¿Qué es la metamemoria?
¿En qué consiste la metamemoria? ¿Te suena este concepto? La realidad es que la memoria es una habilidad cognitiva que nos permite tener identidad, aprender, conservar recuerdos y consolidar o reforzar la huella de lo ya aprendido. Conocer con detalle cómo funciona la memoria nos puede ayudar a retener mejor la información, así como a optimizar esta habilidad. Precisamente, de esto trata la metamemoria, del conocimiento de la propia memoria.
Pero, ¿qué más incluye la metamemoria? ¿Qué relación tiene con las reglas mnemotécnicas? ¿Cómo se estudia este fenómeno? ¿Cómo podemos potenciarlo? Responderemos a todo ello en un breve recorrido por el conocimiento de esta habilidad tan interesante que nos permite ser quien somos.
“Somos todos los trozos de lo que recordamos”.
-Cassandra Clare-
¿Qué es la metamemoria?
La metamemoria es el conocimiento que tenemos de la propia memoria. Más concretamente, y según un estudio de González (1997), titulado “Metamemoria y aprendizaje de textos”, publicado en Estudios de Psicología, la metamemoria se define como el conocimiento y el control que la propia persona posee sobre el funcionamiento de su memoria. Esto incluye también el conocimiento de las diferentes fases de la memoria, que son tres:
- Codificación.
- Almacenamiento.
- Recuperación.
Cuanta más metamemoria tengamos, más conoceremos la memoria y, por lo tanto, más sabremos sobre cómo potenciarla y qué limitaciones tiene. Así, como vemos, la metamemoria no solo incluye el conocimiento de la memoria, sino también su control y dominio.
Memoria y metamemoria
Como vemos, la metamemoria implica el conocimiento de la propia memoria, de la misma forma que el metalenguaje constituye el conocimiento del propio lenguaje, por ejemplo (y así con más ejemplos). Para potenciar la memoria (o para sacarle el máximo provecho) muchas veces acudimos a las llamadas reglas o estrategias mnemotécnicas.
En este sentido, según un estudio de Campos & Ameijide (2014), las estrategias mnemotécnicas no influyen únicamente en el recuerdo, sino también en la metamemoria. Así, estas podrían beneficiar no solamente la memoria, sino también la metamemoria (todo depende del tipo de estrategias utilizadas).
“Las estrategias mnemotécnicas son ayudas mentales que permiten recordar diferentes tipos de elementos e información como formas nuevas de palabras, nombres, fechas históricas, números, fórmulas, varias reglas y listas”.
-Barcroft, J.-
Cómo potenciar la metamemoria
La metamemoria, al igual que la memoria, se puede potenciar. ¿De qué forma? Para empezar, aprendiendo todo lo que necesitamos saber sobre el funcionamiento de la memoria. Esto incluye conocer cómo opera el cerebro en cada etapa del proceso de memoria.
Es decir, ¿qué ocurre cuando codificamos un recuerdo? ¿Y cuándo lo almacenamos y lo recuperamos? ¿Qué cambios se producen en el cerebro? ¿Cómo influyen las emociones en todo ello? (La relación entre emociones y memoria está más que demostrada).
Todo esto se aprende, ni más ni menos, que leyendo y estudiando; para ello existen multitud de libros interesantes sobre la memoria. Por otro lado, las reglas mnemotécnicas, ya mencionadas, nos pueden ayudar a potenciar este proceso cognitivo; en este sentido, cuanto más lo trabajemos, más lo conoceremos, por lo que este tipo de estrategias también puede mejorar la metamemoria.
El estudio de la metamemoria
Nelson y Narens (1990), por ejemplo, en su libro “Metamemory: A theoretical framework and new findings” proponen que el estudio de la metamemoria debe realizarse en tres etapas principales, ya mencionadas anteriormente: adquisición (es decir, antes del aprendizaje propiamente dicho), retención (mantenimiento del conocimiento adquirido previamente) y recuperación consciente y autodirigida de la información.
Por otro lado, y en relación al estudio de la metamemoria, las personas podemos emitir juicios de la propia memoria, es decir, del propio proceso que implica la memorización. Los juicios metamnemónicos, según los autores, pueden llevarse a cabo en cuatro momentos del proceso de aprendizaje (imaginemos que estamos ante una tarea de memorización), y son los siguientes:
- Antes del proceso de adquisición. En este momento, los ítems todavía no se han aprendido. Aquí la persona tiene que predecir la mayor o menor facilidad en el aprendizaje de la tarea en cuestión (juicios de facilidad de aprendizaje).
- Durante o inmediatamente después de la adquisición. Es decir, justo después de adquirir el recuerdo, pero antes de la prueba de recuperación. Aquí la persona estima el nivel de conocimiento que posee (juicio de aprendizaje).
- Durante la prueba. Durante la prueba, se evalúa el recuerdo que se espera obtener en una prueba posterior de igual o distinto formato (lo que llamamos “sensación de saber o impresión de saber”).
- Después del recuerdo. Finalmente, el momento de después del recuerdo. Aquí la persona tiene que manifestar el grado de confianza o seguridad con la que ha emitido cada una de las respuestas (juicio de confianza).
Así, la metamemoria va un poco más allá del mero conocimiento de la memoria. Si profundizamos un poco más, encontramos que esta incluye el conocimiento de todas sus funciones, de sus etapas e incluso podríamos decir también que de las estrategias mnemotécnicas que pueden resultarnos útiles. Así, vemos cómo conocer la memoria (la metamemoria) implica también conocer sus puntos fuertes (cómo sacarle provecho) y sus limitaciones.
“Reconocer es fácil para el que tiene memoria, olvidar es difícil para el que tiene corazón”.
-Gabriel García Márquez-
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Barcroft, J. Chapelle, A. (Ed.). (2012). The Encyclopedia of Applied Linguistics. p.3. Hoboken, Oxford, UK: Wiley-Blackwell
- Campos, A., & Ameijide, L. (2014). Mnemotecnia de la palabra clave con dibujos y juicios metamnemónicos de personas mayores. Revista Iberoamericana de Psicología y Salud, 5(1), 23-38.
- Flavell, J.H., Wellman, H.M. (1975). Metamemory. Minnesota University, Minneapolis.
- González, A. (1997). Metamemoria y aprendizaje de textos. Estudios de Psicología, 58, 59-83.
- Ruiz, M. (2008). Las caras de la memoria. Madrid: Pearson Educación S. A.