Para perdonar, primero tienes que perdonarte a ti mismo

Para perdonar, primero tienes que perdonarte a ti mismo
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 07 julio, 2019

Perdonar es una acción para la que no todo el mundo está preparado. Eso sí, quien es capaz de perdonar a los demás conoce perfectamente la sensación de libertad que le invade cuando lo hace. No solamente es un acto para la persona que nos ofendió, sino también para nosotros.

Es necesario para poder seguir adelante, para no arrastrarlo como un peso e incluso en ocasiones para restablecer un diálogo que nos de respuestas a preguntas que se han quedado con nosotros. Interrogantes que solamente nos puede resolver la persona con la que estamos resentidos.

Por otro lado, muchas veces el daño no nos lo hace otro sino que somos nosotros mismos quienes apretamos el gatillo. Ya sea de manera deliberada o no, somos nosotros al final los últimos responsables de las heridas y no tenemos por qué ni queremos  culpar a nadie más por lo que ha ocurrido.

En ocasiones el perdón no es difícil de lograr, lo difícil es recuperar la confianza

Perdónate por haber fallado

Cuando pedimos perdón es porque le hemos fallado a otra persona o hemos cometido un error tan grande que otras personas se han visto afectadas. Pero, ¿por qué pides perdón sin antes perdonarte a ti mismo?

En más de una ocasión, dejamos en manos de los demás muchas de las responsabilidades de las que solo nosotros deberíamos ser responsables. En este caso, por ejemplo, es el hecho de perdonar. Un ejemplo mucho más claro sería el de amar. ¿Verdad que si no nos amamos a nosotros mismos no podremos amar a alguien más? Pues lo mismo ocurre con el hecho de perdonar.

mano con haz de luz simbolizando el acto de perdornar

Quizás te preguntes por qué nadie te ha enseñado esto antes, por qué nadie te ha dicho que tienes que perdonarte a ti mismo para después ser perdonado por los demás. La realidad es que siempre nos han enseñado a ser “irresponsables”, en cierta manera, con nuestros actos.

Por este motivo, nos permitimos amar a los demás sin habernos amado a nosotros mismos antes, queremos que nos perdonen sin antes perdonarnos, exigimos respeto sin antes respetarnos a nosotros mismos… Un largo etcétera muestra, sin duda alguna, que caemos constantemente en el mismo error, una y otra vez.

El miedo a perdonarse a uno mismo

Tal vez este error en el que incurrimos y por el que deberíamos perdonarnos, es tan solo la muestra de uno de nuestros grandes miedos: ser conscientes de nuestras debilidades y de que no somos perfectos. Nos cuesta mucho ver dentro de nosotros mismos y aceptar nuestros errores. Quizás, por eso, preferimos mirar para otro lado.

fotografía de un hombre en blanco y negro

Hoy queremos brindarte algunos consejos para que puedas perdonarte a ti mismo sin temor. Para que la próxima vez que te veas en la necesidad de pedir perdón, primero pienses en ti. Pues no es egoísta pensar en ti como primera opción. Tú eres lo más importante y, por eso, solo tú debes ser el primero en pedirte perdón.

  • ¿Por qué necesitas perdonarte a ti mismo?: debes tener claro si realmente debes perdonarte, pues a veces nos sentimos culpables sin serlo. Una vez que sepas que tienes la culpa debes perdonarte, pero ¿cómo?
  • Fracasar no te hace una mala persona: todos cometemos errores y el hecho de cometerlos no nos hace ser malas personas. Por eso, debemos aceptar nuestros fallos, aprender de ellos y perdonarnos. Somos seres humanos y erramos. ¡Es normal!
  • Empieza de nuevo: a veces tenemos miedo a empezar de nuevo, pero quizás este sea el primer paso una vez te perdones. Piensa que perdonarte a ti mismo es aprender, rectificar y darte cuenta de en dónde has fallado. A partir de aquí, empezará para ti una nueva vida.
  • Olvida el pasado: quizás te sientas atormentado por esos errores que has cometido y que aún están presentes en el ahora. No te martirices por ello, ¡perdónate! y empieza de nuevo. Usa todas esas piedras en tu camino para ser mejor como persona.
  • Sé responsable de tus acciones: pedir perdón, a veces, es un acto irresponsable, ya que queremos “librarnos” de esa carga de la forma más fácil. Pero si te perdonas antes a ti mismo, esto ya no es tan sencillo. Sé responsable de tus errores, pues tú ¡los has cometido!

“El perdón es un regalo que te das a ti mismo”
-Suzanne Somers-

Ahora puedes perdonar a los demás

Ahora que sabes qué es lo que debes hacer para perdonarte a ti mismo antes que a los demás, ya puedes perdonar. Eso sí, ten en cuenta que tú siempre debes ir por delante. Más que nada porque el “perdón” es algo que se dice, actualmente, a la ligera. Algo que muestra lo irresponsables que somos ante nuestros actos.

chica ante una ventana

Es importante que seas compasivo contigo mismo. Todos fallamos en algún momento de nuestras vidas y todos necesitamos, en cierta ocasión, el perdón de otra persona. Pero, no hagas que esto se convierta en una constante. El perdón de ser, tiene que ser sincero.

Además, piensa que pedirte perdón a ti mismo te permitirá conocerte aún más. Serás consciente de donde fallas para poder ponerle una solución, podrás desarrollar una mayor autoconfianza y te valorarás ¡más!

¿Pides perdón antes de perdonarte a ti mismo? ¿Cuándo fue la última vez que te perdonaste? Esperamos que a partir de ahora pongas en práctica el hecho de perdonarte a ti mismo. Una acción que te enriquecerá y que te permitirá, después, pedir un perdón mucho más sincero y verdadero.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.