La memoria y el trauma

En este artículo se plantea la relación entre la memoria y el trauma, junto con los procesos que este último avoca en la persona que sufre una experiencia emocional disruptiva. Se explica a través del trastorno de estrés postraumático —TEPT—, la diferenciación entre recuerdos traumáticos y ordinarios y el papel de la memoria autobiográfica.
La memoria y el trauma
Loreto Martín Moya

Escrito y verificado por la psicóloga Loreto Martín Moya.

Última actualización: 22 mayo, 2020

Numerosos estudios han tratado de descifrar cuál es el papel del trauma, o de una experiencia emocional intensa, en la codificación, almacenamiento y recuperación de los recuerdos. ¿Existe relación entre la memoria y el trauma? ¿Acaso estos dejan una huella menor o mayor que los mundanos o son equivalentes?

Hay varias posturas que defienden ambos argumentos. Unos arguyen que las experiencias traumáticas son procesadas de forma diferente que los recuerdos más normales. Estos mecanismos producen un recuerdo alterado que es difícil de recuperar. Por otro lado, otros defienden que el estrés no altera la calidad de esos recuerdos y que son procesados de forma muy similar.

La defensa de estas posturas se basó en estudios de laboratorio. La condición de trauma es muy difícil de reproducir en una situación controlada y segura. Por ello, se han llevado a cabo estudios con pacientes con trastorno de estrés post-traumático —TEPT— cuyo trauma arraigado parece adecuado para conocer cómo están relacionados la memoria y el trauma.

Mujer preocupada

Algunos datos sobre el TEPT: la memoria y el trauma

El TEPT se podría definir como la respuesta anómala con la que algunas personas reaccionan ante una experiencia traumática, desgarradora o dolorosa. Catalogarla de anormal podría ser un error, puesto que hablamos de reacciones de personas normales ante situaciones insólitas.

La incapacidad de hacer frente a esta experiencia lleva a la persona a experimentar síntomas de intrusión asociados con ese mismo evento. Estos síntomas pueden ser: recuerdos angustiosos recurrentes, sueños o pesadillas, reacciones disociativas —puede llevar una pérdida de conciencia del presente—, malestar psicológico y evitación de todo aquello que relacionado con esa experiencia o reacciones fisiológicas intensas.

Las causas más habituales del TEPT son los desastres naturales -inundaciones, terremotos o tsunamis-, los accidentes y las enfermedades. No obstante, hay un tipo de evento que suele tener índices del 70 al 80 por ciento de desarrollo de TEPT: las atrocidades humanas. Esta categoría incluye asaltos, actos terroristas, abusos sexuales y violaciones, campos de concentración.

Criterio diagnóstico de TEPT: la memoria perdida

Uno de los criterios diagnósticos que se incluye en el DSM-5 para saber si una persona sufre un TEPT es la incapacidad para recordar aspectos relevantes del suceso traumático. Esto podría definirse como amnesia disociativa, y aunque los recuerdos parecen no estar almacenados, estos pueden modificar la conducta.

Por ejemplo, aunque una niña no recuerde cómo fue abusada sexualmente en un baño, puede seguir evitando los baños públicos y sufrir mucho malestar al entrar en el de su propia casa.

Síntomas nucleares del TEPT: los flashback

Entre los síntomas nucleares del TEPT, y también de los más limitantes, encontramos la evitación y el embotamiento emocional, la hiperactivación y las reexperimentación y los recuerdos intrusivos.

Centrándonos en los últimos, las personas que han sufrido una experiencia traumática pueden estar abocados a reexperienciar la situación traumática a través de pesadillas, recuerdos intrusivos o flashback.

Esto no significa que la persona no tenga lagunas, pues puede no acordarse de ciertos aspectos del evento. A su vez, otros detalles o escenas pueden volver a la memoria de manera vívida. El problema de esto es que las reexperiencias son incontrolables e inevitables para el sujeto.

Los flashback no son recuerdos

Hay que tener en cuenta que, aunque los recuerdos instrusivos sí son en efecto recuerdos, los flashback no lo son. Con los flashback se pierde la temporalidad, puesto que el sujeto tiene la sensación de estar viviéndolo todo de nuevo. Esto surge ante la presencia de estímulos neutros —estímulos que no están condicionados para la persona ni de forma aversiva ni placentera; son totalmente ambiguos— que desencadenan el flashback.

Por ejemplo, una persona víctima de un ataque terrorista puede desencadenar un flashback al ver el pañuelo azul enrollado en el cuello de un hombre; el centro comercial en el que fue atacado tenía las paredes de ese mismo color. Por ello, los flashback no son solo un recuerdo que se vive con angustia, pero el renacimiento de la experiencia traumática emocional y el pensar que todo está ocurriendo otra vez.

Amnesia e hipermnesia

Por lo tanto, en los pacientes con TEPT podemos encontrar varios efectos sobre la memoria. Puede existir hipermnesia —por exceso— donde el trauma se caracteriza por recuerdos intrusivos, flashback y pesadillas; o amnesia —por defecto— donde tiene lugar una desorganización de la memoria, fragmentación de los recuerdos u olvido total o parcial. Estos pueden coexistir, dependiendo de los aspectos olvidados, aquellos vívidos, o la naturaleza del trauma.

¿Qué parte de la memoria se altera con el trauma?

La memoria y el trauma parecen estar relacionados con la memoria autobiográfica. La memoria autobiográfica forma parte de la memoria explícita y nos permite recordar los eventos de nuestra vida y del mundo que nos rodea. La memoria que hace posible que tengamos un discurso de vida lógico y un desarrollo a partir de nuestros recuerdos.

De esta manera, como la memoria del trauma no es una historia coherente como sí lo son los recuerdos de la memoria autobiográfica, los estudios parecen encontrar el problema en este sistema de memoria. La memoria del trauma está rota, fragmentada y parece incluso separada de la historia del sujeto. Al quedar estos recuerdos fuera del control de la persona, esta se postula invasora e intrusiva respecto a la memoria autobiográfica.

Hombre con ansiedad apoyado en la ventana

¿Existen diferencias entre los recuerdos traumáticos y los ordinarios?

La respuesta a esta pregunta, en relación a la memoria y el trauma, es afirmativa. Parece que con las diferencias existentes entre ambos tipos de recuerdos se evidencia que está presente la acción de mecanismos especiales de memoria en situaciones de alto estrés.

Recuerdos traumáticos

Algunos de los aspectos más relevantes de los recuerdos traumáticos son:

  • Recuperación complicada, con fragmentos que se almacenan al margen de la conciencia, y con la presencia de flashback emocionales.
  • El paso del tiempo influye de manera positiva en su recuperación. A mayor tiempo pasado, mayores son las probabilidades de que se recupere el recuerdo.
  • Son exactos y duraderos cuando se recuperan. Son invulnerables al cambio.
  • Cuánto más mantenida ha sido la experiencia traumática en el tiempo, menor probabilidad de recuperación. Por ejemplo, si una mujer ha sido abusada durante años, será menos probable que recupere la memoria del trauma que aquella que ha sido abusada una vez.
  • Evocados de forma automática e incontrolable por disparadores —estímulos neutros ahora condicionados—.

Recuerdos ordinarios

En el caso de los recuerdos ordinarios, todo esto parece darse la vuelta:

  • Su recuperación es fácil y forma parte de una narración coherente.
  • El paso del tiempo influye de manera negativa en su recuperación. A mayor tiempo pasado, costará mucho más recuperar esos recuerdos.
  • La exactitud y la duración pueden variar. Son muy maleables y pueden versionarse a medida que pasa el tiempo.
  • Cuanta más exposición haya existido a la experiencia, mayor probabilidad recuperar ese recuerdo.
  • Su evocación es voluntaria y consciente. Su recuperación se mantiene bajo control.

Por todo lo mencionado anteriormente, parece que una experiencia emocional muy fuerte, fuente de estrés, puede influir de forma automática en la manera de codificar, almacenar y recuperar la información. Pierre Janet ya dijo en 1904:

“Las experiencias extremadamente aterradoras no pueden ser asimiladas a las creencias, suposiciones y significados ordinarios de una persona, en cuyo caso serán almacenadas de forma diferente, disociadas de la experiencia consciente y del control voluntario”.


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