Reflexión filosófica sobre la estética, la belleza y el arte

¿Qué estudia la estética? ¿A qué llamamos «bello»? ¿Qué es la belleza? ¿Y qué podemos decir del arte desde la filosofía? Descúbrelo en este artículo.
Reflexión filosófica sobre la estética, la belleza y el arte

Escrito por Jennifer Rojas

Última actualización: 14 septiembre, 2023

La belleza y la estética impregnan nuestra realidad. Ya sea en redes sociales o en el día a día, establecemos distinciones entre lo que consideramos como bello de lo que no. Pero, en realidad, ¿qué es lo bello? En este artículo exploraremos ambos términos desde la disciplina filosófica.

También reflexionaremos sobre las obras de arte y qué es entendido como tal. Coloquialmente, creemos que lo artístico se encuentra en los museos, en forma de cuadros o esculturas. Pero la estética razonó mucho al respecto para abrir nuestro horizonte de posibilidades. Ahondemos en este tema.

¿Qué es la estética?

La Enciclopedia Herder define la estética como una rama de la filosofía que tiene por objeto de estudio la belleza en general. Esta disciplina se concentra, sobre todo, en aquellas condiciones que posibilitan percibir lo bello. Además, incluye la reflexión de los criterios de valoración para establecer si algo es bello o no.

A lo largo de su desarrollo, la reflexión sobre lo bonito o la estética se convirtió en una filosofía del arte. Como tal, ella se encarga de estudiar y teorizar lo siguiente:

Por supuesto, la reflexión filosófica sobre la estética no se cierra solo al ámbito del arte. Si nos ponemos a pensar, de modo continuo producimos valoraciones de este tipo en la cotidianeidad; entonces, conocer sus bases ayudará a plantear nuestros propios juicios.

Estudio de la belleza en la filosofía

Como dijimos, la estética estudia la belleza, pero ¿qué significa este concepto? Un artículo de la Revista de Filosofía de la Universidad Complutense sostiene que la belleza está asociada con la proporción y la mesura. Es decir, algo bello es aquello que cuenta con medidas proporcionales justas.

Es importante destacar que este sentido de lo «hermoso» está presente en el ser humano y no en las cosas. Del mismo modo, es el individuo el que emite juicios de valor estéticos. Y esto quiere decir que lo bonito es una propiedad que el ser humano pone a sus experiencias inmediatas.

Contemplar lo bello genera un goce o placer estético en el espectador. Este es un sentimiento que se encuentra en la base de la conducta humana. Por eso, nos vemos atraídos por la justa belleza y nos deleitamos en ella, ya que nos produce agrado y placer.

A pesar de esto, la apreciación implica una cierta disposición física y perceptiva del sujeto; incluye los sentidos, la imaginación y el orden de las sensaciones.

Entonces, ¿la estética y la belleza se relacionan?

La respuesta a esta pregunta es que una no es sin la otra. Pero esta afirmación la hacemos en un sentido muy específico: la estética, en cuanto disciplina filosófica, necesita estudiar la belleza. De esta manera, ella es condición imprescindible para la reflexión en la disciplina.

Lo que queremos decir es que ambas se requieren: una para ser objeto de estudio y la otra para pensarla y teorizarla. De aquí que cuando juzgamos lo hermoso lo hacemos a través de un esquema conceptual filosófico. Sin embargo, hay que considerar que tal valoración pertenece a las cualidades sensibles del sujeto.

Filosofía del arte

Dijimos en apartados anteriores que la estética se conformó en su desarrollo como filosofía del arte. Teniendo esto en cuenta, ¿cuál es el propósito del arte? ¿Qué tiene para decirnos la filosofía de este tema? Una tesis de la Universidad Antonio Luis Montoya se dedicó a estudiarlo desde la perspectiva de Hegel.

El pensador sostiene que el arte es una disposición de la razón para representarse y conocerse. Tal representación surge de la capacidad humana que produce cultura en el seno de una sociedad determinada. Es decir, el arte es la expresión de la cultura en un momento determinado de la historia. Su utilidad es expresar lo que la cultura y la sociedad son a través de la obra artística.

Obra de arte por un lado, actividad creadora por el otro

Hegel, además, establece una distinción entre la obra de arte y la actividad creadora. En este sentido, la pieza de arte es un objeto o una cosa y el obrar artístico es una actividad de la razón. En esta línea podemos decir que el arte no solo es una actividad estética o creativa pura. Implica cierto grado de conocimiento y, por ello, podemos considerarla como racional, dado que involucra al pensamiento.

De esta forma, el fin del arte es representar las sensibilidades de un determinado momento histórico. Por su parte, en el espectador genera conocimiento y reflexión sobre sí mismo y sobre el mundo que lo rodea.

¿Qué puede ser considerado como arte?

Mucho se ha escrito sobre qué puede ser considerado como arte. Sin embargo, aún hoy no hay consenso. El novelista Leon Tolstoi, en su libro Qué es el arte (2012), introduce una manera interesante de resolver esta cuestión. Él sostiene que reducir el arte al placer y el gusto estético es empobrecerlo.

En su lugar, propone ver al arte como un medio de comunicación entre los seres humanos. De esta manera, el artista transmite emociones y sentimientos que tal vez para el espectador son difíciles de expresar. Así, otro puede ayudarlo a manifestar aquello que en principio no puede.

Este modo de considerar al arte hace pensar que todo lo que produzca emociones y sentimientos lo es. Por tanto, nuestra existencia está impregnada de obras artísticas que no se reducen a las bellas artes. El arte y la belleza trascienden lo cotidiano, reflexionar en ello nos conecta con emociones profundas y expande la comprensión del mundo y de nosotros.


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