¿Qué es el pensamiento simbólico?
¿Qué es el pensamiento simbólico? ¿Sabes en qué consiste exactamente? ¿Cómo se manifiesta? El pensamiento simbólico nos permite hablar sobre lo que sucedió en el pasado, así como hipotetizar lo que puede suceder en el futuro. Es decir, nos permite salir de la situación actual para evocar otra realidad , pasada o futura.
Así, este tipo de pensamiento nos permite ir más allá de lo que los sentidos están captando en el momento presente, a través de los recuerdos, la elaboración de hipótesis, etc. En este artículo conoceremos con más detalle las características de este tipo de pensamiento y cómo se manifiesta.
¿Qué es el pensamiento simbólico?
Podríamos definir el pensamiento simbólico como aquella capacidad para pensar sobre la situación presente; en otras palabras, es un tipo de pensamiento que permite representar en la mente la realidad del entorno, según la experiencia vivida.
El psicólogo suizo Jean Piaget (1896-1980) aportó mucha información sobre el pensamiento simbólico cuando se dedicó a definir y explicar las diferentes etapas de desarrollo cognitivo por las que pasa un niño. Según él, el pensamiento simbólico “implica que el niño sea capaz de utilizar significantes para referirse a significados“.
Pensamiento preoperatorio de Piaget
Siguiendo con el esquema de Piaget, el pensamiento simbólico formaría parte del pensamiento preoperatorio, un concepto más amplio que recorrería tres etapas durante su desarrollo: 1) el pensamiento simbólico, 2) el egocentrismo (el niño no es capaz de desmarcarse de su propio punto de vista) y 3) el pensamiento prelógico preconceptual.
Como vemos, el pensamiento simbólico de Piaget está dentro del subperiodo preoperatorio, que va de los dos a los seis años.
Manifestaciones del pensamiento simbólico
Según Piaget, durante la etapa de formación y consolidación del pensamiento simbólico, se producen una serie de manifestaciones en el desarrollo del niño que posibilitan dicho proceso. Son las siguientes:
- Imitación diferida.
- Juego simbólico.
- Evocación verbal de sucesos no presentes.
- Dibujos.
- Imágenes mentales.
Es decir, a través de todas estas manifestaciones, el pensamiento simbólico se haría latente y se iría poco a poco consolidando.
“Todo lo que puedas imaginar es real”.
-Pablo Picasso-
¿Cómo se expresa el pensamiento simbólico en el ser humano?
¿Cómo se expresa el pensamiento simbólico? Hemos visto algunos ejemplos en las primeras etapas de la vida, según Piaget (de los dos a los seis años), pero vamos a verlo ahora un poco más en profundidad. Algunas de las manifestaciones más importantes de este tipo de pensamiento (que no todas) son las siguientes.
El lenguaje
El lenguaje es una de las manifestaciones del pensamiento simbólico; como este, se basa en la simbolización. ¿Qué quiere decir esto? Que las claves verbales con las que describimos la realidad, no son aquello que señalan, sino su traducción en términos abstractos.
Es decir, utilizamos el lenguaje para representar la realidad a través de los símbolos, que en este caso serían las palabras. De igual forma ocurre con el pensamiento simbólico; estamos representando algo de fuera en la mente, pero este proceso pasa por un filtro previo, que es el de la propia mente.
Por otro lado, cuando leemos, por ejemplo, el pensamiento simbólico se activa, y es el que nos permite imaginar los escenarios y personajes que estamos conociendo a través de nuestra lectura. Una vez más, se trata de una forma de evocar la realidad de fuera en la mente, a través de nuestro imaginario.
Además, todo el universo plasmado en las novelas o en textos de cualquier tipo, ha sido creado previamente en la mente de alguien. De eso también trata el pensamiento simbólico.
El juego simbólico
Como hemos visto anteriormente, otra de las manifestaciones del pensamiento simbólico es el juego simbólico. Este último adquiere especial relevancia en las primeras etapas de la vida, eso es, la infancia, cuando el desarrollo del niño está en plena expansión. Así, el juego simbólico es muy importante para el desarrollo, especialmente para las primeras relaciones sociales y para adquirir las costumbres de la sociedad.
A través del juego simbólico, fundamentado en gran parte en el pensamiento simbólico, los niños representan oficios, personajes, usos de objetos, roles… mediante el propio juego y diferentes juguetes u objetos. Además, se atribuyen propiedades a objetos inanimados (por ejemplo, simular que un plátano es un teléfono).
El juego simbólico aparece porque el niño ya posee ciertos recursos cognitivos; por ejemplo, la abstracción, la analogía (equiparar dos objetos por poseer características compartidas) o el propio pensamiento simbólico.
Según Piaget, el juego simbólico aparece alrededor de los dos años, que es cuando el niño tiene noción del objeto permanente (es decir, entiende que el hecho de que un objeto salga de su campo de visión, no significa que desaparezca). Más allá de estas edades, la realidad es que nunca dejamos de jugar (¡toda la vida!). Y el juego casi siempre conlleva aprendizaje.
“El juego es la forma más elevada de investigación”.
-Albert Einstein-
El dibujo y la pintura
En el dibujo, tanto niños como adultos representan gráficamente una realidad (o múltiples). Además, esta realidad, con frecuencia no se encuentra delante nuestro en el momento de realizar el dibujo. Es decir, plasmamos lo que queremos evocar a través de símbolos (el propio dibujo), gracias al pensamiento simbólico, esta capacidad para utilizar significantes para referirnos a significados.
Así, en cierta manera, tanto el dibujo como la pintura nos permiten representar algo de fuera, pero también las ideas que tenemos ubicadas en nuestra mente. De eso trata la simbolización.
A nivel de cultura y sociedad, en los dibujos encontramos gran parte de nuestra memoria, y de la memoria de nuestros antepasados (pinturas rupestres, jeroglíficos…). Es decir, en estas manifestaciones encontramos gran parte de la historia que nos ha llevado hasta aquí.
Además, se sabe que los dibujos en color permitieron a muchas sociedades transmitir su sello de identidad, dejar constancia de qué características distintivas poseían y de qué legado podían extender más allá de la supervivencia física. Un claro ejemplo de ello lo podemos encontrar en las banderas o en los dibujos e ilustraciones de las mismas.
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- Cellenieror, G. (1978) El Pensamiento de Piaget, estudio y antología de textos. Ediciones Península, Barcelona.
- Landy, D. y Goldstone, R.L. (2007). How Abstract Is Symbolic Thought? Journal of Experimental Psychology, 33(4): 720-733.