La maravillosa historia de Johanne Greenberg

La maravillosa historia de Johanne Greenberg
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 24 julio, 2020

Conocemos la historia de Joanne Greenberg gracias a la maravillosa obra autobiográfica que publicó en 1964 y que también fue llevada al cine: Nunca te prometí un jardín de rosas. Más allá del poderoso drama que expuso allí, lo que su testimonio aportó fue un ejemplo concreto y verificable de una curación de esquizofrenia.

Para la psiquiatría, la esquizofrenia es un trastorno mental incurable. Lo llaman “el cáncer de la mente”. De hecho, ni siquiera hay un tratamiento que resulte plenamente eficaz para eliminar los síntomas. Además, la psiquiatría biológica ofrece medicamentos cuya eficacia, en todo caso, es limitada.

 “(…) experimentar la realidad era sufrir un aburrimiento tan interminable como la enfermedad misma… El aburrimiento de la locura era un gran desierto, tan grande que la violencia o la agonía de cualquiera parecían un oasis”.

-Johanne Greenberg-

Por eso la historia de Joanne Greenberg es un hito esperanzador . Su caso está plenamente documentado. Fue diagnosticada de esquizofrenia cuando era casi una niña. Su caso podría considerarse como grave. Incluía alucinaciones visuales, auditivas y un complejo entramado de rupturas con la realidad. Gracias a un tratamiento a través de la palabra, se curó completamente.

El comienzo de la historia de Joanne Greenberg

La historia de Joanne Greenberg comienza en 1932, en los Estados Unidos. Sufrió una serie de problemas físicos que la llevaron de hospital en hospital, teniendo que soportar tratamientos severos y dolorosos. Como consecuencia, la chica comienza a crear un mundo propio y a adentrarse en él.

Mujer con un paraguas envuelta en melancolía simbolizando la historia de Joanne Greenberg

Joanne habla de un “cuarto nivel”. Este corresponde al reino de Yr. Este tiene su propio tiempo, su propia lógica y hasta su propio idioma. Hay un dios negro y una serie de personajes siniestros que hablan con Joan y la alertan sobre la maldad del mundo. A veces también son insidiosos y la atormentan con amenazas y advertencias de peligros.

Joanne Greenberg es diagnosticada de esquizofrenia por su incapacidad de distinguir lo que hay en su mente del mundo real. A los 16 años su padre la lleva a un hospital mental. Allí se encuentra con la persona que cambiaría su vida: Frieda Fromm-Reichmann. Ella había sido discípula de Freud en persona. Tenía una convicción acérrima: ningún paciente, por perturbado que estuviera, era inaccesible para la psicoterapia.

Un largo proceso terapéutico

La psicoterapeuta Frieda Fromm-Reichmann se había casado con Erich Fromm, quien había sido su paciente. Luego se divorció de él, pero siguió de cerca sus postulados humanistas. Estaba convencida de que la esquizofrenia también se podía curar a través de la palabra en un espacio terapéutico.

libro donde se explica la historia de Joanne Greenberg

Lo que hace la psicoanalista es entablar un diálogo comprensivo con Joanne. La cuestiona e indaga por su vida, con el objetivo de que ella verbalice los sucesos penosos que tuvieron lugar en su vida. Principalmente busca que salgan a flote los recuerdos reprimidos, lo que hay detrás del “olvido”.

Toda la historia de Joanne Greenberg y de su proceso terapéutico con Frieda Fromm-Reichmann es lo que queda plasmado en la novela Nunca te prometí un jardín de rosas. Esa expresión es literal. La usó la psicoanalista cuando Joanne comienza a sustituir su mundo mental por el mundo real. Encuentra que en este hay injusticias y reniega por haber abandonado el reino de su imaginación. La respuesta de Frieda le da entonces es esa frase.

El testimonio de este caso: la esquizofrenia que se curó mediante psicoterapia

Estas dos mujeres, Joanne y Frieda, desafiaron las verdades de la psiquiatría. Joanne se curó completamente. Desde el punto de vista psicoanalítico, no existe nadie que pueda llamarse “normal” en estricto sentido. Sin embargo, Joanne alcanzó eso que popularmente llamamos normalidad: valerse por sí misma. Estudiar, enamorarse, casarse. A veces ser feliz y a veces no.

Uno de los pasajes más hermosos del libro dice lo siguiente: “Ponerte bien no significa que después tu vida será un jardín de rosas (tienes que) disfrutar tu jardín de rosas cuando está en flor y tomarlo con calma en otros momentos”. Frieda murió antes de concluir completamente el psicoanálisis, pero cuando Joanne ya estaba fuera del hospital mental, estudiando en la universidad y tratando de hacer una vida autónoma.

foto representando la historia de Joanne Greenberg

Frieda nunca permitió que Joanne fuera tratada con medicamentos. Fue un auténtico reto a la psiquiatría, del que salió muy bien librada. Joanne, según su testimonio, es el reflejo de que la esquizofrenia puede paliarse. Esto, sin embargo, causó grandes polémicas. Los más apegados al concepto que hace equivalente la enfermedad mental con la enfermedad cerebral se han negado sistemáticamente a darle el crédito que merece este proceso.

Como quiera que sea, la historia de Joanne Greenberg es un bello testimonio de esperanza. Un referente que no deben pasar por alto quienes de verdad se interesen por la mente humana y comprendan que, en realidad, no tiene límites imaginables.


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