Plan de crecimiento personal: cómo hacerlo y no dejarlo en el papel

El plan de crecimiento personal solo es realizable si te tomas el tiempo suficiente para elaborarlo con ambición, pero también con realismo. El plan, en sí mismo, debe despertarte entusiasmo. Si no es así, debes rehacerlo.
Plan de crecimiento personal: cómo hacerlo y no dejarlo en el papel
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 01 febrero, 2022

Un plan de crecimiento personal es algo que suele estar de moda a fin de año. Sin embargo, a diferencia de la lista de propósitos para los 12 meses siguientes, este tipo de plan va más allá de plantear los objetivos, es más detallado y abarca periodos más amplios.

Sea la lista de propósitos o un plan de crecimiento personal, lo importante es que haga referencia a metas que sí puedan cumplirse. Para que eso sea posible, es necesario ir más allá. Proponer una estrategia, identificar motivadores y gamificar cada objetivo son caminos para lograrlo.

La diferencia entre un esclavo y un ciudadano es que el ciudadano puede preguntarse por su vida y cambiarla”.

-Alejandro Gándara-

Se puede decir que un plan de crecimiento personal está bien elaborado cuando no necesitas de “fuerza de voluntad  para cumplirlo. Tiene que ser atractivo y estimulante para quien se lo propone, ya que de lo contrario es muy posible que se quede en el papel. ¿Cómo elaborarlo? ¿Qué se debe tener en cuenta? Lo veremos enseguida.

El plan de crecimiento personal: pasos preliminares

Mujer pensativa

Antes de comenzar a hacer tu plan de crecimiento personal debes aclarar algunos puntos. El primero de ellos es el porqué hacerlo. Ten en cuenta que este tipo de planes se hacen para cambiar la vida de una forma profunda, en uno o varios aspectos. Así que pregúntate cuáles son las razones por las que necesitas ese cambio y céntrate en eso.

Lo adecuado es plantear ese motivo en positivo. Esto quiere decir que en lugar de pensar las cosas en términos de “quiero dejar de sufrir”, más bien plantéalos en la perspectiva: “quiero ser más feliz”. Esto es importante ya que te ayuda a sintonizarte con una motivación constructiva.

Luego de esto, es necesario que pienses si vas a hacer un plan a corto, mediano o largo plazo. Si no lo has hecho antes, o tienes dificultades para cumplir los planes, lo mejor es que lo intentes primero a corto plazo, o sea, a un año. A mediano plazo serían dos a cinco años; a largo plazo, más de cinco años.

Los siete pasos del plan de crecimiento personal

Una vez tengas claro lo expuesto con anterioridad, lo que sigue es adelantar un proceso que tiene siete pasos. Tómate tu tiempo. Lo mejor es que te des al menos un par de semanas para tener lista la versión final de tu plan de crecimiento personal. Los pasos a completar son los siguientes.

1. Construir una visión

En esta parte debes responder a la pregunta: ¿en qué quiero transformarme? Nuevamente insistimos en que lo plantees en positivo. Por ejemplo, “quiero ser más independiente”, en lugar de “quiero ser menos dependiente”. En este punto se vale soñar y ser ambiciosos. Después se irá ajustando todo.

Identifica también:

  • Tu propósito general.
  • Lo que te apasiona de ese propósito.
  • Qué te inspira a hacerlo.
  • Qué valores tuyos están involucrados en ese objetivo.

2. Aterrizar las ideas

Los expertos en el tema dicen que en este punto resulta ideal aplicar una matriz DAFO  (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). El objetivo es descubrir cuál es el terreno que pisas. Eso te ayudará a redefinir o precisar tu propósito.

3. Precisar las metas

Las metas son objetivos específicos que cumplen con tres características: deben ser concretas, medibles y alcanzables. Las metas son los logros parciales que tienes que conseguir para llegar al propósito final. Es aconsejable que definas fechas límite para lograrlas.

4. Definir los hábitos de apoyo

Los hábitos de apoyo son esas pequeñas tareas diarias que te ayudan a conseguir las metas y, por lo tanto, tu gran propósito. Hay que subrayar la palabra “diarias”, ya que esto es necesario para que todo el plan tenga un soporte continuo.

5. Identificar lo que no debes hacer

Conviene identificar esas conductas en las que no debes incurrir para no echar por tierra tu plan. Procura no hacer una larga lista de restricciones, ya que esto podría hacerte sentir constreñido. Con que describas dos o tres acciones es suficiente.

Mujer anotando en una libreta su plan de crecimiento personal.

6. Establecer los mecanismos de retroalimentación

A algunas personas les ayuda idear un sistema de premios y “castigos”. Recompénsate periódicamente cuando veas que te apegas a tu plan, y cuando te apartes, sanciónate, pero no severamente. Es una forma de autocondicionarte para seguir adelante.

7. Planear revisiones periódicas

Las revisiones periódicas son muy importantes porque te permiten analizar y ajustar aquello que no esté funcionando. Incluso es posible que en algún punto debas redefinir el propósito central. Es completamente válido.

Completando esos siete pasos ya tienes tu plan de crecimiento personal. Lo ideal es que lo hagas muy atractivo, casi provocativo para ti. Si lo ves con desgano o sientes que es un peso o un deber muy grande, rediseña todo. El secreto está en que te seduzca.


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  • Ponti, F. (2005). ¿Qué es esa cosa llamada crecimiento personal? Seis vías para aproximarse a la utopía. Capital Humano, (184).

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