La escala de gravedad de la discapacidad intelectual

La escala de gravedad de la discapacidad intelectual
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 05 agosto, 2020

La discapacidad intelectual normalmente es generalizada. Sin embargo, ¿sabías que existen cuatro subtipos? En este artículo te presentamos la escala de gravedad de la discapacidad intelectual que se utiliza en el campo clínico y sus principales características.

Conociéndola, podremos entender mejor cómo se evalúa la discapacidad y de qué manera se alcanza un diagnóstico que la enmarque en alguno de los cuatro subtipos identificados.

¿Qué es la discapacidad intelectual?

Es un trastorno del desarrollo neurológico, es decir, un trastorno que da inicio en la infancia. Se caracteriza por un deterioro cognitivo y la dificultad para adaptarse en términos conceptuales, sociales y prácticos.

Padres con hijo con discapacidad

Entonces, para que pueda realizarse el diagnóstico deben presentarse estas tres características que ahora describiremos:

  • Deterioro cognitivo: dificultad para la resolución de problemas, planificación, razonamiento, etc. Es frecuente cuando el menor presenta dificultades escolares o dificultades para la planificación de actividades hogareñas o de juego.
  • Dificultad de adaptación (conceptual, social y práctica): dificultad para la autonomía personal, la responsabilidad social, la comunicación social, etc. Se puede detectar cuando el menor se ve obligado a comunicarse con otras personas, sean de su edad o no.
  • Inicio durante el desarrollo: las anteriores deben dar inicio desde la edad infantil.

Una vez detectado, llega el momento de determinar la gravedad del trastorno. Para hacerlo, podemos acudir a la escala de gravedad de la discapacidad intelectual, en donde tenderemos en cuenta no solo el nivel de habilidad cognitiva sino también la capacidad de adaptación.

¿En qué consiste la escala de gravedad de la discapacidad intelectual?

Teniendo en cuenta que la capacidad cognitiva se encuentra alterada, la evaluación es complementada con un análisis cualitativo de las habilidades adaptativas del sujeto. Así, la escala está conformada por tres áreas relacionadas a la adaptación social:

  • Dominios conceptuales: se refiere a la comprensión y el uso del pensamiento abstracto, por ejemplo, la comprensión del lenguaje simbólico, la comprensión y uso del tiempo, del dinero, entre otras.
  • Dominios sociales: se refiere a las habilidades de socialización de la persona, con quién lo hace, la manera en que lo hace y las herramientas sociales que es capaz de utilizar para expresarse.
  • Dominios prácticos: esta área está caracterizada por las habilidades de cuidado personal, de higiene, de desarrollo laboral, entre otras.

¿Cómo identificar cada nivel de discapacidad intelectual?

Discapacidad intelectual leve

En muchas ocasiones, este tipo de discapacidad intelectual pasa desapercibida. Gran parte de estas personas logran independizarse y son capaces de realizar adaptaciones para llevar una vida “normal”. Así, pueden compensar su falta de fluidez cognitiva con un trabajo manual o dedicando más tiempo.

Con frecuencia sus dificultades se confunden con desinterés, distraimiento, mal humor, falta de motivación, etc. Quizás en algún caso sea así, pero más vale acudir con un especialista que nos ayude a saber qué ocurre en realidad.

Además, es habitual que necesiten más tiempo para aprender. Sus principales dificultades son la planificación, el razonamiento abstracto, determinación de estrategias, de prioridades, entre otras. Es capaz de obtener conocimientos de lenguaje y aritmética, pero presenta dificultades al momento de elevar la complejidad.

Socialmente pueden comunicarse con su entorno social de manera aceptable. Sin embargo, la discapacidad puede ser percibida, en el caso de los niños, en el momento del juego. Así y en definitiva, la persona con este grado de discapacidad puede desarrollar habilidades conceptuales, sociales y prácticas, pero en un nivel de complejidad más básico que una persona sin discapacidad.

Discapacidad intelectual moderada

A diferencia del anterior, su pronóstico es más reservado. Las debilidades en sus habilidades conceptuales, sociales y prácticas son más evidentes. Aquí ya no podemos hablar de una independencia “casi normal”.

Su capacidad de aprendizaje es más limitada. Por lo tanto, la falta de desarrollo en sus habilidades conceptuales dificultan mucho su habilidad para trabajar en abstracto. Así, en cuanto hay que trabajar con realidades que no son tangibles o con hipótesis, se sienten perdidas. Además, su desempeño en un entorno social también es limitado.

Sus habilidades prácticas, en este diagnóstico, dependen más del apoyo externo. En actividades de tipo práctico (cuidado personal, higiene, actividades domésticas, etc.) requieren un mayor tiempo de aprendizaje para hacerlas bien.

Discapacidad intelectual grave

En este diagnóstico ya no se realizan aprendizajes conceptuales significativos. Por lo que no se espera una comprensión simbólica compleja y se pasa a una comprensión más material.

Sus herramientas principales para desenvolverse socialmente son las frases sencillas, además de los ademanes y las gesticulaciones. Su círculo social se reduce aún más al núcleo familiar. La persona se vuelve dependiente en cuanto a sus actividades prácticas, aunque menos que en la discpacidad intelectual profunda: es una cuestión de grado.

Discapacidad intelectual profunda

Aquí hablamos de una persona completamente dependiente. Su comprensión conceptual se limita únicamente a la comunicación material, aunque también con dificultades.

Por lo tanto, buena parte de su socialización es posible gracias a la mímica, especialmente marcada cuando desean o rechazan algo que han visto. La mayoría son capaces de seguir instrucciones sencillas o procedimientos que tienen muy automatizados.

¿Qué hacer?

Ahora que conoces los cuatro subtipos de discapacidad intelectual, estás en disposición de ser “un buen cribador temprano”. Así, si detectas alguno de estos perfiles, lo mejor es que consultes con un especialista.

Mano con corazón

Recuerda la información anterior para mantener la calma frente a cualquier sospecha. El estrés o la ansiedad, por ejemplo, pueden afectar a las funciones cognitivas de cualquier persona, y más todavía de los niños. Detrás de un bajo rendimiento académico o desinterés social no siempre existe un trastorno.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.