Pérdida de audición y depresión en adultos mayores, una relación muy común

Los adultos mayores que no tratan su pérdida de audición corren el riesgo de desarrollar una depresión. La detección temprana y la financiación de los tratamientos es un mecanismo esencial para favorecer una mejor calidad de vida de este sector de la población.

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 07 enero, 2021

Pérdida de audición y depresión en adultos mayores son dos dimensiones que se relacionan con mucha frecuencia. La hipoacusia que no se trata y que tiene su inicio sobre los 60-65 años ocasiona un lento aislamiento y un progresivo déficit en la calidad de vida. Este es sin duda un dato que deberíamos tener más presente para ofrecer una atención integral a las personas en estas etapas.

Por lo general, una parte de nuestra sociedad aún concibe como normal que el abuelo o la abuela, esa persona de entre 70 y 85 años, tenga problemas de audición. Nos acostumbramos a que no nos escuchen bien, a que no entiendan lo que les decimos. Y al final, les levantamos la voz mientras nos decimos a nosotros mismos, aquello de que “son cosas de la edad”.

Sin embargo, debemos detenernos por un momento a reflexionar en lo que supone perder capacidad auditiva. Uno deja de poder seguir una conversación. Asimismo, también se es consciente de que los demás empiezan a tratarnos de manera diferente. Todo ello nos aboca a aislarnos socialmente, a evitar situaciones antes comunes y habituales de las que ya no podemos disfrutar.

La hipoacusia tiene tratamiento, pero no todos adultos mayores lo solicitan o tienen recursos para pagarlo. Una evaluación temprana, sumada a un buen apoyo social para financiar los audífonos o los implantes, es sin duda algo esencial. Abordemos este tema.

Pérdida de audición y depresión en adultos mayores, un hecho que va en aumento

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 10 personas sufrirá en el 2050 algún tipo de pérdida auditiva incapacitante. Puede que el dato nos sorprenda, pero hay un hecho evidente: la población está cada vez más envejecida. Dentro de unas décadas, gran parte del sector poblacional contará ya con edades avanzadas.

Esta situación implica forzosamente mejorar buena parte de las políticas sociales y asistenciales. Esto pasa por concienciarnos además de un hecho, debemos invertir en asistencia médica y también psicológica focalizada en el adulto mayor. Estudios como los realizados en realizados en la Universidad de Virginia y de California, por ejemplo, destacan algo importante.

En apariencia, la depresión es menos frecuente entre los adultos mayores que entre los adultos más jóvenes, pero eso sí, tiene consecuencias más graves. Sin embargo, el problema está en que no siempre se diagnostica de manera adecuada y por lo general la depresión en el anciano tiene otros síntomas que se descuidan o se vinculan a otras condiciones.

Lo más llamativo es que, en ocasiones, buena parte de esos trastornos del estado de ánimo podrían prevenirse. La pérdida de audición y depresión en adultos mayores es un ejemplo. Practicando políticas de detección temprana podríamos evitar muchas de estas realidades.

¿Cuáles son los síntomas de un adulto mayor que sufre depresión por la hipoacusia?

Según un estudio del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia (Estado Unidos), buena parte de las personas de más de 70 años sufren hipoacusia, pero no todos son diagnosticados y aún menos tratados. Este hecho, tiene un impacto progresivo en su calidad de vida.

Esta realidad es más grave de lo que pensamos porque dicha afección aumenta el riesgo de otros trastornos como el deterioro cognitivo y la demencia. El aislamiento social deriva en cambios en el estado de ánimo y la depresión no tratada eleva el riesgo de las condiciones neurodegenerativas. Por tanto, es decisivo conocer los síntomas.

Síntomas de la hipoacusia

• Problemas para seguir una conversación.
• Sensación de que algunos sonidos parecen demasiado fuertes y otros por su parte, son inapreciables.
• Problemas para oír o seguir una conversación en entornos donde hay otros sonidos.
• Problemas para diferenciar sílabas como la s de la t.
• Sufrir tinnitus o extraños zumbidos en el oído.
• Mareos, problemas de equilibrio.
• Sensación de presión en el oído.

Síntomas de la depresión en adultos mayores

• Cambio en el estado de ánimo: mayor tendencia al enfado, la irritabilidad, la falta de paciencia.
• Pérdida de interés en actividades que antes les gustaban.
• Dejan de relacionarse socialmente. Empiezan aislarse de manera progresiva.
• Sentimientos de culpa.
• Fatiga y baja energía energía. No solo se mueven menos sino que además dejan de comunicarse como antes.
• Dificultad para concentrarse, recordar detalles o tomar decisiones.
• Alteraciones en la conducta del sueño: pueden dormir poco o bien hacerlo en exceso.
• Cambios en el apetito y también en el peso (pueden sufrir anorexia).
• Dolores de cabeza, mareos, problemas digestivos…
• Desesperanza y pensamientos suicidas.
• Pueden llegar a sufrir alucinaciones y delirios (depresión psicótica).

¿Qué podemos hacer por el adulto mayor con problemas de hipoacusia y depresión?

Sabemos que la pérdida audición y la depresión en adultos mayores es una relación recurrente. Ante este hecho, debemos tener en cuenta un detalle. Las personas de 70 u 80 años de hoy en día son, por término medio, personas activas que siguen disfrutando de sus relaciones sociales y si hay algo que necesitan es interactuar. La hipoacusia veta por completo este don de vida y clave para la felicidad.

La falta de audición aísla e incentiva la soledad. Y recordemos, la soledad es un virus que se expande ahora más que nunca y que debilita la salud. Necesitamos, por tanto, establecer un protocolo de actuación para prevenir y tratar este tipo de realidades que sufren en mayor grado las personas que llegan a cierta edad.

• Deben establecerse mecanismos para revisar de manera periódica la audición de los adultos a partir de los 55-60 años.
• Deben financiarse los tratamientos (audífonos) en la población con menos recursos.
• Es necesario que los adultos mayores sigan formando parte de nuestra sociedad de manera activa, relacionándose, creando redes de amigos, realizando actividades…
• La terapia cognitivo conductual es eficaz para tratar la depresión en el anciano.
• Las terapias grupales de adultos mayores es muy adecuada para tratar los síntomas depresivos.

Es momento de ser más sensibles hacia esas personas que serán en un futuro, el sector poblacional más relevante de nuestras ciudades. Seremos una sociedad envejecida, pero con las mismas ganas de disfrutar de la vida y esto necesita cambios urgentes a día de hoy.