Las mejores frases de Zenón de Citio, el filósofo del pórtico

Las mejores frases de Zenón de Citio, el filósofo del pórtico
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 28 octubre, 2021

Las frases de Zenón de Citio están relacionadas con las premisas básicas de su escuela de pensamiento. La primera, que existe un orden natural y racional de las cosas. La segunda, que el bien consiste en adaptarse a dicho orden.

Zenón de Citio fue el creador del estoicismo, aunque hayan sido más célebres algunos de sus sucesores, como Séneca o Marco Aurelio. Se le llama el filósofo del pórtico porque impartía sus enseñanzas bajo un famoso pórtico decorado con bellas pinturas. Buena parte de su obra se ha perdido, pero aún se conservan varias de sus frases de Zenón de Citio.

Los estoicos defendieron una vida basada en la razón, en la prudencia y la moderación de los placeres. Además, muchas de sus reflexiones se centraron en la ética. Eso es precisamente lo que se ve en las frases de Zenón de Citio: el interés por inculcar una forma de vivir apegada a los valores. Estas son algunas de sus afirmaciones.

Un mal presentimiento es una conmoción de la mente repugnante a la razón, y en contra de la naturaleza”.

-Zenón de Citio-

Frases de Zenón de Citio sobre la fortaleza

Varias de las frases de Zenón de Citio exaltan el pensamiento. Lo consideran el centro y la fuente de todo. Una de sus afirmaciones deja ver claramente este postulado. Dice así: “El pensamiento debe ser más fuerte que la materia, y la voluntad más poderosa que el sufrimiento físico o moral”.

Como vemos, para los estoicos el pensamiento y de la voluntad están por encima de todo. En ellos se ve una fuerte influencia metafísica, que más adelante terminó influyendo sobre el pensamiento cristiano.

mujer con figuras geométricas en la cabeza representando las frases de Zenón de Citio

La pérdida más dolorosa

Esta es una de las frases de Zenón de Citio que ha sobrevivido al paso del tiempo y que aún hoy en día se cita en diferentes contextos. Dice: “Ninguna pérdida debe sernos más sensible que la del tiempo, puesto que es irreparable”.

Más allá del sentido que tiene en torno al desaprovechamiento del tiempo, lo esencial de la frase está en lo irreparable de esa pérdida. El tiempo transcurre y no tiene vuelta atrás. Todos los momentos son irrepetibles. Los instantes que se dejan ir ya no regresarán.

Criar un niño en un mundo negativo

Aunque los estoicos comenzaron a filosofar unos dos siglos antes de nuestra era, muchas de sus reflexiones siguen teniendo vigencia en el mundo de hoy. Esta afirmación, por ejemplo, parece hecha a la medida del presente: “Cuando pones fe, esperanza y amor, juntos puedes criar niños positivos en un mundo negativo”.

En aquel entonces se desconocían las herramientas de psicología y pedagogía con las que contamos hoy. Sin embargo, haciendo gala de un sentido común extraordinario, Zenón de Citio aporta esa afirmación, que resulta completamente válida. Es muy interesante que señale a la familia como núcleo básico, incluso por encima de la sociedad.

Niño con ojos oscuros simbolizando las frases de Zenón de Citio

¿Oír o hablar?

Esta es otra de esas frases de Zenón de Citio que aún hoy en día se repite en todas las latitudes. Dice así: “Recordad que la naturaleza nos ha dado dos oídos y una boca para enseñarnos que vale más oír que hablar”. Hay muchas variantes de esta afirmación, pero con toda seguridad se ha hecho universal.

Se trata de un llamado a ser precavidos con las palabras. Hace el símil con el hecho de tener dos oídos y una boca, porque es más importante escuchar que hablar. Es otra de esas afirmaciones que sigue diciendo mucho, incluso para los más jóvenes. Una exaltación de la escucha y al discurso razonado.

La verdadera fortuna

Gracias a la obra de Séneca se conoció una de las vicisitudes por las que pasó Zenón de Citio. En su obra se cuenta que el filósofo griego envió todas sus pertenencias en un barco que naufragó poco después de zarpar. Cuando se lo contaron, simplemente dijo esto: “La fortuna quiere que tenga yo mayor libertad para filosofar”.

La frase es un ejemplo magistral de la filosofía estoica. Esa escuela llamaba a aceptar y entender la realidad siempre como algo que responde a un orden racional. En ese sentido, todo lo que ocurra es fruto de ese orden y a nosotros nos queda entenderlo y sacar una enseñanza de ello.

Se cuenta que Zenón de Citio impartió sus enseñanzas por más de 30 años. Finalmente, cuando sintió que había llegado el momento, optó por quitarse la vida. Esto era muy usual entre los filósofos de su época. Tenía 72 años cuando murió. Su pensamiento siguió permeando en los filósofos de varios siglos después.


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  • Cappelletti, A. J. (Ed.). (1996). Los estoicos antiguos. Gredos.

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