La vida por delante: la magia de la experiencia

Una vida por delante es una de las últimas producciones de Netflix. En su reparto cuenta con Sofia Loren y con una historia que frente al pesimismo, apuesta por la voluntad de vida, por encima de las circunstancias.
La vida por delante: la magia de la experiencia
Sergio De Dios González

Escrito y verificado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 10 octubre, 2022

Una vida que termina y otra que empieza. Sophia Loren, con 87 años vuelve a la gran pantalla para separar el talento de la belleza que un día pudo representar su piel tersa, para recordarnos, a las nuevas generaciones, que detrás del mito, la luz y la pompa que rodea a su nombre artístico hubo y hay una gran actriz.

Madame Rosa, personaje al que encarna, es una mujer con muchos años a sus espaldas cuyo oficio es ocuparse de los niños de las prostitutas que no pueden hacerse cargo directamente de ellos. Lo hace desde su manera particular de entender la vida, un medio en el que lo esencial es sobrevivir. Lo hace de una manera muy particular, ya que en el barrio, a su casa la conocen como “el refugio”.

“Algunos dicen que todo está escrito y que no se puede cambiar nada. Yo quiero cambiar todo”

Su contrapunto es Momo (Ibrahima Gueye), un chico de Senegal que intenta distanciarse del recuerdo de una madre a la que perdió. A su corta edad, Momo ha aprendido a buscarse la vida entre las callejuelas de Bari, una ciudad costera al sur de Italia. Eso pretende cuando consigue robarle unos candelabros a Madame Rosa, mientras ella pretendía empeñarlos para sacarle algo de dinero.

En busca de la esperanza

Hasta ese momento, el doctor Cohen (Renato Carpentieri) se ha hecho cargo del menor, pero al descubrir su último robo, tiene la sensación de que con sus medios no puede reconducir su existencia. Así, aprovecha su visita al hogar de Madame Rosa para pedirle que se encargue de él. Ella al principio se muestra reticente. No tiene ningunas ganas de encargarse de un árbol que ha empezado a crecer tan torcido; no se siente con fuerzas de afrontar ese desafío.

Sin embargo, el doctor Cohen insiste. A nosotros, como espectadores, nos cuesta un poco entenderlo. Madame Rose no parece la persona más cariñosa del mundo. ¿Cómo se encontrarán dos personas que parecen poner tanta distancia cuando se relacionan?

“Todo en tu vida, tus decisiones, dependen de la gente que conozcas, y de cómo las escuches”.

-Hamil (Babak Karimi), el dueño de la tienda donde trabaja Momo-

La vida por delante después del encuentro

Pocos apostarían por el encuentro. Al principio, ella piensa -y así lo manifiesta- que Momo está podrido por dentro; además, él piensa que aquella casa es “un zulo de mierda”. Los dos están viendo la superficie, el tiempo hará que tengan la oportunidad de ir más allá.

En un principio, en ninguno de los dos existe una voluntad de acercamiento. Es el propio curso de los acontecimientos, la necesidad de cariño que tenemos todos, la que termina creando la relación. Momo tiene la oportunidad de entrar en lo que Madame Rose llama su refugio, de pararse un momento a escuchar sus recuerdos. Cuando los dos se identifican como supervivientes, las distancias se acortan.

Momo siente que por primera vez alguien le trata como si fuera digno de confianza, como la persona mayor que es, porque las circunstancias le han hecho crecer muy rápido. Cuando has perdido las esperanzas, es cuando pasan las cosas buenas.

Rostros de Momo y Madame Rosa

Madame Rosa es la primera persona importante para Momo, la primera que no es insignificante en medio de una humanidad que parece una coma. Su relación cambia cuando se tocan por primera vez, las palabras las utilizan para hablar del mundo, el contacto para converger, para trasmitirse que uno está ahí para el otro.

Mientras, Momo tiene que elegir entre dos formas de relación, la que ha conocido hasta ahora con la “familia” para la que trabaja como vendedor de droga o su nuevo hogar con Madame Rosa; ver a los demás como un instrumento o verlos como como semejantes con necesidades.

En La vida por delante, la transformación de Momo es silenciosa. Habla a través de sus elecciones, se muestra como una persona de palabra cuando deja todo por cumplir la promesa que le hace a Madame Rosa. No dejará que muera en el hospital, no dejará que la enfermedad la despoje de la que para ella es una parte importante de su dignidad. Una dignidad con la que Momo se queda para afrontar su vida por delante.

“La naturaleza no sabe lo que hace, hace cosas sin sentido. A veces son flores y animales. Otras veces es un anciano encerrado en un hospital esperando su momento”.

-Momo-


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  • Rygaard, N. P. (2008). 
  • El Niño Abandonado: guía para el tratamiento de los trastornos del apego
  • . Editorial GEDISA.

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