Las consecuencias del abandono paterno

El abandono a edades tempranas en muchos casos deja una huella que actúa de lastre el resto de la vida. El niño, y el adulto, en muchos casos interpretan este abandono como la prueba de su falta de valor, abriendo con esta idea un agujero muy grande en la línea de flotación de su autoestima.
Las consecuencias del abandono paterno
Elena Sanz

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 13 noviembre, 2020

La infancia es una etapa clave en el desarrollo psicológico y emocional. La interacción con nuestros padres y todas sus decisiones afectan a la visión que tenemos de nosotros mismos y del mundo. Así, aunque muchas veces no seamos conscientes del daño ocasionado en nuestros primeros años, ciertas vivencias, como el abandono paterno, pueden dejar huellas profundas.

Al crecer, muchos de quienes vivieron esta dura experiencia pueden afirmar que el impacto en ellos fue leve o que ya lo tienen superado. Sin embargo, basta con observar sus actitudes, pensamientos y conductas para comprobar cómo ese abandono sigue dirigiendo desde la sombra. Para poder tomar conciencia de lo que está sucediendo, te presentamos las principales secuelas que pueden detectarse en estos casos.

Niño triste mirando por la ventana

¿Qué es el abandono paterno?

Antes de enumerar las consecuencias del abandono paterno, es importante saber en qué consiste. Y es que no se puede considerar abandono paterno la ausencia de un progenitor que nunca estuvo, por ejemplo, en el caso de las madres solteras por elección. Del mismo modo, en una familia conformada por dos padres o dos madres, no se puede decir que haya ningún tipo de abandono, pese a que no exista una figura del género contrario.

Además, se ha demostrado que crecer en este tipo de familias no supone ninguna desventaja para el menor en comparación con los iguales que crecen en el seno de familias heteroparentales.

Entonces, el abandono paterno se produce cuando un progenitor (hombre o mujer) que, en algún momento formó parte de la vida del niño, deja de hacerlo. Pero no solo designa a los casos en los que el padre o la madre salen físicamente de la vida del menor, también hace referencia al abandono simbólico que se produce cuando el padre, pese a estar, no se vincula emocionalmente. Es decir, se desentiende del cuidado del menor, está ocupado continuamente en otros asuntos y está, en definitiva, ausente a nivel emocional.

Las consecuencias del abandono paterno

Las consecuencias que se derivan de dicho abandono, real o simbólico, pueden llegar a ser graves y afectan especialmente en el plano emocional. Además, pese a que suelen empezar a manifestarse durante la infancia, con frecuencia perduran en la edad adulta, quizá a un nivel inconsciente. Son, principalmente, las siguientes.

Culpa y baja autoestima

Es frecuente que los menores se culpen a sí mismos de la partida de ese progenitor que los abandonó. Pueden sentir que no son lo suficientemente valiosos, ya que su padre o madre no mostraron interés en él ni en permanecer a su lado, pero también puede ocurrir que piensen que ellos hicieron algo malo que desencadenó el abandono.

Así, crecen con un enorme sentimiento de culpa y una baja autoestima. Si la persona que debería quererme más en el mundo escogió no estar a mi lado, debo ser realmente malo o de poco valor. Un pensamiento lógico en la situación que describimos y que puede causar un daño muy complicado de reparar.

Incapacidad para vincularse

En la persona que ha sufrido el abandono paterno también es común que aparezcan problemas para vincularse emocionalmente con otras personas.

La desconfianza y el recelo del menor se instalan, en primer lugar, con el progenitor que sí se ocupa de él. Además, es posible que estas emociones se extrapolen a otras relaciones familiares, de amistad o de cualquier índole impidiéndolas desarrollarse con normalidad.

Temor al abandono

Esta es sin duda la consecuencia principal de la que se derivan las secuelas más importantes. Y es que el niño que es abandonado crece con el temor a que el resto de personas de su entorno le abandonen también; puede ocurrir o no, pero la mera anticipación les genera una gran angustia. Un miedo que puede hacerles muy sumisos y dependientes, sumamente complacientes y escasamente asertivos.

Niña abrazada a un peluche

Otras consecuencias del abandono paterno

Sumado a lo anterior, es frecuente que ocurran problemas escolares, tanto a nivel académico como de conducta. Estos menores tendrán también un riesgo aumentado de desarrollar adicciones y otros muchos trastornos psicológicos. Y, adicionalmente, mantendrán actitudes más rígidas y experimentarán dificultades para adaptarse a los cambios que puedan producirse en su vida.

Si no encuentran en el entorno cercano la contención, el apoyo y la seguridad necesarias para procesar el abandono, este continuará lastrando su evolución adulta. Personas reacias a vincularse emocionalmente, excesivamente ansiosas y temerosas de perder el afecto ajeno y con una autoestima baja son especialmente vulnerables a los efectos de este abandono.

Así, una terapia psicológica dirigida a resignificar la vivencia puede ser de gran ayuda para dejar atrás el peso o los aprendizajes erróneos del pasado, incluso de aquellos que se dieron en la infancia.


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