¿Qué ganamos entrenando nuestra memoria?

¿Qué beneficios podemos obtener entrenando nuestra memoria? ¿Cómo funcionan los programas destinados a este fin? ¿Es necesaria la ayuda de un profesional?
¿Qué ganamos entrenando nuestra memoria?
Marián Carrero Puerto

Escrito y verificado por la psicóloga Marián Carrero Puerto.

Última actualización: 26 enero, 2024

Son tantos los estudios que respaldan la idea que quedan pocas dudas: existe un deterioro cognitivo asociado a la edad. Ahora bien, en este sentido, ¿qué conseguiríamos entrenando nuestra memoria? ¿Habría beneficios? ¿Serían a corto plazo o, por el contrario, se mantendrían en el tiempo?

La edad no afecta por igual a todas las personas ni a todos los tipos de memoria. Conservamos mejor la mejor la memoria procedimental o aquella que tiene que ver con recuerdos remotos y emocionalmente intensos. Por el contrario, la memoria de trabajo es quizás la que más se ve comprometida.

También se han identificado problemas de atención dividida, olvidos de hechos recientes, uso deficiente de estrategias de codificación, omisión o mal uso de pistas verbales o visuales para recuperar la información, junto a una percepción negativa de sus propios rendimientos y de su posibilidad de mejorar (Craik, 1977; Parkin, 1987; Montenegro 1998a).

Así, hoy queremos preguntarnos, ¿qué ganamos entrenando nuestra memoria?

“Una memoria ejercitada es guía más valiosa que el genio y la sensibilidad”.
-Friedrich von Schiller-

Mente con mecanismos de memoria para representar el modelo de memoria de Atkinson y Shiffrin

¿Es tan importante el entrenamiento de la memoria?

El término de entrenamiento de la memoria es un concepto moderno que durante siglos ha sido conocido como el arte de la memoria. Su primera aparición se data con Simónides de Ceos (Siglo Va. De C.) y el método Loci.

Después, otros autores utilizaban términos como memoria artificial y memoria natural, memoria con imágenes, la memoria se ligó a la magia y a contenidos filosóficos e ideológicos, etc.

Los entrenamientos de la memoria revelan efectos beneficiosos, tanto en ancianos sanos como en ancianos con deterioro cognitivo. Actualmente, se hacen multitud de intervenciones en memoria como rehabilitación, estimulación y entrenamiento.

En 1970, se comenzaron a desarrollar diversos programas y estudios enfocados al entrenamiento de la memoria para afrontar pérdidas derivadas de traumatismos, demencias en primeras fases, envejecimiento, etc.

En las intervenciones actuales se emplean distintos medios, como la estimulación, la terapia en grupo, la rehabilitación, el reaprendizaje o la rehabilitación por ordenador.

Utilizar unas herramientas u otras depende de las necesidades de la persona, pero también de los medios y el conocimiento con el que cuente el profesional.

“Hay que entrenar la mente de la misma forma que hemos aprendido a entrenar el cuerpo”.
-Elsa Punset-

Diferencias entre rehabilitación y entrenamiento

Los dos términos más comunes son la rehabilitación y el entrenamiento. El entrenamiento es enseñar de un modo sistemático en el conocimiento, la utilización y el control de los procesos, estrategias, técnicas y vivencias implicadas en el funcionamiento de la memoria y en la mejora de su rendimiento.

La rehabilitación es intervenir con el fin de recuperar un nivel óptimo de funcionamiento (personal, social y profesional) después de una determinada enfermedad que ha producido una lesión o un déficit funcional.

La rehabilitación se emplea, por lo tanto, con personas enfermas y el entrenamiento es un término que puede aplicarse a personas enfermas y sanas.

El entrenamiento también se utiliza con personas que presentan alteraciones que, sin ser enfermedad “pueden ser objeto de atención clínica”, tal como dice el DSM V  (2013):“pérdida de memoria por la edad, para el declive cognitivo relacionado con la edad, etcétera”.

“La memoria es el centinela del cerebro”.
-William Shakespeare-

¿Cómo entrenar nuestra memoria?

Los entrenamientos de la memoria se pueden clasificar según varios criterios (Montejo Carrasco, 2015):

  • Los contenidos que trabajen y los objetivos propuestos: unifactoriales o multifactoriales.
  • El número de personas con las que se trabaja: individual o grupal.
  • El tipo de estrategias utilizadas: estrategias internas (visualización, asociación…), estrategias externas (libretas, colores, colgadores, el orden…) y los que utilizan elementos de ambos tipos o mixtas (la mayoría de métodos).
  • El tipo de memoria utilizada: explícita/implícita.

Para las personas mayores, se suele optar por el entrenamiento en grupo. Con ello, además de la memoria, se refuerza el contexto social: un contexto en el que las personas mayores también tienen que afrontar pérdidas importantes: la de amigos y conocidos de su misma generación.

Por otra parte, la generalización a la vida diaria y la transferencia de resultados de las funciones entrenadas es mejor de esta forma. Es preferible esta metodología por los efectos que el grupo tiene. Además, a nivel de inversión, es más rentable: se puede trabajar con más personas en menos tiempo.

“La memoria se acrecienta usando y aprovechándose de ella”.
-Juan Luis Vives-

Hombre haciendo ejercicio de estimulación cognitiva

Entrenando nuestra memoria

Parece que determinadas áreas de nuestro cerebro son capaces, con el entrenamiento, de acumular cierta reserva cognitiva que nos proteja frente al deterioro asociado a la edad.

En su día, la neurocientífica Rita Levi-Montalcini dijo que: “la plasticidad cerebral, o neuroplasticidad, se mantiene constante a lo largo de toda la vida; pero siempre y cuando el cerebro se ejercite”.

Así, entrenando nuestra memoria estamos haciendo una inversión rentable frete al deterioro cognitivo asociado a la edad. Los datos más optimistas apuntan a que podría incidir de manera positiva en el 63% de los casos y actuar como factor protector hasta en un tercio de los casos de Alzheimer.


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  • Craik, FIM. (1977), ‘Age differences inhuman memory”. En Birren y KW. Sohaje (eds) Handbook of the Psychology of aging. New York, van Nostrand Reinhold, p. 384-4. Montejo Carrasco, P. (2015). 
  • Estudio de los resultados de un programa de entrenamiento de memoria y estimulación cognitiva para mayores de 65 años sin deterioro cognitivo
  •  (Doctoral dissertation, Universidad Complutense de Madrid). Montenegro, M., Monteio. E, Remeso, Al., Montes, ME., Claver, MD. (1998a). Estudio de las quejas de memoria en los mayores y los cambios producidos por un entrenamiento de memoria’, Presentado al XXII Congreso Nacional de Geriatría y Gerontología, Madrid. Parkin,A. (1987), Memory and Amnesia: An introduction. p. 129. BIackweII, Ed. Oxford.

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