¿Por qué nos enganchan las series?

¿Por qué nos enganchan las series?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 19 julio, 2016

Drama, acción, thriller, comedia, aventuras… un sin fin de géneros diferentes encuadran a las series como una de las manifestaciones más extraordinarias de la cultura visual actual.

 «Es evidente que no toda la cultura visual es arte, ni tiene que ser vista desde esa óptica, ni devaluada porque no lo sea»

-Simón Marchán Fiz-

Lejos de debates en los que se discute si pueden compararse con manifestaciones artísticas como la novela o la pintura, la realidad es que la series son cada vez más variadas, sorprendentes y, en ocasiones, inteligentes. Sin embargo, por muy peculiares que sean y por mucho que las amemos, las series responden a estructuras más que prefijadas por los guionistas y académicos, estructuras que buscan garantizar su éxito.

Según Vicente Luis Mora “las series jamás desafían al medio –ni a la  comprensión  del  lectoespectador– permaneciendo  iguales  a  sí  mismas:  sus  capítulos  son homogéneos  en  duración  (salvo  alguna  excepción,  como  The  Sopranos),  siguen  la  secuencia prevista  por  la  cadena  a  la  que  pertenecen  (con  cortes  publicitarios,  salvo  en  HBO,  Netflix  y similares)”.

Además, “van  creando  una  ficción  con  las  rígidas  reglas  del  melodrama  convencional (planteamiento,  nudo,  conflicto,  apariencia  de  final  irresoluble,  súbito  giro  dramático  final que arregla la trama, casi siempre para bien), cuestionan algunos modelos sociales pero nunca el capitalismo que las sustenta como producto […] y nunca se  plantean un desafío estético  como series”.

Los guionistas conocen la fórmula para tenernos enganchados a sus tramas. Deberíamos preguntarnos entonces ¿qué factores psicológicos están detrás del éxito de las series?

1. Sencilla accesibilidad

Es un ocio de fácil acceso, al alcance de todo el mundo, prácticamente gratuito. Solo necesitas una televisión, un DVD o, en su defecto, un ordenador con conexión a internet. Es, por lo tanto, una accesibilidad mucho más sencilla y económica que otras formas de entretenimiento. Ni tan siquiera tienes que salir de casa, coger el coche y recorrer kilómetros. Tan solo debes abrir los ojos y ponerte cómodo.

2. Pasividad

Mientras ves una serie no es necesario que hagas mucho más. Quizás comer unas palomitas. Reírte. Recordar qué ha sucedido anteriormente. Cuesta poco esfuerzo, tanto a nivel físico como cognitivo. Para verlas solo debemos poner en juego la atención, la memoria, la vista y el oído. Muchos detractores de la televisión y de las series ven en esta cualidad un gran insulto para los espectadores.

Sin embargo, ésta es una de las razones más potentes para que las series sean de consumo de masas. La gente llega normalmente cansada física y mentalmente a casa y ver una serie no le suponen un gran esfuerzo.

Protagonistas the walking dead en la montaña

3. Catarsis

Este término proviene del griego y significa purificación. Se aplicaba, sobre todo, en el contexto del teatro al referirse al efecto de sanación que ejercía sobre los espectadores el ver una tragedia o una comedia. Esto sucedía entonces y sigue sucediendo actualmente de la mano de las series, las películas, las canciones, las obras de teatro…

Al observar algunos contenidos con los que podemos vernos identificados, sentimos un gran vendaval de emociones. Quizás nos enfadamos, sufrimos, incluso lloramos. Esto hace que saquemos hacia fuera una suerte de revoltijo interno que nos pesaba y perturbaba, generándose una liberación interior y, por lo tanto, una gran sensación de bienestar.

También, al ver grandes dramas o comedias, aunque no nos sintamos identificados, por un momento, olvidamos nuestra propia realidad, evadiéndonos de ella, lo que es también gratificante si la realidad es negativa.

4. Identificación

Muchos de los personajes o de las situaciones pueden recordarnos a nosotros mismos, a algún miembro de nuestra familia o a un amigo. Muchas situaciones de las series nos han pasado a nosotros mismos. Por lo tanto nos identificamos con ellas.

El proceso de identificación es un fuerte lazo que nos une y vincula con aquellas cosas que nos recuerdan a nosotros. Ésta vinculación es potente, por ello lo pretenden la mayoría de las series. También los publicistas y comerciales.

Imagen lost

5. Querer saber lo que va a suceder

A todos nos ha sucedido que un capítulo termine y necesitemos urgentemente ver el siguiente para saber qué sucede después. Dejarnos con las ganas de más es una de las razones más potentes para engancharse a una serie. ¿Qué explicación da la psicología a este fenómeno?

La ley del Cierre dice que las formas cerradas son más estables visualmente. Esto hace que tendamos a cerrar cualquier forma incompleta. Esta ley de la percepción tiene consecuencias a nivel psíquico. Las formas abiertas o inconclusas provocan ansiedad, haciendo que la persona sienta una poderosa necesidad de finalizar aquello que está incompleto. A esto lo llama La ley del Cierre.

6.  Modelos de actuación y aprendizaje vicario

Las series nos hablan de formas de vivir, de usos, costumbres. De éxitos y derrotas de vidas ajenas. Pretenden ser un reflejo de nuestra sociedad, pero a la vez están enseñándonos sobre las diferentes formas de comportarse ante una situación. Para bien y para mal. Aprendemos de los errores de nuestros protagonistas. Pero también disfrutamos de sus éxitos, casi tanto como si nos sucedieran a nosotros mismos.

7. Alivio de la Soledad

Para alguien que se siente solo, las series pueden ser un gran sustituto de compañía real. Cuando somos seguidores de una serie, los diferentes protagonistas pueden sernos tan cercanos como personas de nuestra propia familia a los que quieres e incluso odias.

Modern family

 8. El cerebro

Viendo una serie pasamos por diferentes estados emocionales en cuestión de poco minutos. Vemos situaciones novedosas, extrañas, complejas, simpáticas. Amor, desamor. Todo totalmente concentrado en 20 minutos. A nivel cerebral, el subidón emocional está servido.

Los neurotransmisores trabajan como locos para prepararnos para cada una de esas situaciones tan diferentes. La dopamina aumenta ante las situaciones que consideramos novedosas y placenteras. La serotonina disminuye cuando nos estresamos y la adrenalina se segrega cuando nos asustamos. En una situación normal de la vida cotidiana es muy difícil que todos estos transmisores trabajen tanto en tan poco tiempo.

La dopamina es la sustancia química que otorga placer al cerebro. La rutina, la normalidad no altera la dopamina. Solo lo hace la sorpresa. Si es buena, aumenta. Si es mala, desciende. Es sencillo que con las series la dopamina se eleve a menudo.

Hay personas que por sus patrones particulares, necesitan más situaciones novedosas para experimentar el aumento de la dopamina en el cerebro. Según Steve Johnson esta sería la razón por la que algunas personas sean más vulnerables a algunas adicciones. Pero también que haya gente que se enganche más a las series que otras.

Y tú, ¿eres un serie-adicto?


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