Madres emocionalmente abusivas

La marca de las madres emocionalmente abusivas puede acompañarnos hasta edades adultas. La terapia psicológica puede ayudarnos a restaurar la identidad y autoestima para superar la marca profunda de este tipo de maltrato.
Madres emocionalmente abusivas
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 06 agosto, 2023

La figura de la madre está envuelta en un halo casi sagrado dentro de muchas culturas. Lo más común es que ellas entreguen todo de sí por el bienestar de sus hijos; y muchas esperan en respuesta, que estos les profesen una especie de veneración hasta el fin de sus días. No obstante, hay madres emocionalmente abusivas.

Madres que pueden ser muy sensibles. El solo hecho de hacerles una crítica causa enormes heridas en sus maternales corazones. Desobedecerlas es una grave afrenta, por absurdas que sean sus órdenes, por infantil que resulte su comportamiento. Todas estas actitudes y conductas acaban dando forma así al síndrome de la progenitora tóxica, una realidad muy común en nuestro día a día.

Esta situación es bastante visible en Latinoamérica, pero tampoco es ajena a otros lugares del mundo en donde hay un fuerte arraigo de la idea de familia como un valor absoluto. Por supuesto, no todas las madres tienen ese talante. Las hay saludables y dispuestas a formar hijos libres e independientes. Por desgracia, también son muchos los casos en donde la madre es fuente de abuso.

“No es fácil encontrar la felicidad en nosotros mismos, y no es posible encontrarla en ningún otro lugar”

-Agnes Repplier-

Definiendo el abuso

Visto tangencialmente, las cifras indican que la palabra “abuso” aparece con mayor frecuencia asociada a los padres y no tanto a las madres. Los hombres encabezan las listas del abuso físico y el abuso sexual. Así, y en lo que se refiere al maltrato emocional casi siempre está relacionado con temas como el abandono o el maltrato directo.

Cabe señalar que fue en los años 90 cuando apareció por primera vez la figura de la madre como foco del abuso gracias al libro de la psicóloga Susan Forward  “Padres que odian”. En este interesante trabajo se empezó a definir los comportamientos de esas madres caracterizadas por una crianza tóxica.

Sin embargo, en muchas ocasiones el abuso emocional puede pasar desapercibido. Esto ocurre porque algunas madres no se dan cuenta de los errores que cometen y replican las pautas que han aprendido a lo largo de su vida, asumiéndolas como parte normal y constitutiva de la maternidad.

Por otro lado, como el abuso emocional no suele estar acompañado de maltrato físico, es asumido como menos lesivo y, en consecuencia, no se le da la suficiente importancia. Así mismo, hay madres que justifican sus acciones abusivas en el discurso del amor maternal y de que las hacen por el bien de sus hijos o hijas.

De esta forma, resulta difícil reconocer los patrones de abuso y, más aún, romper con ellos. En ocasiones el abuso emocional puede provenir de madres cariñosas y solícitas, con comportamientos ambiguos y ambivalentes, que alternan entre la afectuosidad, el menosprecio y la indiferencia.

Por tanto, aprender a reconocer las características de una madre abusiva emocionalmente es un primer paso para empezar a trabajar en el problema y, de forma progresiva, intentar sanar el vínculo materno.

Maltrato infantil

Características psicológicas de las madres emocionalmente abusivas

En ocasiones, las madres emocionalmente abusivas parecerían víctimas de un abuso perpetrado por los padres. Sin embargo, este hecho no siempre se cumple.  Veamos por tantos los principales que les caracterizan.

  • Se puede decir que una madre es emocionalmente abusiva cuando utiliza a sus hijos para satisfacer sus propios vacíos emocionales. Cuando piensa que sus hijos no son seres humanos independientes, sino que existen para compensarlas a ellas por lo que perdieron o no tuvieron.
  • Por eso, más que educarlos para que crezcan emocional y psicológicamente sanos, se encargan de poner obstáculos para su desarrollo individual.
  • Muestran una baja autoestima, así como una falta de confianza en ellas mismas.
  • Son controladoras y usan a sus hijos para lograr determinadas metas.
  • Necesitan ser el centro de atención.
  • Son autoritarias y críticas.
  • Vulneran toda necesidad emocional de los hijos.

Asimismo, estudios como el llevado a cabo en la Universidad de Michigan, nos señalan que los efectos de este tipo de crianza son inmensos. Los niños desarrollan una menor competencia en cuanto a habilidades sociales, autoestima y madurez personal.

Quienes han sido criados por madres abusivas desarrollan una profunda inseguridad para vivir. Sienten una honda angustia de abandono. Les cuesta trabajo decidir y se sienten invadidos por cientos de temores imprecisos. También desarrollan fuertes sentimientos de culpa y tienden a valorarse muy poco a sí mismos.

Los signos del abuso de las madres emocionalmente abusivas

Hay varios comportamientos puntuales de las madres emocionalmente abusivas que pueden catalogarse como una forma de maltrato. Entre ellos están:

  • La utilización de la amenaza como medida para controlar el comportamiento de su hijo. Amenaza con golpear, con castigar… Pero también amenaza con la condena eterna, con abandonar, con las venganzas del destino, con enfermar.
  • Utiliza la fuerza y la imposición, antes que el diálogo y la persuasión.
  • Acude de forma constante a la culpa como instrumento de presión.
  • Se apropia de las conversaciones. Interrumpe a su hijo cuando está hablando y siempre quiere decir la última palabra en una discusión.
  • Invade la privacidad de sus hijos y rechaza a los amigos de estos. En general, mira con recelo a cualquier otra persona que tenga importancia afectiva para sus hijos. Son rivales que ponen en riesgo su reinado absoluto. No tiene problemas en meterse en sus conversaciones o exigir que le cuenten los pormenores de las mismas.
  • Desconfía de sus hijos, los subestima y los critica. Busca anular la autoestima, porque sabe que el amor propio es su principal enemigo. Minando la capacidad de que su hijo sienta aprecio por sí mismo, logra que dependa de ella toda la vida.
  • No explica sus actos, no se disculpa, no reconoce sus errores. Si se le pregunta, afirma: “Eso no se hace porque está mal”, o “Dios no perdona algo así”, pero nunca explica por qué. Y en lugar de reconocer que se equivocó, busca justificarse.
  • Puede hacer uso de la agresión. Las bofetadas, por ejemplo, son uno de sus recursos más extremos.
Madre pega a su hija

Estas señales, entre otras, alertan sobre la existencia de un abuso emocional por parte de las madres, con graves consecuencias para quien lo sufre. Ahora bien, no debemos creer que solo corresponden a madres con hijos pequeños o adolescentes.

Más de un adulto permanece atado a una situación similar. En estos casos, no debemos dudar en establecer adecuados límites, distancias sanadoras y solicitar ayuda experta. Es posible que sea necesario tomar distancia de la madre abusiva, reducir la frecuencia de visitas e, incluso, en casos de abuso emocional muy grave y prolongado, evitar el contacto de forma definitiva.

También es necesario aprender a sobrellevar los sentimientos de culpa y las recriminaciones que pueden emerger cuando intentamos poner límites a una madre abusiva. Ten presente que el amor, incluso el amor de una madre, debe ser siempre recíproco y respetuoso.

Por último, la sanación y la superación de este tipo de marcas puede requerir de adecuadas terapias psicológicas con las cuales restaurar la identidad y la autoestima para trazar nuevos y mejores rumbos vitales.


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