La sugestión: ¿qué poder tiene en nosotros?

La sugestión: ¿qué poder tiene en nosotros?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Yamila Papa

Última actualización: 21 mayo, 2021

Tras leer un libro, mirar una película, oír las noticias o hablar sobre un hecho trágico es más probable que tengamos miedo de que eso nos suceda. Por ejemplo, si pensamos en una persona a la que robaron entrando a su casa pensaremos generalmente que la probabilidad de que nos ocurra a nosotros es mayor que la que estimábamos antes.

Si vemos una película de terror donde el protagonista es seguido por un coche rojo (conducido por un asesino), ¿cómo crees que reaccionaremos al darnos cuenta de que detrás nuestro en la carretera hay un vehículo de ese mismo color? No se trata de imaginación, de ser pesimistas o de exagerar, sino de algo llamado “sugestión”. En este artículo te contaremos más sobre ella.

¿Qué es la sugestión?

Si nos atenemos solo a la definición de diccionario podríamos decir que la sugestión es un proceso psicológico mediante el cual las personas somos manipuladas a través de una escena, una imagen, una palabra o una situación. Pero vamos a ahondar un poco más en este concepto.

La primera vez que se habló del término fue en el siglo XIX, cuando investigadores como William James indicaron que la sugestión se usaba en un sentido muy restringido. Esto significa que el empleo de esta “técnica” estaba relacionada a decir una idea para sugerir otra. ¡Y esto era aprovechado por los grandes oradores!

Unos años más tarde, gracias a los maestros de la hipnosis (entre ellos Clark Leonard Hull) se ampliaron los conocimientos en relación a esta acción. La teoría dice que una persona sigue un patrón o instrucción según lo que escucha o ve. Por ello, cuando escuchamos una noticia trágica es probable que nos quedemos pensando en ella durante un tiempo sobrestimemos la posibilidad de que nos ocurra.

Mujer pensando

¿Qué poder tiene la sugestión?

Esta técnica no solo sirve para que tengamos miedo o nos sintamos en peligro, también se puede emplear para “sugerir” que hagamos o digamos algo en particular. La mente es extraordinaria, para lo positivo y lo negativo… y en muchos casos no nos permite actuar como queremos. La teoría del libre albedrío defendida por los religiosos no condice con la hipótesis del poder de la sugestión. En estos ejemplos te explicamos por qué:

1. Nos hace creer que somos más inteligentes

En la Universidad de Washington, unos investigadores le dieron una pastilla a un grupo de personas mientras les decían que servía para aumentar su inteligencia. En realidad era una píldora “placebo” y no elevaba la capacidad cognitiva. Sin embargo, los pacientes incrementaron sus estados de alerta y atención, obteniendo mejores resultados en las tareas que los investigadores les plantearon.

2. Nos “enferma”

Si por ejemplo ponemos a una persona en una habitación y arrojamos humo (como los de las fiestas) diciéndole que se trata de un gas tóxico, probablemente le falte el aire, crea que va a morir y experimente los síntomas de un intoxicado.

Sin llegar a casos tan extremos podemos citar otro caso: cuando se habla en las noticias del virus del Zika al ver un mosquito salimos despavoridos y si nos llega a picar uno hasta podemos tener fiebre y dolor en las articulaciones como si realmente se tratara de un insecto infectado.

3. Hace que trabajemos mejor

El Efecto Hawthorne es uno de los más conocidos en el ámbito de la sugestión. Se basa en la idea de que cuando somos observados actuamos de una manera diferente. Así los empleados trabajan ardua y eficazmente cuando creen que el jefe los está mirando.

Se han hecho pruebas con cámaras de seguridad que no funcionaban (pero el “observado” no lo sabía) y llegado a esta conclusión. Si creemos que alguien nos mira… ¡haremos todo mejor!

4. Cambia nuestra rutina

El poder de la sugestión es tal que nos hace modificar nuestros hábitos. Por ejemplo, después de ver las noticias sobre un grupo de ladrones que asalta a quienes ingresan a casa después de las 10 de la noche puede que nos apresuremos en llegar a las 9 y media.

5. Condena a un inocente

Si antes de entrar en la sala de reconocimiento de un sospechoso escuchamos que alguien dice “estoy seguro de que el ladrón tenía barba” es más que probable que señalemos a uno que tiene vello en el rostro, aunque nunca lo hayamos visto o hasta hace unos minutos estábamos seguros de que era lampiño. La sugestión cambia nuestros recuerdos de tal manera que lo vivido queda olvidado.

No queremos decir con todo esto que somos ajenos a tomar decisiones o que existe un plan superior cambiando nuestras opiniones. Pero es preciso entender qué rol juega la sugestión en nuestro día a día y de qué manera podemos hacerle frente. ¡Mucho de lo que creemos puede ser solo producto de nuestra imaginación!

6. Amuletos

Los amuletos también suele tener un gran poder de sugestión. ¿Quién no ha pensado alguna vez que por no llevar su amuleto de la suerte algo le iba a salir mal? Es frecuente, sobre todo en estudiantes, que acudan a un examen con el mismo bolígrafo, o una estampa de un Santo, o una misma ropa o cualquier objeto que crean que les traerá suerte. Este objeto de valor, nos hace pensar que tendremos más suerte o seremos más capaces de llevar a cabo una acción. Sin duda, otra forma de sugestión que podemos observar de forma diaria.

Chica estudiando exámenes

7. “Con ese profesor no aprueba nadie”

Aquellos que han pasado por el instituto o la Universidad, se han escuchado en más de una ocasión la frase de “con ese profesor no aprueba nadie”. ¿Qué ocurre? Que nos condicionamos de tal forma, que pase lo que pase, lo interpretamos de forma negativa y somos incapaces de estudiar y de aprobar. Nuestra sugestión es tan grande que damos por perdida la batalla de antemano y después del examen pensamos: “pues no era para tanto”. Pero como ya estábamos sugestionados, no habíamos estudiado con el suficiente interés. Así pues, en muchas ocasiones no es el profesor el que no aprueba, es nuestra sugestión.


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