Parejas obstruccionistas: cuando el ser amado no coopera

Convivir con una pareja obstruccionista, que todo lo niega y lo dificulta, es agotador. Por término medio, esta conducta es muy común en los perfiles pasivo-agresivos. Lo analizamos a continuación.
Parejas obstruccionistas: cuando el ser amado no coopera
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 07 junio, 2022

Las parejas obstruccionistas dificultan la convivencia, convirtiendo todo o casi todo en un problema. Se definen por un tipo de actitud negativa, hostil y tendente, casi siempre, al conflicto. Ahora bien, lo más complicado es que evidencian en buena parte de los casos una conducta pasivo-agresiva. Con lo cual, muchas de esas acciones son casi siempre sibilinas y revestidas de hábiles artimañas manipulativas.

Esto quiere decir que, cada vez que hagamos una propuesta o intentemos resolver una situación concreta, actuarán con calma, eludiendo toda responsabilidad para optar por la inacción. Esto provoca que la relación se llene de desacuerdos no resueltos y que, al final, solo haya uno que tire en mayor grado de ese vínculo. Lo cual resulta tan agotador como desgastante.

El obstruccionismo es una conducta que define a muchas personas. Se trata de un rasgo que puede esconder, en ocasiones, más de una realidad psicológica subyacente. Lo analizamos.

Convivir con alguien negativista y obstruccionista, es como tener a alguien que nos anula de manera constante.  

Representación de las parejas obstruccionistas
La actitud obstruccionista se acompaña de abundantes gestos de desprecio.

Parejas obstruccionistas: ¿cómo son?

Pocos hechos son más complejos que lidiar con las parejas obstruccionistas. Puede que lo más sencillo y rápido en estos casos sea romper la relación y evitarnos sufrimientos, quebraderos de cabeza y atentados contra la autoestima. Sin embargo, hay veces en que la conducta obstruccionista surge de pronto y como consecuencia de una experiencia concreta.

El desempleo de larga duración, por ejemplo, es un desencadenante frecuente. Es relativamente sencillo caer en una depresión y que se manifiesten este tipo de comportamientos y actitudes. Con ello, queremos decir algo muy simple. Muchas veces, tras la conducta negativista puede existir un problema de salud mental y, como tal, es preciso identificarlo.

En otros casos, podemos estar ante un tipo de personalidad orientada al abuso, la hostilidad y el desprecio. Identificar este tipo de rasgos puede ser crucial.

Características que las definen

Entendemos el obstruccionismo como esa conducta que dificulta o boicotea todo intento de acuerdo. En el plano relacional puede aparecer esta misma dinámica, motivada por un miembro con una personalidad claramente problemática. Así, y por término medio, es común que evidencie estas características:

  • Comunicación inmadura y hostil. Esta es la principal evidencia de las parejas obstruccionistas. No razonan, no escuchan, no expresan lo que quieren y usan el silencio como castigo.
  • Negación constante. Estos perfiles son muy hábiles a la hora de distorsionar la realidad. Ante cualquier problema o situación complicada, optan por mentir, restar importancia a las cosas y eludir toda responsabilidad.
  • Olvidos voluntarios. Una característica de las parejas obstruccionistas son los olvidos premeditados. Cuando se les pide algo, cuando se espera que actúen o se responsabilicen de una tarea concreta, siempre acabarán experimentando súbitos olvidos.
  • La ambigüedad como respuesta. Si se ven en la obligación de tomar una decisión o de dejar claro algún aspecto, optan por el “sí, pero no y el no, pero sí”. Esa ambigüedad dificulta por completo la convivencia.
  • El bloqueo constante. Resulta casi imposible dar cualquier paso o hacer planes con una pareja obstruccionista. A todo le ven pegas, y aunque no nos dicen claramente que no desean algo, al final terminan por quitarnos las ganas de casi cualquier cosa.
  • Incompetencia en casi cualquier área. La persona que evita cualquier tipo de responsabilidad navega en la eterna incompetencia. Son figuras en las que no se puede confiar en casi ningún aspecto. Todo lo dejan a medias, delegan en los demás y procrastinan un día sí y otro también.

La conducta negativista y obstruccionista puede ser un rasgo más de la personalidad o bien la característica de algún trastorno psicológico como la ansiedad o la depresión.

¿Qué explica la conducta de las parejas obstruccionistas?

Uno de los rasgos que suele estar detrás de las parejas obstruccionistas es la personalidad pasivo-agresiva. Estudios, como los realizados en la Universidad Estatal de Michigan, nos indican que esta condición ya fue retirada de los manuales de diagnóstico. Ya no se considera un “trastorno” como tal, sin embargo, sigue muy presente dentro de las teorías de la personalidad.

Estamos ante un perfil claramente problemático que se vincula a estados de ánimo y cogniciones negativas. Muchas veces, esa tendencia conductual y actitudinal forma parte del propio temperamento o personalidad innata de la persona. Sin embargo, como bien hemos señalado al inicio, ese negativismo puede ser causa de una depresión o de un trastorno de la ansiedad.

Siempre que exista un comportamiento que interfiera en la vida de una persona, es importante comprender la causa. Es evidente que resultará imposible convivir con alguien que evidencie este abanico de características. De este modo, antes de proceder a la ruptura, es fundamental solicitar ayuda especializada para clarificar qué determina esa forma de ser y responder.

Hermanos discutiendo
En lugar de criticar la forma de ser de la pareja obstruccionista, es mejor lograr que sea consciente del efecto de sus comportamientos.

Cómo actuar cuando nuestra pareja tiene una actitud obstruccionista

Cuando estamos ante una pareja con la que es difícil comunicarnos, que niega las cosas y evita responsabilidades, hay que ser cuidadosos. Porque ante este perfil no sirven las discusiones, las llamadas de atención o los ultimátums. Por lo general, seremos nosotros quienes perdamos la paciencia y el ánimo.

Hay que actuar con asertividad indicando a la persona con claridad que existe un problema en la relación. Es necesario describir qué comportamientos son los que nos hacen daño y no nos gustan. En lugar de culpar a la persona, debemos centrarnos más en lo que hace y no tanto en su forma de ser. 

Es recomendable estar preparados para establecer límites. Es importante dejar claro lo que estamos dispuestos a tolerar y lo que no. Intentemos tener presente que este tipo de perfil no siempre reconocerá lo que está pasando, pero es esencial que reconozca con quién está tratando.

Podemos sugerirle que solicite apoyo psicológico. En caso de no existir avances ni voluntad expresa de un cambio, tomaremos una decisión. Quien obstruye la convivencia no sabe construir una relación de pareja digna y feliz. Tengámoslo presente.


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