¿Se puede rehabilitar una mente psicópata?

La mente psicópata es diferente a nivel estructural y funcional. Ahora bien, ¿se puede cambiar la forma de pensar y de concebir la realidad de los psicópatas? Esto es lo que dice la ciencia.
¿Se puede rehabilitar una mente psicópata?
José Padilla

Escrito y verificado por el psicólogo José Padilla.

Última actualización: 08 marzo, 2022

La psicopatía es un trastorno mental que socialmente se ha asociado con la delincuencia. Cada vez que se comete un crimen atroz se piensa que su perpetrador es un psicópata. Pero este no siempre es el caso, no todos los psicópatas son criminales, ni todos los criminales son psicópatas. La concepción de que es así no es más que el producto de las representaciones televisivas, el cine o la literatura.

Parece que el cerebro de estas personas es distinto al de la población no clínica. Las investigaciones reportan una reducción en el volumen de la materia gris prefrontal, pérdida de materia gris en la circunvolución temporal superior derecha, pérdida de volumen de la amígdala, entre otras.

La mente psicópata

Cerebro
La mente psicópata no solo sería diferente a nivel funcional, sino también a nivel estructural.

La psicopatía es un trastorno caracterizado por una marcada falta de empatía, impulsividad, comportamientos antisociales y emociones superficiales. Los psicópatas tienen gran tendencia a manipular y mentir. No sienten remordimiento ni culpa ante las trasgresiones que cometen.

Tal vez, tengas la impresión de que la psicopatía es un sinónimo del trastorno de personalidad antisocial. Pero no, no son sinónimos. Es más, se han diferenciado ligeramente. Podemos entender el trastorno de personalidad antisocial y la psicopatía dentro de un contínuum, en el que la psicopatía es una condición más grave.

Si evaluamos a un psicópata, veremos que su cuadro se parece mucho al de la personalidad antisocial; pero si estudiamos a un antisocial, observaremos que no necesariamente cumple con los criterios de un psicópata. Digamos que en este continuo, la psicopatía está por encima, en un escalafón de gravedad mayor, debido a su deterioro emocional.

Esta disfunción emocional se relaciona, de acuerdo con Blair (2013), con tres deficiencias funcionales centrales: en la asociación de estímulos con refuerzo, la representación de información de valor esperado y en la señalización de errores de predicción.

El procesamiento emocional de la mente psicópata

Hemos sostenido que la disfunción en el componente emocional es crucial en la psicopatía. Por lo tanto, es de esperar que los psicópatas muestren una variedad de deficiencias en el procesamiento emocional:

  • La mente psicópata tiene respuestas automáticas reducidas al dolor y la angustia de los demás.
  • Tienen dificultades en el reconocimiento de expresiones emocionales.
  • Son poco proclives al condicionamiento aversivo. Esto hace que sea complicado que aprendan a partir de la asociación entre respuestas y estímulos aversivos o desagradables.
  • Tienen dificultades en la toma de decisiones basada en el refuerzo.

Los psicópatas tienen problemas para aprender asociando una recompensa o un castigo a un estímulo. Por eso, tienen tantas dificultades en tareas de condicionamiento aversivo. Estos problemas también influyen en la poca capacidad que tienen para procesar la angustia, el miedo, la tristeza, el dolor y la felicidad de las demás personas (Blair, 2013).

¿Es posible rehabilitar una mente psicópata?

Si asumimos la idea de que el cerebro de los psicópatas es diferente a nivel estructural, o sea orgánico, es complicado hablar de una rehabilitación. Cambiar las estructuras cerebrales, en específico, las conexiones neuronales en las que se sustentan es complicado.

Por otro lado, la vida humana parece ser bastante más que biología. Entonces, ¿hay esperanza? ¿Se puede rehabilitar? La verdad es que las investigaciones no favorecen este optimismo. Es más, si hablamos de otros trastornos de la personalidad, nos enfrentamos a un presente similar.

En lugar de hablar de “curar”, de lo que sí podemos hablar es de tratar, sobrellevar, inocular automatismos que minimicen los daños potenciales. Dentro del abanico de técnicas e intervenciones conocidas, podemos encontrar herramientas útiles para trabajar determinadas dificultades psicopáticas, como la impulsividad, la agresividad, la manipulación, entre otras. Pero, aun así, es muy difícil hablar de una remisión total del trastorno.

Incluso las intervenciones terapéuticas con psicópatas deben tomarse con mucha precaución, pues algunos estudios han demostrado que estas pueden ser ineficaces y, en ocasiones, contraproducentes. En otras palabras, el tratamiento puede terminar siendo iatrogénico, es decir, que puede causar un daño no deseado, empeorando así la condición.

Otro obstáculo importante en la posible rehabilitación de la mente psicópata es el mismo psicópata. Este tipo de personalidades no cree que haya algo malo en ellas que requiera tratamiento. Además de que, por lo general, tienen una autoestima alta y se perciben a sí mismos como superiores. Esto hace que, en caso de someterse a rehabilitación, no se esfuerce en lograr un cambio y que tome la sesión como un medio para divertirse a costa del terapeuta.

Hombre en el psicólogo
Los psicópatas no creen que tengan algo que arreglar, por lo que las intervenciones psicológicas con ellos deben tomarse con precaución.

Trampas terapéuticas

Las trampas que pone el psicópata en su tratamiento dificultan el avance de este. Entre algunas de estas trampas encontramos (Millón et al., 2006):

  • Tomar la terapia como un juego.
  • Simular que ha desarrollado un sentido de consciencia y que es capaz de expresar culpa y remordimiento. Llevan a cabo estos cambios simulados de manera gradual. Son conscientes de que así serán más creíbles.
  • Manifiestan un deseo de enmendar los daños que han causado, ya sea directa o indirectamente.

Incluso el mismo terapeuta puede inhibir cualquier cambio. En la terapia es común la contratransferencia, que no es más que la respuesta emocional del terapeuta ante las conductas, los pensamientos y las emociones del paciente. De esta manera, el profesional puede terminar mostrándose suspicaz, enfadado o resentido con el psicópata, obstaculizando cualquier cambio positivo.

Para terminar, en la rehabilitación han de tenerse en cuenta diferentes obstáculos que puede proyectar la idea de la recuperación como una utopía. Sin embargo, aunque con las intervenciones actuales cueste conseguir avances significativos, no deja de ser un campo en el que se sigue investigando y avanzando.

 


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  •  Anderson, N. E., & Kiehl, K. A. (2014). Psychopathy: developmental perspectives and their implications for treatment. Restorative neurology and neuroscience32(1), 103-117.
  • Blair, R. J. R. (2013). Psychopathy: cognitive and neural dysfunction. Dialogues in clinical neuroscience15(2), 181.
  • López Miguel, M. J., & Núñez Gaitán, M. D. C. (2009). Psicopatía versus trastorno antisocial de la personalidad. Revista Española de Investigación Criminológica (REIC), 7, Artículo 1, 1-17.
  • Millón, T., Grossman, S., Millón, C., Meagher, S. y Ramnath, R (2006). Trastornos de personalidad en la vida moderna.

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