Los hijos no son copias de sus padres

Tendemos a pensar que nuestros hijos son copias de nosotros mismos, sin embargo ellos son seres únicos e irrepetibles, con sus propias actitudes y metas
Los hijos no son copias de sus padres
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Así es, los hijos no son copias de sus padres. Nuestros hijos son – y al mismo tiempo no son – extensiones de nosotros mismos. Lo son, en el sentido de que heredan nuestros rasgos físicos y temperamentales. No obstante, no debemos desechar su potencial de aprendizaje, sus propias experiencias y su forma de ser y estar en el mundo. Por eso, cada ser es uno con sus circunstancias, y tal es la razón por la que se expone que los hijos no son copias de sus padres exactas.

Lamentablemente, este hecho no siempre está claro, y algunos padres ven a sus hijos como un espejo en el cual quieren verse reflejados, e incluso aspiran a vivir a través de ellos. ¿El resultado? la frustración por ambas partes.

Los hijos no son copias de sus padres: Observa y escucha

Padre jugando ajedrez con su hijo

Lo ideal es empezardesde que el bebé nace. Debemos verlo como un ser único con una identidad propia, digno de ser aceptado como es. Utilizando esto como punto de partida, es muy importante observar cuáles son sus inclinaciones naturales.

¿Le gusta dibujar? Se le puede involucrar con muchas experiencias que estimulen su talento, como comprarle libros y materiales de dibujo, llevarlo a exposiciones de arte acordes a su edad, inscribirlo en clases o talleres de dibujo, etc.

También es importante dialogar con los hijos para así ayudarlo a descubrir cuáles son las mejores formas de canalizar sus talentos e inquietudes. Por último, reconocer y alabar sus habilidades y logros es un valioso estímulo para hacer florecer y fructificar sus preciosos dones naturales.

Vivir a través de los hijos

Madre con su hija adolescente triste

Desde temprano,hay que estar atentos para no proyectar nuestros propios deseos insatisfechos en nuestros hijos. Por ejemplo, hay padres que quizá tienen el sueño frustrado de ser artistas famosos, y quieren realizarlo a través de sus hijos. Entonces, los someten a una dura rutina de clases de actuación, de música, de baile, audiciones y demás, que no se corresponden con los intereses, habilidades ni vocación de sus hijos.

Pero los propios intereses actitudinales y vocacionales no se pueden cambiar permanentemente. Puede que, tarde o temprano el niño o la niña se rebele contra una circunstancia que considera impuesta. Esta rebeldía puede adoptar muchas formas; desde problemas de ansiedad, de conducta o bajo rendimiento escolar, hasta abuso de drogas. En los casos más graves, la depresión o el suicidio.

Este profundo sentimiento de insatisfacción personal no merece la pena. Y la verdad es que no hay necesidad de tanto sufrimiento, pues ya la vida se encarga de proveernos generosamente del mismo. Simplemente déjalo ser lo que quiera ser, aunque no sea lo que soñaste para ti. Más bien, busca canalizar tus propios sueños. La historia está llena de personas que llevan a cabo sus sueños y metas a cualquier edad.

Las odiosas comparaciones que frustran a los niños

Tiene el mismo mal genio que su padre” o “Es idéntica a su madre, no tiene habilidad para los números” son ejemplos de expresiones comunes capaces de limitar las expectativas que los niños tienen de sí mismos. Y aunque haya parecidos razonables dentro de la familia, vale la pena esforzarse por destacar lo que hace a cada hijo único e irrepetible. De esta manera estaremos estimulando el libre desarrollo de su personalidad, sin constreñirlo o asimilarlo a modelos ajenos.

Para terminar, empezamos el artículo diciendo que los hijos no son copias de sus padres. Esto es cierto, pero se debe añadir que tampoco son de nuestra propiedad. Los hijos son un regalo, un privilegio que se nos concede temporalmente para guiarlos en el cumplimiento de la misión que tienen encomendada en la vida. Por eso, dejémosles desplegar sus talentos, confiemos en ellos y permitámosles crear su propio camino.


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