Malestar emocional nocturno: ¿por qué siento ansiedad por la noche?

La noche puede llegar a ser muy oscura cuando nos abruma la ansiedad. En este artículo analizamos por qué sucede esto y qué podemos hacer para aliviar o mejorar nuestra rutina nocturna.
Malestar emocional nocturno: ¿por qué siento ansiedad por la noche?
Raquel Aldana

Escrito y verificado por la psicóloga Raquel Aldana.

Última actualización: 06 septiembre, 2023

Nuestro día no es el mismo cuando se transita por una etapa de malestar emocional nocturno. Tanto la necesidad de descansar como la imposición de las 8 horas de descanso nos martillean cuando no podemos conciliar el sueño. Otras veces, a pesar de conciliarlo, este no es reparador, lo cual se suma a la vorágine emocional del día a día.

Puede ocurrir que, en medio de nuestra desesperación, aparezcan la angustia y la desesperanza. Esto ocasiona que nuestro metabolismo emocional nocturno se vea alterado y que a los problemas que estamos experimentando se les sume el cansancio.

Hay momentos del día en los que somos más vulnerables y, sin duda, la noche es uno de los más comunes por diversas razones. Veamos a continuación por qué y cuáles son los efectos que esto tiene en nuestra salud.

Mujer despierta por la noche en la cama

¿Por qué se intensifican el malestar emocional y la ansiedad por la noche?

La noche tiene una serie de características distintivas que pueden promover estados psicológicos diversos en función de la predisposición de una persona.

Por un lado, la disminución de los estímulos externos a todos los niveles sensoriales y sociales nos puede conducir a la focalización de sensaciones corporales diversas. Esta es la razón por la que los dolores, la tensión muscular, las taquicardias o los pensamientos son interpretados de manera más disfuncional durante la noche.

Por ejemplo, debido a la falta de estimulación externa, las personas con acúfenos o zumbidos en los oídos los acusan más en el silencio de la noche. Para paliar este efecto, se suele recomendar que la persona conviva con música relajante en volumen bajo, puesto que esto disminuirá la intensidad del acúfeno y le ayudará a conciliar el sueño y a vencer al malestar que los produce.

Por otro lado, también debemos indicar la importancia de la interpretación que hacemos del malestar emocional nocturno. Dado que la noche es el espacio reservado social y biológicamente para el descanso, no poder hacerlo nos conduce a anticipar un enorme malestar.

Asimismo, el silencio de la noche y la falta de actividad puede llevarnos a entrar en nuestra mente y a sobrepensar aquello que nos preocupa o que nos ocupa. Ya que es un período de tiempo en el que es difícil ejecutar una solución, si es que la encontramos en nuestra rumia, cavilar tanto nos conducirá a un camino repleto de incertidumbre.

De esta manera, dar muchas vueltas mentales a algo de manera habitual nos enreda en una espiral de sufrimiento en la que terminamos por analizar demasiado la realidad mental y creamos escenarios que poco pueden tener que ver con lo que sucede.

El sueño interrumpido como causa y consecuencia de la ansiedad por la noche

Muchas veces nuestro sueño es interrumpido por oleadas de malestar, ansiedad o despertares frecuentes. Esta tendencia es bastante dañina. De hecho, un estudio publicado en la revista Sleep encontró que la interrupción del sueño es muy peligrosa para nuestro estado anímico, debido a que también se alteran las fases del sueño.

Se ha visto que en la interrupción del sueño se reducen las ondas lentas cerebrales. Esto se ha asociado en la literatura científica con trastornos del estado de ánimo.

No olvidemos que, para que se produzca un adecuado reciclaje mental y físico, nuestro sistema de regulación tiene que completar una serie de ciclos de sueño, pasando en varias ocasiones por las fases REM y No REM.

El hecho de que esto se vea alterado, somete a nuestra mente en una especie de bucle. No dormimos bien porque nos sentimos mal y nos sentimos agotados emocionalmente porque no dormimos bien.

¿Qué hay detrás del malestar emocional nocturno?

Con frecuencia, cuando analizamos por qué una persona siente ansiedad por la noche, nos encontramos con malestar emocional que no ha sido gestionado. De hecho, los sueños son elaboraciones mentales que se generan con el objetivo de digerir o reciclar lo que nuestra psique ha vivenciado durante el día.

A veces, los sueños están vestidos de recuerdos, eventos o miedos, pero lo que está claro es que son el intento de nuestra mente de recolocar, mientras dormimos, aquello que no hemos organizado de modo consciente durante el día.

Si lo que tenemos que filtrar, digerir o elaborar posee gran carga emocional, esta tarea mental nocturna será mucho más pesada e indigesta. Por ello, nuestro descanso se verá alterado, y algunos de los costes que pagaremos es dormirnos más tarde o despertarnos antes, que nuestro sueño se vea interrumpido, que haya pesadillas, terrores nocturnos o sueños repetidos, etc.

Esto produce un efecto devastador en nuestro estado psicológico, lo que complica la gestión de los desafíos diarios y produce miedo a lo que ocurrirá en la noche. Este temor induce la aparición de pensamientos a partir de los que construimos realidades catastróficas, repletas de sensaciones negativas que son tanto mentales como físicas.

Se debe tener en cuenta que, en algunos casos, será importante solicitar asesoría psicológica a un profesional de la salud mental para que nos ayude a gestionar lo que estamos viviendo.
Hombre con ansiedad por la noche

Claves para reducir el malestar emocional nocturno y recuperar una buena rutina de sueño

Para romper este bucle, es fundamental que sepamos que reconciliarnos con la noche y dormir es un proceso que requiere que evaluemos cuáles son los factores que nos afectan. Asimismo, otras consideraciones a tener en cuenta son las siguientes:

  • Mantener horarios regulares de alimentación y descanso.
  • Identificar qué estímulos nos alteran más y tratar de reducir su efecto.
  • Regular los horarios dedicados a actividad física, dado que tanto el exceso como la falta de actividad pueden afectar al sueño.
  • Mantener una adecuada temperatura, higiene y ventilación en nuestra zona de descanso, la cual solo debe ser usada para dormir o mantener relaciones sexuales.
  • Realizar actividades compensatorias que nos permitan rebajar la activación fisiológica de la emoción. Por ejemplo, relajación muscular progresiva, yoga o mindfulness.
  • Descartar preocupaciones e ir resolviendo durante el día lo que sea posible. Esto es crucial para agilizar la digestión emocional nocturna y ahuyentar la aparición de la ansiedad por la noche.
  • Los períodos actividad física deben alejarse de la hora de dormir para no tener que lidiar con la sobreexcitación fisiológica. Del mismo modo, debemos tener presente que el uso de dispositivos tecnológicos en la noche interfiere el sueño.
  • Por último y como más importante, hay que tener presente que el sueño llegará y que hay muchas herramientas que se pueden adquirir para regularlo. Por ende, es un proceso en el que se debe explorar para saber qué se puede mejorar y qué nos hace falta.

Procura tener un buen día para descansar mejor

El sueño y el descanso son mecanismos del cuerpo que nos permiten regular nuestros sistemas físicos y mentales. Digamos que se trata de un reinicio que ayuda a que todo vuelva a funcionar. Por ello, el material emocional diurno que no revisamos puede aparecer en forma de tormento nocturno.

No olvidemos que llevarnos los problemas a la cama tiene efectos devastadores, por lo que es imprescindible que nos concedamos la opción de gestionar psicológicamente aquello que necesitemos.


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