Sentimiento de pertenencia: la necesidad de unión y aceptación

El sentimiento de pertenencia, saber que formamos parte de algo o alguien también favorece nuestra salud psicológica. Porque todos necesitamos esas raíces que nos devuelven a un lugar especial, a una persona o a una familia.
Sentimiento de pertenencia: la necesidad de unión y aceptación
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 10 abril, 2021

El sentimiento de pertenencia nos confiere raíces y un sustrato psicoemocional indiscutible. Todos necesitamos sentirnos parte de grupos o entornos más grandes, relevantes en la vida de otras personas e incluso significativos para un lugar concreto. Ese conjunto de experiencias nos da seguridad y más allá de lo que podamos creer, buena parte de nuestro bienestar psicológico procede también de esta dimensión.

«Pertenencia» es una palabra en apariencia sencilla. Sin embargo, en este concepto se integran un buen número de procesos, emociones, cogniciones y expectativas que pueden beneficiarnos o bien ser causa de sufrimiento. Así, aquella persona que no perciba en su vida este sentimiento es muy probable que avance en su día a día con la sombra del vacío y el dolor de la soledad.

Si bien es cierto que no es común hablar en psicología de dicha realidad, estamos sin duda ante un tema en el que merece la pena detenernos. Profundizamos en él.

Hombre tocando una guitarra en una comida de amigos disfrutando del Sentimiento de pertenencia

Sentimiento de pertenencia: ¿en qué consiste?

Podemos definir el sentimiento de pertenencia como una experiencia subjetiva que se relaciona con la necesidad de conexión hacia un grupo social, persona o lugar determinado. Son un conjunto de estados mentales y emocionales que surgen al compartir con alguien unas mismas experiencias, valores, metas, anhelos… Asimismo, esta dimensión es como esa luz interna que nos alumbra en casi cualquier circunstancia.

Un ejemplo, uno puede vivir en un país extranjero por causas laborales. Sin embargo, sus pensamientos y recuerdos se centran en esa familia o en esas personas que están en su ciudad de origen y que conforman en cierto modo su refugio emocional. Esa sensación define la base de la pertenencia: ahí donde reside nuestro arraigo y hogar sentimental. Dicho concepto, además, ha sido estudiado durante décadas por la psicología dada su implicación en nuestro equilibrio psicológico.

Un ejemplo, Carl Rogers, psicólogo humanista y promotor de la terapia centrada en la persona, enfatizó la importancia de esta dimensión. El sentido de pertenencia, como bien definió Abraham Maslow en su momento, es una necesidad humana, al igual que la necesidad de comida y refugio. Forma parte por tanto de la base de ese primer sustrato psicológico que, en caso de faltar, ocasiona sufrimiento.

Sentido de pertenencia como componente de la identidad y la autoestima

Pocas cosas nos confieren tanto bienestar como sentir que formamos parte de algo o de alguien. En este punto, es posible que más de uno diga aquello que no se siente identificado con su familia. Más aún, que no experimenta arraigo a un lugar o país concreto. Bien, lo cierto es que el sentimiento de pertenencia va más allá de estas ideas.

  • Este sentimiento se afianza también con los lazos de amistad.
  • Nuestras pasiones, trabajo, aficiones, gustos o ese lugar al que vamos porque nos hace sentir bien conforman a su vez el sentimiento de pertenencia.
  • Para algunos, la religión o su filosofía de vida edifican también las bases de dicha experiencia.

Es importante que cada uno definamos cuál es nuestro sentido de pertenencia actual. Ese arraigo emocional edifica también lo que somos y la visión que tenemos de nuestra propia persona. Son figuras, referentes y entidades que nos validan, que nos hacen sentir bien y nos dan seguridad. Todo ello traza el tejido de nuestra identidad y fortalece la autoestima.

La falta de apego/pertenencia se relaciona con efectos nocivos para la salud física y psicológica

El psicólogo social Roy Baumeister de la Universidad de Duke realizó un trabajo de investigación sobre el sentimiento de pertenencia en los años 90. Algo que quedó en evidencia era cómo esa falta de arraigo y apego puede derivar en muchos en casos en problemas psicológicos y también de salud.

Esto es especialmente llamativo en la niñez y la adolescencia. La falta de referentes sólidos capaces de conferir afecto y seguridad en las épocas tempranas tiene un gran impacto en el cerebro infantil. Es más, experiencias como el bullying suponen una dura ruptura a ese necesitado sentimiento de pertenencia que tiene un niño con sus iguales.

Ese dolor social experimentado se procesa a nivel neuronal del mismo modo que el dolor físico (Eisenberger, Lieberman y Williams, 2003)

Niños riéndose de su compañera de clase dañando el Sentimiento de pertenencia

¿Cómo lograr un sentimiento de pertenencia si ahora mismo no lo tengo o no lo siento?

Todos disfrutamos de esa sensación: la de pertenecer a algún sitio, la de formar parte de la vida de alguien. Saber que hay personas que nos quieren y con quienes podemos compartir vivencias, pensamientos, valores y metas nos da seguridad… También es beneficioso sentir que hay algo que enciende nuestra motivación y que nos da sentido al mismo tiempo.

Carecer de todas dimensiones es como caminar por el mundo medio desnudos. Sin nada que nos recuerde dónde podemos volver para sentirnos bien, sin esas personas que arropan desde la distancia apagando miedos y dándonos sentido. Necesitamos por tanto desarrollar y atender el sentido de pertenencia. Descubramos modos de lograrlo.

Formas en que construir tu propio sentido de pertenencia

Construir esta percepción de pertenencia hacia algo o alguien requiere de nosotros un esfuerzo activo. Nada nos viene solo. Puede que nuestras raíces familiares no sean las mejores. Es posible también que nuestras relaciones de pareja no hayan sido especialmente felices. ¿Dónde está entonces nuestro sentido de pertenencia?

  • Enfócate en las personas, construye vínculos nuevos, amistades que saquen lo mejor de ti. Busca a aquellas figuras con las que compartas valores y aficiones comunes. Es un buen modo de empezar.
  • Clarifica tus significados vitales. ¿Qué te define, qué te motiva, qué te ilusiona y te da trascendencia? Piensa en ello, busca esa estela en tu día a día y desentraña aquello que para ti es importante. Ese será tu hogar emocional.

El psicoterapeuta Carl Rogers explicaba que a menudo para definir nuestro sentido de pertenencia estamos obligados a aceptar muchas cosas de nuestro pasado y pasar página. Solo cuando sanamos lo que duele nos abrazamos a lo que nos llega. Es entonces cuando podemos consolidar nuevas relaciones y con ellas, esas raíces que nos permiten crecer.


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  • Baumeister, R. F., & Leary, M. R. (1995). The need to belong: Desire for interpersonal attachments as a fundamental human motivation. Psychological Bulletin, 117(3), 497-529. http://dx.doi.org/10.1037/0033-2909.117.3.497
  • Eisenberger, N. I., Lieberman, M. D., & Williams, K. D. (2003). Does rejection hurt? An fMRI study of social exclusion. Science, 302(5643), 290-292.
  • Rogers, C. R. (1951). Client-centered therapy. Oxford, England: Houghton Mifflin.

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