Quaden Bayles y el grave efecto del bullying: «quiero morir»

Quaden Bayles tiene nueve años y sueña con ser jugador de rugby. La suya podría ser una historia normal de cualquier niño australiano, sin embargo, este pequeño sufre bullying a diario y ya intentado quitarse la vida varias veces.
Quaden Bayles y el grave efecto del bullying: «quiero morir»
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 08 octubre, 2022

Quaden Bayles tiene solo nueve años y pocos rostros evidencian de tal manera la huella del sufrimiento. En la expresión de este niño australiano al que su madre acaba de recoger del colegio, late el agotamiento de quien no puede más. Las lágrimas, sus gestos y lo que es peor, sus palabras, dejan entrever algo que ninguna persona (y menos un alguien tan joven) debería sentir jamás: el deseo de morir.

Podríamos decir de Quaden que padece acondroplasia, una tipo de enanismo que afecta a 1 de cada 2.5000 personas. También, que pertenece a una familia de indígenas. Ahora bien, ni los trastornos genéticos ni el origen social o étnico de alguien son motivo ni razón para sufrir bullying. Nada, absolutamente nada justifica este tipo de violencia que se expande como un virus, que deja entrever el lado más atroz del ser humano, ese que se manifiesta casi cada día en centros escolares de todo el mundo.

Sin embargo, la condición del pequeño Quaden parece ser una justificación suficiente para que sus compañeros de clase lo denigren sin descanso ante la sutil indiferencia de padres y profesores. Su madre, Yarraka Bayles, agotada y atrapada ya en ese límite donde la se combina la desesperación, la rabia y la indefensión, decidió recurrir al móvil y dar testimonio.

El vídeo de apenas tres minutos que decidió compartir con todo el mundo, es algo más que el testimonio de un niño que difícilmente borrará de su mente el trauma que está quebrando a pedazos su infancia. Esas imágenes son un grito a la concienciación y sobre todo a la reflexión.

¿Cómo y por qué razón ocurren este tipo de cosas?

Quaden Bayles

Quaden Bayles, el niño que sueña con ser jugador de rugby

Quaden Bayles tiene un sueño: convertirse en jugador de rugby de su equipo favorito, los South Sidney Rabbitohs. La suya, efectivamente, podría ser la historia de cualquier chico de su edad, de cualquier niño que acude a clase, que juega con sus amigos y entrena después de clase. Sin embargo, este pequeño padece una discapacidad y tiene un problema aún más grave que la propia acondroplasia: Quaden quiere morir.

De hecho, tal y como explica la propia madre, Yarraka Bayles, la primera vez que su hijo intentó quitarse la vida tenía 6 años. El día en que se tomó la decisión de grabar a su hijo volviendo del colegio y compartirlo en redes sociales, acababa de ser testigo de una agresión más hacia Quaden. Un grupo de niñas acababan de tirarlo al suelo y golpeaban la cabeza del niño como si fuera –según las propias palabras de la madre– un perro.

Lo que sucedió tras la publicación de ese vídeo, ya lo sabemos. Se convirtió en viral, lleva millones de reproducciones y ha conmovido a medio mundo. La expresión de Quaden nos deja sin aliento y es difícil no sentir la misma impotencia que la propia madre.

La emocionante respuesta a Quaden Bayles: estamos aquí para apoyarte, amigo

El primero en dar muestras de apoyo al pequeño australiano fue el propio equipo de rugby que Quaden Bayles admira. Mark Hamill, el actor que encarnó a Luke Skywalker en Star Wars, no dudó en lanzar una sentida reflexión que también acabó siendo viral: «la crueldad es sorprendente y te parte el corazón». 

Quizá, la muestra de apoyo más conmovedora fue la de Hugh Jackman, quien además de dar ánimos al pequeño, no dudó en dejar una pequeña reflexión a sus seguidores:

“Quaden, eres más fuerte de lo que crees. Y sin importar lo que pase, tienes un amigo en mí. Seamos amables con el otro. El bullying no está bien, la vida ya es lo suficientemente difícil. Hay que recordar que todas las personas enfrente a nosotros están pasando por algún tipo de batalla. Seamos amables”

El vídeo fue publicado el pasado martes 18 de febrero. A día de hoy lleva más de 7 millones de reproducciones y más de 400.000 dólares recaudados. ¿El objetivo? Cumplir otro de los sueños de Quaden Bayles: ir a Disneyland. La recaudación la organiza el cómico Brad Williams y el resto del dinero irá a asociaciones benéficas para ayudar a niños que sufren los efectos del bullying.

Una sociedad pasividad ante actos intolerables

Nos encantaría pensar que el impacto de este vídeo va a cambiar la realidad del bullying. Nos encantaría también, imaginar que la vida de Quaden Bayles va a ser más fácil. Nada nos agradaría más que pudiera volver a su colegio sin sentir miedo, teniendo la oportunidad de hacer amigos, de disfrutar de una infancia feliz donde no escuchar jamás el sonido de los insultos, el dolor de los golpes en el suelo de los patios.

Sin embargo, es muy probable que los cambios no sean tan grandes a pesar de la viralización de este vídeo. Es más, algo que está sucediendo en las últimas horas es que hay quien está poniendo en duda la propia veracidad de Quaden Bayles. Hay quien está contaminando la imagen del niño mediante fake news sugiriendo en esto un montaje fraudulento y que el pequeño, en realidad, tendría 18 años.

Sin embargo, la madre de Quaden ya apareció en un programa de televisión australiano en el 2015 hablando de la condición de su hijo. El niño tiene, efectivamente, 9 años, su historia es verídica y el sufrimiento mostrado en el vídeo tan real, descarnado y cruel como quien duda de esta familia.

El bullying seguirá siendo a nuestro pesar esa lacra que hiere vidas, infancias y familias. Esta realidad es el claro efecto de una sociedad pasiva, de una educación que evidencia a menudo claros déficits y falta de empatía. Necesitamos cambios, una mayor concienciación y estrategias como el método KiVa para resolver y prevenir este tipo de situaciones.

De momento, le deseamos todo lo mejor al pequeño Quaden Bayles.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.