Obsesiones estéticas: “mi nariz no es bonita”

Cuando el reflejo del espejo no se parece a lo que observan a diario en redes sociales, aparece el sufrimiento. Las obsesiones estéticas son producto de una sociedad que ha trasformado el ideal de belleza en una semilla de frustración.
Obsesiones estéticas: “mi nariz no es bonita”
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 abril, 2022

Las obsesiones estéticas parasitan nuestra mente y nuestro estilo de vida. Ya no nos sentimos conformes con nuestro cuerpo, con esos rasgos, esa imagen y esas proporciones que nos vienen de fábrica y genética. Ansiamos manipular lo que tenemos para parecernos a lo que vemos.

Redes sociales, publicidad, cine, televisión… El bombardeo mediático es tan feroz que la insatisfacción corporal ha adquirido la forma de preocupación crónica.

Si hay algo que vemos cada vez más en adolescentes y preadolescentes es el rechazo de su propio cuerpo. De un día para otro empiezan a analizarse con detalle: nace la desesperación frente al espejo. Desean unas cejas más proporcionadas, unas pestañas más largas, una nariz más pequeña, un pelo diferente y, cómo no, menos volumen en el abdomen, en las caderas, en las piernas…

El cuerpo se transforma en una cárcel y lo que queda atrapado en su interior es un cerebro que sufre y que distorsiona por completo al propio ser. Miles de vidas se truncan a diario por esas obsesiones, por esa fijación en lo externo, en esa coraza que se juzga públicamente, que se valora mediante likes y que supone para muchos la alegría o vivir en un auténtico infierno.

“La cultura del cuerpo promueve un deseo irracional de corregir defectos autopercibidos”.

-Enrique Rojas-

Mujer con desvalorización personal debido a las obsesiones estéticas

¿Qué son las obsesiones estéticas?

Las obsesiones estéticas son las fijaciones del ser humano hacia determinados cánones de belleza. Nos hemos vuelto consumidores, y hasta adictos, de determinadas imágenes e ideales que se alejan por completo de la realidad.

Lo bello se crea a través de filtros y, cuando no son filtros, son cuerpos que han pasado por un quirófano o bien por horas de gimnasio o un dudoso estilo de alimentación.

Los cuerpos bellos que muchos anhelan son meros productos mediáticos. Buena parte de la población juvenil ha quedado prisionera de este tipo de obsesiones estéticas. Pero el tema no es nuevo, lo sabemos.

No obstante, este tema vuelve al escaparate a raíz de la polémica producida por una publicación en el Wall Street Journal. Facebook parece que sabía el impacto que tendría Instagram entre los adolescentes. En ese universo digital, donde la imagen lo es todo, más del 40 % de sus usuarios más jóvenes afirman sentirse cada vez más inseguros con su cuerpo. Y esto era algo Mark Zuckerberg conocía de antemano.

Esta idea sigue la línea del estudio publicado en el 2018 por la Universidad de Kentucky. Este insistía en que las redes sociales estaban dando forma a una generación cada vez más insegura, con la autoestima más baja y con un esquema corporal cada vez más insatisfecho.

¡Mi nariz no es bonita y tengo varios kilos de más!

Hace medio siglo las personas que acudían al psicólogo lo hacían por problemas de identidad, de pareja o traumas de infancia. En la actualidad, la falta de autoestima es la gran “enfermedad” del siglo XXI. Podríamos decir que está detrás de buena parte de los problemas, las preocupaciones, las infelicidades y las condiciones psicológicas.

Asimismo, cabe destacar que los trastornos de la conducta alimentaria se han agudizado de manera dramática. Niñas de apenas 13 años se obsesionan con perder peso, con ser el reflejo de ese ideal de belleza que tienen en mente.

Las obsesiones estéticas hacen que o bien deriven en la bulimia o la anorexia o, más aún, llegada cierta edad soñarán con rinoplastia, aumento de pechos, liposucciones, etc.

Cuando lo que las jóvenes ven en el espejo no se corresponde con aquello que ven en las redes sociales aparece el sufrimiento y el rechazo al propio cuerpo. En ese momento se puede iniciar además un comportamiento claramente peligroso y patológico en esa ansiada búsqueda por la perfección estética.

La enfermedad de la belleza y las obsesiones estéticas

Enfermas de belleza: Cómo la obsesión de nuestra cultura por el aspecto físico daña a nuestras chicas es quizás uno de los títulos más interesantes sobre el tema. Su autora, Renee Engeln -psicóloga y profesora de la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos-, afirma que la obsesión por la belleza se ha convertido en una especie de enfermedad social.

Algo que afirma esta autora a raíz de haber realizado múltiples investigaciones sobre este tema es que no importa cuán educada esté una persona, no importa su trabajo, su educación o su rodaje vital. En el fondo de nosotros mismos, seguimos sintiéndonos inseguros con la propia imagen.

Nuestra cultura inocula esa necesidad constante por escrutarnos, por analizar qué puede estar “mal” en uno mismo. ¿La nariz? ¿El pelo? ¿Brazos flácidos? ¿Demasiada tripa? ¿Piernas poco torneadas? ¿Piel demasiado pálida? Las obsesiones estéticas nos ponen en pie de guerra contra nosotros mismos al haber interiorizado modelos de belleza imposibles.

Chica joven experimentando obsesiones estéticas

Reformular nuestras narrativas estéticas para vivir mejor

Las obsesiones estéticas nos hacen perder energía emocional, potencial humano y bienestar físico y psicológico. Esa distorsión sobre lo que es bello y aceptable está abocando a un sufrimiento inmerecido a una buena parte de la población; en especial, a la más joven.

Denigrar y rechazar el propio cuerpo es rechazarnos a nosotros mismos. Vetarnos como personas.

Es momento de reformular todas esas narrativas internas que hemos construido alrededor de las obsesiones estéticas. Hay que gestionar las ideas patológicas para reconducirlas hacia parcelas más saludables. Porque dejarnos llevar por esos filtros en los que solo son válidos determinados cuerpos y no todos los cuerpos lleva al ser humano a la fobia, a la ansiedad, al laberinto de trastornos mentales de gran impacto.

Esa artesanía psicológica en la que reformular narrativas y potenciar el músculo de la autoestima requiere tiempo. Por ello, es necesario iniciar cuanto antes esa reeducación en la que recordar a las nuevas generaciones que son perfectos tal y como son.

Todo cuerpo es bello solo por existir, por el mero hecho de contener una vida, una gran personalidad y un valioso potencial como ser humano.


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  • Engeln, Renee (2018) Enfermas de belleza: Cómo la obsesión de nuestra cultura por el aspecto físico daña a nuestras chicas. Harper Collins
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