Semana Santa: 5 claves para disfrutar de las vacaciones
¿Has hecho alguna reserva? ¿Te vas de viaje? ¿O te acercarás al pueblo? Sí, ya ha llegado para todos y todas las muy esperadas vacaciones de Semana Santa. No obstante, muchas veces las disputas familiares o el trabajo nos acompañan allí donde vamos truncando este esperado remanso de paz.
En la era de las nuevas tecnologías no paramos de “compartir” nuestra ubicación, qué comemos y a dónde viajamos y con quién. Sin embargo, ¿Esto es verdaderamente compartir nuestras vacaciones? Para, piérdete, pon atención a tus cinco sentidos, respira y comparte; estas son las cinco claves para aunque disfrutes de estas vacaciones, recargues pilas y, por qué no, vivas una experiencia más plena.
1. Para, cambia tu ritmo diario
Aunque parezca obvio y evidente que las vacaciones sean necesarias para realizar un parón, vivimos tan inmersos en nuestras rutinas y obligaciones que nos las llevamos con nosotros de viaje. Apaga el móvil, utiliza el modo avión y si no puedes por el tipo de trabajo que realizas, hazlo al menos durante un par de horas.
Cuando estamos sometidos a un estrés constante nuestra mente y cuerpo se resienten. Ante una reacción de alerta, nuestro organismo libera una sustancia llamada cortisol que, en resumidas cuentas, si se cronifica su liberación por un estrés prolongado puede generar enfermedades cardíacas como hipertensión arterial, etc.
2. Piérdete, sin tener la imperiosa necesidad de mantener la concentración
Una vez echado el freno, pon la mente en el modo “exploración”, “descubrimiento”, “descanso”. A veces, los más bellos rincones están más cerca de lo que crees. A veces no hace falta ni salir de casa para descubrirlos, simplemente puedes hallarlos en ti mismo.
Abre las ventanas de tu alma al mundo a través de una buena canción, pon un tutorial de yoga o de cocina. Aprende, crece. El cerebro, al igual que cualquier otra parte de nuestro cuerpo tiene memoria, y con el tiempo te devolverá aquello que le has dado. Quiérete, esta es tu asignatura pendiente y ahora puedes recuperarla. Piensa que sentirnos realizados aumenta la autoestima y la confianza en nosotros mismos, lo que traerá más cosas buenas a tu vida formando un ciclo que se retroalimenta a base de positivismo.
Sin embargo, si por el contrario quieres y puedes irte, no pierdas la oportunidad de hacerlo. Puede ser tan sencillo como perderte por tu propia ciudad, volviendo a ese rincón que tanto te gustaba ir con tus amigos de siempre como organizando un viaje. A poder ser, evita aglomeraciones o introducirte en los mismos ambientes que te envuelven en los días cargados de obligaciones.
3. Pon atención a tus 5 sentidos
Ahora que estás en un entorno en el que te sientes seguro y relajado, empieza a mostrar atención a tus sentidos. Cierra los ojos. Ahora intenta percibir todos y cada uno de los sonidos que te rodean, ¿cuántos puedes percibir? ¿Qué producen en ti? Pasa a oler tu entorno, ¿es agradable? ¿No te gusta en absoluto? ¿Te trae algún recuerdo? Si es así, para un segundo y describe cuál era.
Alarga tus brazos y acaricia suavemente aquello que tienes más cerca o tu ropa, percibe todas las texturas. ¿Sientes frío o calor? Si ya no queda un centímetro que explorar, entonces, abre los ojos. Abre los ojos al mundo integrando todas esas sensaciones que has percibido hace un momento. No te llevará más de media hora y vivirás la experiencia como nunca antes.
4. Respira profundamente
Observando cada detalle de tu entorno ahora, respira. También puedes cerrar de nuevo los ojos si así lo deseas. El ejercicio de respiración en sí consiste en:
- Tomar aire lentamente y profundamente por la nariz mientras contamos hasta tres, intentando llenar todos los pulmones y observando como el abdomen sale hacia fuera.
- Realizamos una pequeña pausa de pocos segundos.
- Soltamos el aire por la boca mientras contamos hasta tres lentamente y notaremos como el abdomen se mete hacia dentro.
5. Comparte conversaciones, no publicaciones
Para una experiencia aún más plena y gratificante, no hay nada mejor que compartir este equilibrio que has alcanzado con aquellos que quieres. Ya sea un amigo, tu madre, la vecina de enfrente o con tu mascota. Comparte, pero comparte físicamente. Deja a un lado las redes sociales por un momento, los “selfies“. Disfruta de las risas, los silencios y las largas conversaciones hasta la madrugada. El tiempo es el regalo más valioso, pues nunca vuelve. Las redes pueden esperar, la vida no.
De una manera o de otra disfruta de tus vacaciones. Recuerda que es un tiempo para dejar a un lado las obligaciones y darte esos caprichos temporales que por lo apretado del horario que manejas en tu cotidianidad no puedes.