La filosofía de la enfermedad mental

¿Que es un trastorno mental? ¿Cómo se realizan los diagnósticos? La filosofía de la enfermedad mental se encarga de responder a estas y otras preguntas que están en la base de la psicología y la psiquiatría y cuyo recorrido tiene consecuencias muy importantes en la realidad de la consulta.
La filosofía de la enfermedad mental
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 11 febrero, 2020

La filosofía de la enfermedad mental es un campo de estudio interdisciplinar. Combina puntos de vista y métodos de la filosofía, la psicología, la neurociencia y la ética para analizar la enfermedad mental.

Los filósofos de la enfermedad mental se preocupan por examinar los problemas ontológicos, epistemológicos y normativos. Todos ellos surgen de las diversas concepciones de la enfermedad mental. Dentro de las preguntas centrales en la filosofía de la enfermedad mental aparece una cuestión, la de si el concepto de una enfermedad mental puede recibir una especificación científicamente adecuada y libre de valor subjetivo.

Se cuestiona si las enfermedades mentales deben entenderse como una forma de disfunción mental. La filosofía de la enfermedad mental también analiza finalmente si las enfermedades mentales se identifican mejor como entidades mentales discretas, con criterios claros de inclusión/exclusión o como puntos a lo largo de un continuo entre lo normal y lo enfermo.

Mujer con depresión

Filosofía de la enfermedad mental: la crítica al diagnóstico

Los filósofos críticos con el concepto de enfermedad mental argumentan que no es posible dar una especificación de valor neutral de las enfermedades mentales. Argumentan que las categorías de enfermedades mentales imponen normas y relaciones de poder preexistentes.

Quedan preguntas sobre la relación entre el papel que juegan los valores dentro del concepto de enfermedad mental y cómo esos valores se relacionan con los conceptos de enfermedad en general.

Los filósofos que se consideran parte del movimiento de la neurodiversidad afirman que nuestro concepto de enfermedad mental debería revisarse. Este concepto debería reflejar las diferentes formas de cognición que podemos poner en práctica sin estigmatizar a los individuos que son estadísticamente “no normales”.

El problema del diagnóstico

También hay problemas epistemológicos relacionados con la relación entre la enfermedad mental y el diagnóstico. Históricamente, el tema central se centra en cómo las nosologías (o esquemas de clasificación) de las enfermedades mentales, especialmente el DSM, relacionan las disfunciones mentales con síntomas observables.

La disfunción mental, en el sistema DSM, se identifica mediante la presencia o ausencia de un conjunto de síntomas de una lista de verificación. Los críticos del uso de síntomas de comportamiento para diagnosticar trastornos mentales argumentan que los síntomas son inútiles sin una concepción teórica adecuada de lo que significa que un mecanismo mental disfuncional.

Un sistema de diagnóstico debe ser capaz de distinguir a una persona con una enfermedad mental genuina de una persona que sufre un problema de vida. Los críticos argumentan que el DSM, tal como está constituido en la actualidad, no puede hacer esto.

¿El concepto de enfermedad mental es fiable?

Hay preguntas relacionadas que surgen sobre la naturaleza y el papel del valor y la enfermedad mental. La primera tiene que ver con si la enfermedad mental es un concepto de valor neutral. Las nosologías de enfermedades mentales intentan crear definiciones de valor neutral de los trastornos que contienen.

En el ideal, se supone que los conceptos seleccionados por manuales, como el DSM, reflejan una realidad humana universal subyacente. Los trastornos mentales contenidos en ellos, con una pequeña excepción, no están destinados a representar juicios de valor normativo culturalmente relativos en el dominio de lo mental.

Críticas hacia el concepto de enfermedad mental desde la filosofía

Michel Foucault fue uno de los primeros críticos de las enfermedades mentales y las instituciones de salud mental. Foucault argumentó que los asilos psiquiátricos surgieron históricamente por la aplicación de modelos de racionalidad que privilegiaban a los individuos que ya estaban en el poder.

Este modelo sirvió para excluir a muchos miembros de la sociedad del círculo de la agencia racional. Los asilos funcionaban como un lugar para que la sociedad albergara a estas personas indeseables y reforzara las relaciones de poder preexistentes.

Son artefactos sociales que sirven a los mismos objetivos socioculturales que nuestras construcciones de raza, género, clase social y orientación sexual. Así, las enfermedades mentales tratarían de mantener y expandir el poder de ciertos individuos e instituciones y preservar el orden social como lo definen los que están en el poder.

Michael Foucault

Los constructivistas respecto el concepto de enfermedad mental

Los constructivistas sobre la enfermedad mental pueden ocupar una variedad de posiciones sobre dónde opera el concepto de construcción social con respecto a la enfermedad mental. En el nivel menos radical, los constructivistas pueden sostener que las culturas imponen modelos de agencia ideal que se utilizan para etiquetar conjuntos de comportamientos humanos.

Los síndromes conductuales, desde este punto de vista, pueden ser más o menos un concepto presente en todas las culturas. Cada cultura desarrolla una teoría de la agencia ideal que hace que algunos de estos síndromes sean ‘enfermedades’, mientras que otras culturas pueden agrupar los síndromes de manera diferente según diferentes valores.

El conjunto de comportamientos que llamamos ‘depresivos’ existe solo porque los médicos los han agrupado (por cualquier número de razones). La única forma de explicar por qué un conjunto de comportamientos, sentimientos, pensamientos, etc., se agrupan en un síndrome es que los médicos hayan creado esta agrupación.

Para el conjunto de comportamientos característicos de un ataque cardíaco tenemos una historia causal fácilmente disponible que los unifica. Sin embargo, las enfermedades mentales carecen de una explicación independiente del clínico para su agrupación.

Desde este punto de vista, los síndromes son similares a lo que Ian Hacking ha llamado “tipos interactivos”. Los tipos naturales representan agrupaciones independientes del juicio en el mundo. Sin embargo, bajo los tipos interactivos los individuos se experimentan a sí mismos según una visión establecida, llegando a cambiar sentimientos y emociones para el ajuste a ese tipo.

Ejemplos de tipo interactivo en las enfermedades mentales

Hay que pensar en el trastorno de personalidad múltiple (ahora trastorno de identidad disociativo) como un tipo interactivo. Es decir, que el trastorno de personalidad múltiple no es un hecho básico sobre la neurología humana que el neurocientífico puede descubrir.

Una vez que se identifica el concepto de trastorno de personalidad múltiple, muchas personas serán etiquetadas. Bajo esa concepción médica, serán diagnosticados sin ninguna causa subyacente en el cerebro que lo pruebe.

Esta distinción oculta explicaciones alternativas de la enfermedad mental que permiten visiones intermedias, menos esencialistas e incluso pluralistas dentro de la filosofía.

En conclusión, podemos decir que la filosofía de la enfermedad mental es una perspectiva que enseña a la psicología en muchos aspectos cuál debería ser su forma de proceder en su entendimiento de la persona fuera del circuito médico y de las etiquetas iatrogénicas.


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