¿Qué puedo hacer cuando siento envidia?

Cuando sentimos envidia, un sentimiento molesto nos envuelve, generando malestar y rechazo hacia la persona envidiada. La buena noticia es que puedes aprender a superarla.
¿Qué puedo hacer cuando siento envidia?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 28 noviembre, 2022

“Siento envidia” no es una frase que se exprese con facilidad, pues es un sentimiento que expresa el deseo de poseer o ser como otra persona. Este sentimiento, en muchas ocasiones, se expresa a través del rechazo, el reproche y la crítica hacia la persona envidiada.

Podríamos decir que sentir envidia nos genera una actitud negativa hacia la persona o situaciones envidiadas, cuando, en realidad, el sentimiento profundo que provoca la envidia es la atracción de aquello que posee la otra persona y nosotros no.

¿Por qué siento envidia?

Sentir envidia nos coloca en una situación de menosprecio hacia nosotros mismos. Así, ese mismo es el origen de la envidia, el inadecuado autoconcepto que tenemos de nosotros.

Cuando nuestra autoestima es baja, no nos sentimos capaces de conseguir lo que queremos y tampoco nos sentimos satisfechos de quienes somos. Al mismo tiempo, tampoco nos vemos capaces de cambiar para llegar a ser quienes queremos ser.

Chica sintiendo envidia de la otra persona por su anillo

Por esto, al conocer personas que tienen lo que deseamos y no ver la posibilidad de conseguirlo para nosotros, nos remueven por dentro. Acabamos expresando hacia ellos la rabia, la frustración y la insatisfacción que sentimos con nosotros mismos, en forma de rechazo, críticas y reproches.

“No puedes ser envidioso y feliz al mismo tiempo”.

-Frank Tyger-

Alberto Acosta (2017), profesor de Psicología de la Universidad de Granada, afirma que cuando sentimos envidia “anhelamos algo que posee otra persona y creemos que es injusto que esa persona lo tenga y nosotros no“. Añade que el carácter obsesivo y autodestructivo de la envidia puede hacer sufrir mucho a la persona envidiosa y “no darse cuenta de sus buenas virtudes o de sus magníficas cualidades personales o de su buena situación”.

¿Qué puedo aprender?

Es importante saber identificar la envidia para aprender de ella y reconocer que nos sentimos insatisfechos con nosotros mismos. A partir de ahí, podemos plantearnos un cambio personal en busca de la satisfacción perdida, explorando de nuevo en nosotros mismos y descubriendo las capacidades que se ocultan en nuestro fondo.

“La envidia es el arte de contar las bendiciones del otro en lugar de las propias”.

-Harold Coffin-

Sería muy bueno canalizar la envidia hacia la admiración, un sentimiento que nos hace aprender de otros, observando sus actitudes positivas y de valor, por las que han llegado donde se han propuesto. Admirar a otros implica dejar de compararnos negativamente con ellos y, en lugar de esto, reconocer esas virtudes, talentos o habilidades que nos gustaría cultivar en nosotros y empezar a llevar esta tarea a cabo.

La admiración nos permite sentirnos bien con nosotros mismos. Es útil para desarrollar un trato hacia nosotros mismos desde la actitud de superación y el crecimiento personal, proponiéndonos llegar donde otros ya llegaron y reconociendo en nosotros todas las capacidades y habilidades necesarias para superarnos y aprender.

“En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio”.

-Albert Camus-

Desde el budismo, uno de los antídotos para combatir la envidia es el regocijo con el éxito ajeno. En lugar de sentir frustración y rabia, aprender a alegrarnos genuinamente por los demás nos aportará más nivel de felicidad.

Desde el budismo la concepción del amor es desear la felicidad y las causas de la felicidad a todos los seres. El maestro budista Lama Rinchen enumera algunos de los beneficios de la meditación en el amor bondadoso:

  • Aumenta la satisfacción vital.
  • Reduce la autocrítica.
  • Fomenta la conexión social.
  • Cultiva el interés por las necesidades de otros.
  • Aumenta las emociones positivas.


Proyectando nuestra vida

La admiración puede significar proyección personal a través de otros. Es una actitud que nos permite soñar más lejos de lo que solos habríamos sido capaces. Esto es así porque la observación y el reconocimiento de los logros ajenos puede ser un potenciador de la motivación personal para llegar más lejos, para superarnos y para seguir creciendo.

Proyectar nuestra vida es necesario. Para que esto nos llene es importante buscar modelos, admirar a los que ya consiguieron lograr sus sueños y sus deseos. De manera que siguiendo su ejemplo, podamos continuar nuestro camino hacia nuestra mejor versión.

Empleado aplaudiendo a su jefe

Lejos de la envidia y el rechazo hacia las personas envidiadas, con la admiración se produce un acercamiento hacia las personas, ya que admitimos y reconocemos sus logros y virtudes, mostrando interés por aprender de ellas y con ellas.

“Nada es más digna de admiración en un hombre noble que el saber aceptar e imitar las virtudes de los demás”.

-Confucio-

Haciendo cambios

Sin duda, para poder admirar, es necesario sentirnos a gusto con nosotros mismos, reconociendo nuestras capacidades y nuestra actitud por aprenderSerá necesario sentirnos como una persona capaz de proyectar y de soñar, y cómo no, de llegar donde nos propongamos. Por ejemplo, hasta donde se encuentra la persona a la que admiramos y convertirnos en quienes queremos ser y conseguir lo que queremos tener.

Evitando el narcisismo y el victimismo

A menudo, la envidia se mantiene en el tiempo por 2 factores muy importantes: la necesidad de ser mejor que los demás y la excusa de que no puedes lograrlo. Esta competitividad, que se da de la mano con el victimismo, lo único que consigue es estancarse en un punto de nuestra vida mientras que se observa a los demás avanzar sin problemas aparentes.

La humildad y el autoconocimiento son dos rasgos psicológicos imprescindibles para superar la envidia.

Rodéate de personas que te ayuden a mejorar

Acompañarte de personas envidiosas, cotillear la vida de los demás en redes sociales, criticar por afición, todo ello son circunstancias vitales y decisiones que no hacen más que alimentar la envidia insana. Recuerda que la única nota de corte en tu vida debes ser tú y que tu elección del grupo social es esencial para completar una imagen sana de tu persona.

En definitiva, si no nos gustamos y queremos cambiar inspirados por las personas a las que admiramos, en primer lugar tenemos que reconocer nuestras posibilidades de cambio  -que todos tenemos- y después proyectar ese cambio que deseamos en nosotros. Y tú, ¿te atreves?


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  • Quintanilla, L. y de López, KJ (2013). El nicho de la envidia: conceptualización, estrategias de afrontamiento y ontogénesis de la envidia en la psicología cultural. Cultura y Psicología , 19 (1), 76–94. https://doi.org/10.1177/1354067X12464980
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