Simone Biles y otras gimnastas declaran sobre sus abusos sexuales

Larry Nassar ya está en la cárcel, pero todavía quedan responsabilidades por depurar. "El sistema hizo la vista gorda sobre todo lo que nos estaba pasando", señalan Simone Biles y el resto de gimnastas.
Simone Biles y otras gimnastas declaran sobre sus abusos sexuales
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 13 octubre, 2021

“Culpo al sistema de haber hecho la vista gorda ante el abuso de Larry Nassar”. Simone Biles y otras gimnastas declararon hace unos días ante el Comité Judicial del Senado en Estados Unidos. Esta fue la frase más repetida por las jóvenes que, una vez más, dieron su sincero testimonio sobre su dura experiencia con el médico oficial del equipo de gimnasia.

Fueron más de 20 años de abusos continuados. Hasta el momento son 265 las víctimas identificadas que se atrevieron a realizar la denuncia, sin embargo, se estima que pueden existir muchas más chicas. Tanto es así que Lassar es considerado el mayor depredador sexual en la historia del deporte en Estados Unidos.

Las manipulaba psicológicamente y se valía de su reputación para hacerles creer que iban a convertirse en grandes estrellas. Se dice que en las paredes de su consulta, colocaba las fotos de esas niñas que habían alcanzado la cumbre en la gimnasia —víctimas también— para impresionar a las nuevas chicas de las que pretendía abusar…

Con Larry Nassar condenado ya a cadena perpetua en la prisión federal de Arizona, el sistema judicial y sus víctimas buscan más responsabilidades…

“¿De qué sirve denunciar los abusos si nuestros propios agentes del FBI se van a encargar de enterrar ese informe en un cajón?”.

-McKayla Maroney-

Simone Biles y otras gimnastas declarando sobre sus abusos sexuales

Simone Biles y otras gimnastas declaran sobre sus abusos: aún faltan más culpables

Quien pensara que el caso de los abusos a las gimnastas del equipo nacional de Estados Unidos había finalizado, se equivoca. Hay muchas heridas abiertas y traumas psicológicos que tendrán que gestionar posiblemente durante todas sus vidas. No obstante, algo que necesitan todas las víctimas de este tipo experiencias es la sensación de que se ha hecho justicia. Algo que no ha sucedido con cientos de estas jóvenes.

El pasado 15 de septiembre, Simone Biles y otras gimnastas (McKayla Maroney, Aly Raisman y Maggie Nichol) declararon ante el comité judicial del Senado de Estados Unidos. Esa audiencia desveló información que se venía denunciando desde hace varios años: tanto el FBI, como el USA Gymnastics y el Comité Olímpico y Paralímpico conocían los abusos y no hicieron nada.

Los monstruos no están solo en los armarios o debajo de las camas

Los auténticos monstruos, los verdaderos depredadores, no viven en la oscuridad de los armarios infantiles. En buena parte de los casos, habitan en el entorno más cercano de los niños. Son familiares, cuidadores, maestros y también médicos. Larry Nassar fue el sujeto que, durante veinte años, estuvo abusando de centenares de niñas del equipo de gimnasia estadounidense.

Sin embargo, cabe señalar que hay otra tipología de monstruos: aquellos que miran para otro lado cuando conocen actos de esta naturaleza. El que hace como que no ve, además del que se niega a creer el testimonio de las víctimas cuando hay muchas pruebas que lo corroboran. Esto es lo que sucedió con muchas de estas niñas que, con 12, 14 o 15 años, denunciaron ante el FBI lo que estaban viviendo.

Mckayla Maroney, quien fue medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres del 2012, aportó un testimonio especialmente duro. En una de esas llamadas al FBI, les explicó cómo Nassar le daba pastillas para adormilarla y poder abusar de ella durante horas. Les relató también cómo muchos de sus tratamientos consistían en introducirle sus dedos en su vagina. Ante estas explicaciones, el FBI se limitaba a preguntarle si eso era todo y si esas técnicas la ayudaban.

“Estuvimos cuestionándonos a nosotras mismas durante mucho tiempo porque nadie nos validaba o nos creía por completo. Que mi abuso fuese minimizado y descartado por la gente que se suponía que me tenía que proteger logró que el trauma durara más tiempo”.

-Mckayla Maroney-

Simone Biles y otras gimnastas piden justicia

Simone Biles y otras gimnastas declararon a los senadores que el caso Nassar aún no está cerrado. Las personas que debieron protegerlas no lo hicieron. Cuando alguna de las niñas denunciaba una agresión el FBI tardaba unos 14 meses en entrevistarlas. Después, minimizaban lo sucedido y se olvidaban el caso.

El director actual de la agencia federal de investigación e enteligencia, Christopher Wray, pidió perdón en el Senado. Lo hizo asumiendo que la conducta de su institución fue reprobable y que lamentan lo sucedido. Afirman también en que el funcionario supervisor involucrado en aquel caso ya fue despedido hace tiempo.

Simon Biles insistió en la importancia de que estas situaciones no vuelvan a repetirse. Según ella, ningún deportista olímpico y ninguna persona debe sufrir lo que pasó en propia piel, al igual que cientos de jóvenes, menores de edad en muchos casos.“Si permites que un depredador dañe a los niños, las consecuencias serán rápidas e irreparables”.

Simone Biles y otras gimnastas declarando

El peso del trauma en los atletas

La Universidad de Linköping en Suecia realizó un estudio en el 2014 en el que se ponía en evidencia que el abuso es más común de lo que pensamos entre los atletas de élite. Las consecuencias de estas experiencias son altamente lesivas, apareciendo en muchos casos la ideación suicida.

Simone Biles y otras gimnastas (se estima que más de 300) son ejemplo de ello. Biles fue la única de las que han testificado que ha logrado competir en los últimos Juegos Olímpicos y todos conocemos lo sucedido. Gracias a ella, se puso sobre la mesa la importancia de la salud mental entre los deportistas.

De este modo, si a los propios problemas de ansiedad y trastornos depresivos asociados al mundo de la competición, le añadimos el tema del trauma a causa de los abusos sexuales, la realidad es aún más dura. Asimismo, en el caso de Simone Biles y otras gimnastas se incluye otra realidad. La falta de empatía, el desamparo durante tantos años y la sensación de que sus infiernos particulares no eran importantes para nadie.

Esperemos que este tipo de realidades no vuelvan a sucederse. Ojalá que todo monstruo (esos que viven entre nosotros) sean rápidamente identificados y castigados.


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  • Timpka t, Janson s, Jacobsson J, et Allifetime sexual and physical abuse among elite athletic athletes: a cross-sectional study of prevalence and correlates with athletics injurybritish journal of sports medicine 2014;48:667.

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