¿Qué es el trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos?

Hay niños y adultos que, sin tener ninguna preocupación por su aspecto físico o su peso, comen muy poco. Son muy selectivos y quisquillosos, afectando con esa conducta a su salud física. En este artículo se explica de qué va tal diagnóstico.
¿Qué es el trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 15 mayo, 2024

¿Tienes un hijo que come muy poco o que solo prefiere un tipo muy concreto de productos? El trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos (TERIA) es una condición clínica reciente de la que aún no se sabe todo. Describe a niños y adultos muy caprichosos y selectivos que, por sus manías, no cubren todas sus necesidades nutricionales.

Son comportamientos que «traen de cabeza» a las familias y no dejan de poner en riesgo la salud al afectado. Desde un punto de vista psicológico, también se alza como todo un desafío. Estos pacientes restringen su alimentación por factores como la repulsión a la apariencia del alimento, debido a su sabor, color o textura. De igual modo, sienten miedo al atragantamiento.

Se trata de una realidad tan compleja como delicada que bien merece analizarse, para tener en cuenta esta nueva categoría en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V).

El TERIA solo se diagnostica si hay consecuencias físicas graves en la salud del paciente.

Trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos: definición y síntomas

El trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos recibía con anterioridad el nombre de «trastorno alimentario selectivo». Con la nueva actualización del DSM-V, se describió con mayor detalle una condición que aparece de manera significativa entre la población infantojuvenil. Esto mismo es lo que destacan en una investigación publicada en el Journal of Eating Disorders.

En una muestra de 173 niños de entre 7 y 17 años, el 22,5 % de los pacientes cumplía con los criterios ARFID (siglas en inglés del trastorno). Estamos ante una condición clínica que se aleja de los problemas de alimentación ordinarios. En estos casos, los pacientes no muestran una obsesión por la apariencia física o por perder peso. Tampoco hay dismorfia corporal.

Lo que se ve son personas que restringen su ingesta por razones arbitrarias, hasta el punto de no cubrir sus necesidades nutricionales y energéticas. Trabajos como los realizados en la Escuela de Medicina Johns Hopkins indican, además, que no hay una adecuada concienciación o conocimiento del TERIA por parte de los proveedores de atención médica.

Esto pone en riesgo a una parte de la población y, por tanto, es necesario visibilizarlo mucho más. ¡Vayamos a ello!



¿Cuáles son los síntomas del TERIA?

Es posible que muchos padres y madres estén preocupados ahora mismo por ese niño que come poco o que es muy quisquilloso. Lo cierto es que, a veces, no sabemos en qué momento una conducta alimentaria pasa a ser de caprichosa o difícil a problemática. Ello explica por qué se decidió en el 2013 especificar y describir con exactitud en el DSM-V esta condición.

¿Cómo es el patrón que edifica el trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos? La siguiente lista lo revela:

  • Anemia.
  • Reflujo gástrico.
  • Sistema inmunitario debilitado.
  • Calambres, mareos y desmayos.
  • Tener frío la mayor parte del tiempo.
  • Con frecuencia hay malestar estomacal.
  • Alteraciones intestinales como estreñimiento.
  • Piel seca, debilidad muscular, pérdida del cabello.
  • Alimentarse desagrada por temor a atragantarse.
  • Pérdida de peso llamativa, a causa de la mala alimentación.
  • Rechazo a muchos productos por su textura, color o sabor.
  • Las adolescentes o las mujeres adultas dejan de menstruar.
  • Deterioro psicosocial y un gran riesgo para la vida de la persona.
  • El niño tiene un percentil de crecimiento más bajo del esperable.
  • Buena parte de estas personas padecen trastornos de ansiedad.
  • Esa selectividad o capricho en la alimentación empeora con el tiempo.
  • El adulto evidencia una delgadez muy acusada de la que no es consciente.
  • Los pacientes solo se alimentan de un número muy reducido de alimentos.
  • En muchos casos, estos pacientes terminan siendo alimentados por sonda.

El TERIA se relaciona frecuentemente con los trastornos de ansiedad.

¿En qué tipo de personas es común el trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos?

La mayor parte de la investigación del TERIA se centra en la población infantojuvenil. Sabemos que es más frecuente en niños, pero también puede aparecer en la población adulta. Así, trabajos como los compartidos por la Universidad de Pensilvania, resaltan que los adultos con patrones de alimentación «quisquilloso» son más tendentes a desarrollar esta condición.

Por otro lado, también es habitual que las personas que están en el espectro autista (TEA) tengan más probabilidades de desarrollar ARFID.

¿Cómo se diagnostica el trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos?

El correcto diagnóstico del TERIA requiere de una intervención multidisciplinar. Se necesita de los profesionales médicos y de psicólogos especializados en la conducta alimentaria. Enseguida se detallan las claves de cada ámbito.

Diagnóstico médico

Es importante destacar que el TERIA solo se puede diagnosticar si esa conducta tiene consecuencias físicas graves. Los médicos valoran si la deficiencia nutricional o el tener que recurrir a la alimentación por suplementos o enteral, se debe a un problema psicológico.

Diagnóstico psicológico

Pediatrics in Review alude a la importancia del DSM-V para guiar los criterios diagnósticos. Si bien antes se expuso en qué consiste esta condición, mira ahora las guías para identificarla:

  • Se necesita el historial médico del paciente.
  • Debe aparecer un claro desinterés por la comida.
  • Miedo al atragantamientos o efectos fisiológicos secundarios.
  • Esta conducta no se asocia a otros trastornos alimentarios como la anorexia.
  • La restricción no tiene base en razones culturales o por falta de alimentos de la persona.
  • Evitación de alimentos o selección de estos en función del olor, el sabor, la textura, etc.


¿Cuáles son los tratamientos para este trastorno?

Es común que las personas con TERIA atraviesen todo un periplo entre distintos especialistas, como los de nutrición, gastroenterología o psiquiatría; recibiendo siempre tratamientos ineficaces y diagnósticos desacertados. El abordaje de los problemas de la conducta alimentaria requiere de un enfoque multidimensional, a través de unidades especializadas en trastornos alimentarios.

Conocer las causas asociadas

El trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos suele presentar una llamativa comorbilidad con otras condiciones clínicas. Por lo general, es frecuente encontrarnos con las siguientes realidades:

  • Trastornos del aprendizaje.
  • Trastorno del espectro autista (TEA).
  • Trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
  • Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
  • Buena parte de estos pacientes evidencian problemas de ansiedad.
  • La investigación difundida en el Journal of Eating Disorders, comentada al inicio, destaca la prevalencia del trastorno generalizado del desarrollo.

En la actualidad, se llevan a cabo programas experimentales con el fin de saber qué enfoque terapéutico es el más adecuado para los pacientes con trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos.

Enfoques terapéuticos

Los enfoques terapéuticos se personalizan siempre para cada paciente, partiendo de su diagnóstico. En estos casos y desde las unidades especializadas en TCA (trastornos de la conducta alimentaria) aplican las estrategias listadas a continuación:

  • Atención médica regular.
  • Intervención psicosocial para mejorar los hábitos alimenticios.
  • Abordaje con psicofármacos según las necesidades del paciente.
  • Tratar las complicaciones físicas derivadas de una alimentación deficitaria.
  • Desde el Hospital General de Massachusetts realizan un estudio piloto en el que se aplica la terapia cognitiva-conductual y se incluye a la familia del paciente. De momento se desconoce su eficacia, pero se trata de un modelo exitoso en la mayoría de los TCA.

Avances bien encaminados para abordar el TERIA

Para concluir, tal y como hemos señalado al principio, aún no lo sabemos todo sobre este tipo de trastorno de alimentación. A medida que dispongamos de mayor literatura científica, comprenderemos mejor su etiología y las terapias más idóneas para su abordaje.

Por ahora, los avances son positivos, siendo lo más importante la concienciación general sobre este problema de salud mental.


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