Permanecer en la ignorancia o informarnos se debe a tres factores
Permanecer en la ignorancia o informarnos sobre aquello que nos preocupa se debe a una serie de factores que la ciencia lleva tiempo intentando comprender. Vivimos en un presente lleno de cambios e incertidumbre en el que tenemos la oportunidad de tener a nuestro alcance múltiples recursos para obtener respuestas. Sin embargo, hay quien no las busca.
En psicología solemos hablar de un fenómeno llamado “ignorancia motivada”. Se trata de una situación en la que la persona no desea conocer el por qué de unos hechos concretos. Por ejemplo, sucede cuando alguien se siente mal y no quiere ir al médico por miedo. El hecho de que le digan a qué se debe ese malestar les genera más ansiedad que permanecer en la ignorancia.
Este tipo de conducta se aprecia a menudo en el territorio de las ideologías políticas. Hay quien no desea informarse sobre determinadas cosas para que sus creencias no se vean desafiadas. Esto explica por qué el terraplanista o los negacionistas del cambio climático eviten buscar información fiable, científica y contrastada sobre las ideas que mantienen.
Ahora bien, hay más factores que explican esta realidad psicológica y que vale la pena comprender.
¿Ignorar o informarse?
Hay quien señala que la ignorancia (o el deseo expreso de no informarse sobre las cosas) está polarizando por completo nuestra sociedad. Aún más, podríamos decir que aparece incluso otro fenómeno no menos llamativo: están los que se informan, pero recurren a fuentes poco fiables y sesgadas solo para encontrar datos que coincidan con sus creencias e ideologías.
Lo cierto es que es un fenómeno realmente complejo. Estudios, como los realizados en la Universidad de Winnipeg y la Universidad de Illinois en Chicago, realizaron un experimento muy llamativo en el 2017. A una muestra amplia de personas se les propuso leer y responder preguntas sobre una opinión con la que estaban de acuerdo o leer el punto de vista opuesto.
El tema planteado era sobre el matrimonio homosexual. Si los participantes optaban por leer la opinión con la que estaban de acuerdo, podían ganar 7 dólares. Si optaban por leer la opinión contraria, podrían ganar 10. ¿Y cuál fue el resultado? El 63 % de las personas optaron por leer la información que se ajustaba a sus convicciones.
La finalidad por la que alguien no desea informarse sobre algo que no se ajusta a sus ideas es para no sufrir disonancia cognitiva (incomodidad que surge cuando tenemos dos ideas que se contradicen entre sí)
A veces, al informarnos de determinadas cosas podemos encontrar datos que contradigan aquello que dábamos por sentado. Esto puede ser molesto para muchas personas. En cambio, otras aceptan esa contradicción con la mente abierta para permitirse aprender y asumir perspectivas más correctas.
Las emociones, la utilidad y la familiaridad
Permanecer en la ignorancia o informarnos depende de tres factores, según la ciencia. La Universidad de Londres llevó a cabo un estudio para comprender esas diferencias individuales en la búsqueda de la información. Saber por qué hay quien da el paso para informarse sobre determinados temas, mientras otros optan por no hacerlo es algo que siempre ha llamado la atención de los expertos.
Esto es lo que reveló este trabajo:
- En primer lugar, las personas buscan o no determinadas informaciones partiendo de cómo les hará sentir lo que encuentren. Es aquí donde entra el aspecto emocional y también lo motivacional. ¿Esto me interesa? ¿Me molestará lo que encuentre? ¿Me hará sentir peor?
- El segundo aspecto es la utilidad. Permanecer en la ignorancia o informarnos sobre un tema concreto parte de si lo que halle será útil o no. Por ejemplo y en referencia a las vacunas: aquellos que no crean en la eficacia de las vacunas no verán sentido alguno leer los informes científicos sobre su eficacia. “¿Para qué voy a hacerlo si yo no quiero vacunarme o no voy a vacunar a mis hijos?”.
- El último factor se relaciona con si la información que se encuentre está en sintonía la propia perspectiva. Aquí aparece nuevamente la necesidad de dar con datos que se ajusten a las creencias de uno para evitar así las molestas disonancias cognitivas.
Cada cual quiere vivir su realidad
Vivimos en una época de acceso a la información sin precedentes. Bien es cierto que abundan datos falsos y sesgados, pero si uno se esfuerza puede dar con fuentes fiables de casi cualquier tema. Entonces, ¿por qué hay quien a día de hoy opta por permanecer en la ignorancia?
Los investigadores George Loewenstein, Russell Golman y David Hagmann de la Universidad Carnegie Mellon proporcionan otra respuesta no menos interesante en un trabajo del 2017.
- Hay muchas personas que evitan informarse sobre cosas que puedan amenazar la estabilidad de su realidad autoconstruida. Por ejemplo, esto hace que alguien coma lo que desee sin mirar si esos alimentos son perjudiciales, si tienen demasiadas calorías, etc. También que elijan solo fuentes de noticias que se alineen con sus ideologías políticas.
Para concluir, permanecer en la ignorancia o informarnos sobre las cosas tiene que ver mucho con nuestra personalidad. Hay mentes inflexibles que no toleran que se les contradiga o que se altere esa realidad autoconstruida en la que todo es como uno desea.
En cambio, y afortunadamente, abundan quienes no temen la información innovadora, quienes saben que informarse sobre las cosas y leer cuantas más fuentes mejor amplía perspectivas y permite decidir mucho mejor. Esa es la clave.
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- Frimer, Jeremy & Skitka, Linda & Motyl, Matt. (2017). Liberals and conservatives are similarly motivated to avoid exposure to one another's opinions. Journal of Experimental Social Psychology. 72. 10.1016/j.jesp.2017.04.003.
- Kelly, C.A., Sharot, T. Individual differences in information-seeking. Nat Commun 12, 7062 (2021). https://doi.org/10.1038/s41467-021-27046-5