¿Qué es una utopía?

El escritor Eduardo Galeano afirmó una vez que las utopías servían para caminar, aunque el horizonte se corriera un poco más allá. Pero ¿cuál es la definición de este concepto y qué otra utilidad tiene?
¿Qué es una utopía?
Alejandro Sanfeliciano

Escrito y verificado por el psicólogo Alejandro Sanfeliciano.

Última actualización: 03 agosto, 2023

Utopía es una palabra frecuente en nuestro quehacer cotidiano. Esta se utiliza como argumento o contraargumento a la hora de discutir sobre sociedades idílicas o hipotéticas. El término tiene una profundidad mayor de la que la sociedad nos muestra. Por esta razón, es importante hacerse una pregunta: ¿Qué es realmente una utopía?

Antes que nada, podemos acudir a la etimología y al origen de este concepto. El concepto de utopía viene del griego y significa de manera literal ‘no-lugar’. La primera vez que se utilizó fue en la novela Utopía de Tomás Moro. Este famoso relato transcurre en una isla con un gobierno pacífico e idílico y constituye toda una crítica a la organización política de los siglos XV y XVI.

A lo largo del artículo, vamos a centrarnos tanto en su definición como su utilidad. Esto nos ayudará a manejar el término y a no caer en esa línea que reclama a la utopía como un sinónimo de lo imposible.

Tomás Moro y la utopía

El artículo Utopianism de Lyman Sargent, divulgado en la Routledge Encyclopedia of Philosophy, desarrolla una breve descripción del concepto de utopía y su evolución a lo largo del tiempo. En él se sostiene que fue acuñado por Tomás Moro (Thomas More) en su obra Utopía (1516), en la que describía un lugar ficticio que criticaba la sociedad en la que él vivía.

Sargent sostiene que More planteó un diálogo imaginario acerca de la esencia de su obra. ¿Se trataba de una invención o de una realidad? ¿El sarcasmo estaba dirigido a la Inglaterra de su tiempo o apuntaba a la sociedad descrita en el libro? ¿Era una visión ingenua e inalcanzable, o representaba un ideal que, aunque no se pudiera lograr, podría servir como meta a perseguir?

Este artículo también destaca que los socialistas utópicos del siglo XIX promovieron la idea de construir un futuro más prometedor mediante la formación de pequeñas comunidades experimentales. No obstante, figuras como Karl Marx y Friedrich Engels sostuvieron que este método no podía abordar de forma adecuada los desafíos de la sociedad industrial, lo que llevó a que el término «utópico» se asociara con lo ingenuo e irreal.

Para terminar, Sargent destaca que, a pesar de la caída del comunismo en Europa del Este y la antigua Unión Soviética, la utopía no ha llegado a su fin y sigue siendo escrita y continúa fundando comunidades con la esperanza de que una vida mejor.

Definición de utopía

Desde hace mucho tiempo, la sociedad ha soñado con un mundo idílico y una manera de gestionarse de manera perfecta. De ahí nace la utopía. Esta consiste en una teorización acerca de cómo se debería organizar de forma perfecta una sociedad, estado, comunidad o parte de los mismos. Un aspecto importante es que este mundo hipotético no acude a una utilidad inmediata, no busca encontrar un sistema político que se pueda aplicar en el contexto actual.

Cuando se construye esta teorización, lo que se busca es la mejor forma del sistema posible. Solo se pretende dar contorno a la idea desde términos teóricos, sin tener en cuenta el grado de dificultad a la hora de trasladar esa idea o esquema a la realidad. De esta forma se puede crear de manera hipotética un estado. Ahora bien, la idea de perfección que caracteriza a este concepto es algo ambigua e interpretativa.

Podemos encontrar multitud de ejemplos de utopías a lo largo de la historia. Quizá una de las más antiguas sea la utopía de Platón. En ella, la sociedad estaría dividida en tres clases asignadas por sus competencias y habilidades: la política, la militar y la de productores. Así, el buen funcionamiento y gestión de esas clases aseguraría una sociedad perfecta y pacífica.

También, podemos encontrar utopías más modernas, como el socialismo utópico. Este se diseñó como crítica al capitalismo y a la explotación de los individuos a través de la apropiación de su fuerza de trabajo. Esta utopía se basa en una sociedad cooperativa y autogestionada. Mediante el apoyo mutuo y el trabajo colectivo se lograría el funcionamiento óptimo de la comunidad.



Características de la utopía

El concepto de utopía posee una serie de atributos distintivos que lo hacen único. En este contexto, nos gustaría destacar las características que consideramos más emblemáticas de este término. Estas han sido extraídas de un interesante artículo escrito por Adrián Celentano, titulado Utopía: Historia, concepto y política.

  • Intencionalidad: el pensamiento utópico es intencional y se opone a la ideología. No busca solo describir o analizar el mundo tal como es, sino que imagina cómo podría ser. «Si la ideología provoca la apariencia, por el contrario, la utopía es el sueño del verdadero y justo orden de vida», afirma Celentano.
  • Comienza con una crisis social: las utopías aparecen en periodos de crisis social, como una respuesta a la desesperación y a la necesidad de un cambio. Por ende, es una crítica al statu quo​ actual y una propuesta de lo que debería ser.
  • Ahistoricidad y asituacionalidad: lo utópico ignora las condiciones concretas del desarrollo histórico y social, lo que puede ser tanto una fortaleza como una debilidad, señala Adrián Celentano. Por un lado, esto les permite imaginar posibilidades nuevas; pero, por otro lado, puede hacer que parezcan inmaduras o impracticables.
  • Sociedad ideal: la utopía aparece como un modelo de sociedad ideal que se encuentra en contraposición con la actual o hegemónica. Este modelo puede ser un lugar idealizado o imaginario del futuro.
  • Brinda herramientas para su construcción: las ideas utópicas realzan ciertos medios para su establecimiento, tales como la ciencia, la industria, la ética y la educación
  • Delimitan sujetos que impondrán los proyectos: con frecuencia, las utopías identifican a los actores que implementarán los planes utópicos. Estos pueden ser individuos, colectivos o incluso la sociedad en su conjunto.
  • Crítico-reguladora, liberadora y anticipadora: desde la perspectiva del análisis del discurso político o filosófico, la utopía cumple una función de crítica y regulación, libera del determinismo legal y anticipa el futuro.
  • Constituye formas de subjetividad: las utopías crean subjetividades, dado que su evolución histórica puede afectar la forma en que las personas se perciben a sí mismas y a la sociedad en la que viven.

La utopía desafía las convenciones y potencia la imaginación. Con su crítica al presente desempeña un papel fundamental en la creación de una nueva visión del mundo, de la sociedad y del ser humano.

La utilidad de la utopía

«La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar».

―Eduardo Galeano―

Utopía es un concepto amplio y profundo, muy utilizado por filósofos, pensadores y políticos. Pero ¿qué utilidad tiene conceptualizar una sociedad perfecta en teoría si podría enfrentar numerosos obstáculos y resistencias al intentar llevarse a cabo? Muchos podemos caer en el error de pensar que las utopías carecen de pragmatismo o de tener solo una utilidad literaria o de pasatiempo, pero esto no es así.

A la hora de valorar su aplicabilidad, nos podemos encontrar con 4 funciones distintas. Estas dependerán de lo que buscaba el autor al momento de crear esa sociedad idílica. Estas son las siguientes:

  • Función de crítica: un uso de las utopías es como crítica a la organización actual. Construir un sistema utópico sirve para ver lo alejada que está el orden actual de él. Esto sirve para cuestionar la validez del sistema social presente y valorar la necesidad de un cambio político.
  • Función valorativa: en esta se destaca la influencia de la utopía en el estudio de diferentes sociedades. Las utopías pueden servir para reflexionar acerca de los diferentes métodos de organización social y conocer así nuestro sistema político y social.
  • Función esperanzadora: también podemos acudir a una posición más humanista del término. Podemos encontrar que algunas utopías tienen la función de generar esperanza en el ser humano. Intentan hacer llegar a los individuos la idea de que hay otra opción.
  • Función orientadora: por último, y quizá la función más útil, sea utilizar la utopía como meta. Establecer como objetivo algo perfecto e ideal sirve para mantener un progreso continuo y no quedarnos atascados en la falsa ilusión de que vivimos en el mejor mundo posible.


La utopía no es lo imposible

El término utopía se emplea en multitud de ocasiones como sinónimo de imposible. Incluso se atribuye al mismo un carácter idealista y de poca utilidad. Pero, esta concepción no deja de ser un error.

Las utopías nos permiten identificar el objetivo a alcanzar, actúan como brújula. Y esto no es baladí, ya que una de las motivaciones más poderosas que tenemos los seres humanos es la de buscar lo mejor.


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