencia y los trastornos asociados generan un elevado coste tanto personal como económico. Además, los casos de intoxicación por drogas tienen una presencia importante en los servicios de urgencias, pudiendo conducir a resultados letales. Por ello, conocer los principales síntomas derivados de cada sustancia y el modo de abordarlos es fundamental.
Cualquier droga (o sustancia psicoactiva) es un agente químico que actúa sobre el sistema nervioso, estimulándolo, deprimiéndolo o alterando su funcionamiento. Así, se denomina intoxicación por drogas al cuadro de síntomas que se producen en respuesta al efecto de la sustancia sobre el organismo. Estos dependen enteramente del tipo de sustancia, así como de otras variables, como la cantidad consumida o las circunstancias del consumo.
Síntomas de la intoxicación por drogas
En los últimos años el consumo de drogas ha variado, relegando la heroína e incorporando otras sustancias como la cocaína o los derivados anfetamínicos. Así, sus manifestaciones de intoxicación principales son las siguientes:
Cocaína
La cocaína es una sustancia estimulante del sistema nervioso que se ha utilizado desde la antigüedad con fines médicos. No obstante, la intoxicación por cocaína puede producir problemas de salud.
En una etapa inicial, genera una sensación de euforia, elevación y emoción que resulta agradable. Sin embargo, también aparece agitación psicomotriz, ansiedad e inquietud. La persona puede sentirse confusa, aturdida y padecer temblores y paranoia, así como llegar a perder el contacto con la realidad.
A nivel físico, las pupilas se dilatan y la frecuencia cardiaca y respiratoria aumentan. Pueden aparecer taquicardia, convulsiones, vómitos e hipertermia así como una pérdida del control de la orina. En los casos más severos, las consecuencias pueden incluir trastornos mentales graves, problemas cardiacos y renales y disminución del funcionamiento mental.
Cannabis
El cannabis es la droga ilegal más consumida en la actualidad. Pese a sus efectos analgésicos y propiedades médicas, la intoxicación por cannabis puede tener efectos desagradables y peligrosos. Pueden aparecer crisis de angustia (especialmente en consumidores inexpertos), despersonalización, ansiedad y alteración del juicio.
Los problemas de concentración, memoria y aprendizaje también son comunes. Pero, además, en intoxicaciones severas pueden aparecer alucinaciones, delirium y miedo a volverse loco o a perder el control.
Físicamente, la taquicardia, la broncodilatación y la hipotensión arterial son algunos de los principales síntomas. Pero en caso de interacción con otras sustancias o fármacos, los efectos adversos pueden ser más severos.
MDMA
Las drogas de diseño son habitualmente consumidas por los jóvenes en entornos de ocio. Estas tienen un potente efecto estimulador en el sistema nervioso central y sus principales efectos suelen ser gratificantes. Mayor facilidad para relacionarse, eliminación de la fatiga y sensación subjetiva de bienestar son algunos de ellos.
Sin embargo, también aparecen síntomas desagradables como cefaleas, náuseas o temblores. La tensión mandibular y el bruxismo son frecuentes, así como la sudoración excesiva, la taquicardia e incluso arritmias graves y hemorragias cerebrales en los casos más extremos. A nivel psicológico son comunes la ansiedad, la confusión, las alucinaciones y delirios y otros trastornos psiquiátricos.
Tratamiento de la intoxicación por drogas
Los anteriores son solo algunos de los ejemplos más frecuentes de intoxicación por drogas, pero existen muchos otros. Incluso sustancias legales como el alcohol o los hipnosedantes pueden originar cuadros graves de intoxicación. En algunos casos pueden generarse secuelas a largo plazo tanto físicas como psicológicas o incluso terminar causando la muerte. Por ello, una intervención temprana resulta esencial.
Así, cuando la intoxicación no reviste gravedad, mantener a la persona en un entorno tranquilo y libre de estímulos sensoriales y controlar sus signos vitales puede ser suficiente. En otras ocasiones se hace necesaria la administración de ciertos fármacos como las benzodiacepinas; esto con el fin de reducir la agitación y la tensión muscular. Además, dado que no hay un antídoto, el tratamiento aplicado está destinado a aliviar los síntomas.
Medidas como el lavado gástrico pueden resultar útiles si el consumo es reciente; no obstante, la inducción del vómito puede ser contraproducente por el riesgo de convulsiones o broncoaspiración. En cualquier caso, serán los servicios médicos de urgencias quienes podrán determinar las intervenciones adecuadas. Por lo mismo, es importante acudir a un centro o llamar a un teléfono de emergencias a fin de evitar posibles complicaciones severas.
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