Sobrevivir en un ambiente laboral tóxico

¿En tu trabajo priman las habladurías y los enfrentamientos entre compañeros? ¿Sientes que tus jefes no valoran tu capacidad de trabajo? ¿Qué posibilidades reales tienes de mejorar en la empresa para la que trabajas? Estas son algunas preguntas clave para saber si estás trabajando en un ambiente laboral tóxico que aquí te ayudamos a responder.
Sobrevivir en un ambiente laboral tóxico
Andrés Navarro Romance

Revisado y aprobado por el psicólogo Andrés Navarro Romance.

Escrito por Sonia Budner

Última actualización: 11 julio, 2022

Independientemente de si el trabajo que realizamos nos agrada en mayor o menor medida, el ambiente en el que lo desarrollamos influye en nuestros resultados, en nuestro día a día y, en definitiva, en nuestra calidad de vida. Sobre todo, si nos encontramos inmersos en un ambiente laboral tóxico, ese en el que el malestar aparece como un compañero más de trabajo y en el que el drama, las peleas y los problemas personales entre compañeros son parte de la rutina.

De hecho, a veces ocurre que nos sentimos mal con nosotros mismos en muchos aspectos de nuestra vida y no somos conscientes de que el foco del problema se encuentra en un mal entorno laboral. Nos hemos acostumbrado tanto a esa dinámica que más que una excepción, casi ni nos percatamos de ella y de sus consecuencias derivadas. Profundicemos.

Analizando el ambiente laboral

Hacerse ciertas preguntas sobre el trabajo, así como sobre el ambiente en el que se realiza, es de enorme importancia para tomar cierta perspectiva de la situación laboral en la que nos encontramos y las posibilidades con las que cuenta en el futuro dentro de la empresa en la que se trabaja.

Generalmente, los problemas que se crean entre compañeros son consecuencia directa de un mal liderazgo por parte de quien tiene un equipo de trabajo a su cargo. Así, una manera incorrecta de dirigir a un conjunto de personas, sin una sinergia ni una comprensión mutua, puede llevar a la toxicidad ambiental.

Un liderazgo tóxico se rige normalmente por menosprecios o falta de consideración por el trabajo de los miembros del equipo.

Compañeros de trabajo discutiendo

El favoritismo, la falta de respeto por la vida personal de cada uno, la ausencia de límites claros, el consentimiento de actitudes chismosas y poco profesionales entre empleados, etc. son actitudes que no deberían ir de la mano con un auténtico líder democrático. De esta forma, si percibimos que nuestro jefe puede ser de este tipo, existe una alta probabilidad de que nos encontremos sumergidos en un ambiente laboral tóxico.

La falta de oportunidades como génesis de la toxicidad

Valorar las oportunidades que el trabajo actual ofrece para el futuro, en forma de posibilidades de promoción o movilidad vertical, es otro componente importante en el propósito de examinar la calidad del ambiente laboral.

El exceso de trabajo con una remuneración por debajo a la correspondiente a la labor que se desarrolla, así como la ausencia de opciones para mejorar laboralmente, suelen ser foco de un ambiente laboral tóxico.

Entornos en los que los líderes son incapaces de ofrecer un feedback constructivo sobre el desempeño de la labor de sus empleados o en los que planea la duda constante sobre la toma de decisiones correctas por parte del trabajador, pueden ser ambientes de trabajo donde el futuro del trabajador esté relativamente vetado.

Hay empresas, especialmente en el momento laboral actual, que tienden a esforzarse por hacer sentir afortunados a sus trabajadores con el trabajo que se les ofrece, a cambio de tener que desarrollarlo en un ambiente laboral tóxico. Claramente, casi todos necesitamos trabajar, pero aceptar este tipo de términos puede resultar una trampa que afecte negativamente a largo plazo a muchos aspectos vitales.

El equilibrio entre trabajo y vida personal

No hay duda de que nuestro trabajo suele ocupar un lugar importante en nuestras vidas, pero si nos vemos restando tiempo a nuestra vida personal para verterlo en el trabajo, podríamos estar empezando a atravesar la línea que delimita la toxicidad de la normalidad laboral.

Un buen baremo para medir la posible presencia y alcance de esta situación es reflexionar sobre si nuestro tema de conversación durante el tiempo libre gira constantemente en torno a nuestro trabajo, tanto si se trata de argumentos positivos como negativos.

Si nos vemos incapaces de parar este diálogo continuo sobre nuestro trabajo, se hace necesario tratar de dilucidar si nuestro trabajo ha invadido nuestro espacio personal de una manera excesiva.

Otro medidor de la calidad de nuestro entorno de trabajo es nuestra salud. Si a menudo nos encontramos enfermos o nos sentimos mal sin saber la causa real, puede que experimentemos estrés emocional fruto del ambiente laboral tóxico en el que nos encontramos inmersos.

Prepararse para la huida

Cuando se ha dado el caso y uno ha reconocido que el entorno laboral en el que desarrolla su trabajo es un ambiente tóxico, una de las primeras ideas que se suelen plantear es abandonar el trabajo. Lamentablemente, el mercado laboral no está en su mejor momento y este cambio podría resultar dificultoso; pero eso no significa que estemos obligados a conformarnos.

Un cambio en las rutinas y, sobre todo, en las expectativas propias, puede ayudar a mejorar nuestra perspectiva de futuro. A pesar de que a uno le pueda costar huir -literalmente- de su trabajo tóxico, siempre hay opciones que explorar.

Volver a estudiar, apuntarse a cursos de formación o incluso preparar unas oposiciones son ideas que pueden considerarse y que pueden ampliar nuestro horizonte laboral; en más de una ocasión, pueden terminar dando sus frutos.

Incluso formarse en algo que no esté relacionado con nuestro trabajo actual es una manera de despejar la mente, y de salir del pequeño círculo que termina convirtiéndose un ambiente laboral tóxico.

Conflicto laboral

Cómo sobrevivir a un ambiente laboral tóxico

Uno de los aspectos que deberíamos tratar de discernir cuando estamos inmersos en un ambiente laboral de este tipo es en qué medida formamos parte de él. Y esto es porque la mentalidad tóxica de una empresa se suele transmitir rápidamente a los empleados y es conveniente preguntarnos si formamos parte de esa tendencia problemática.

Además de ello, te aconsejamos tener en cuenta lo siguientes aspectos al momento de afrontar un ambiente laboral tóxico.

1. Establece límites sanos y realiza actividades desintoxicantes

Trata de blindarte contra el chismorreo. Es decir, huye siempre que puedas de conversaciones tóxicas entre compañeros y trata de no participar en ellas. En especial si se dan situaciones de ofensa personal.

No suele servir de mucho quejarse a los compañeros sobre otras personas o situaciones; esto no suele solucionar el problema y, de hecho, puede llegar a agravarlo.

Asimismo, trata de rodearte y compartir con compañeros de trabajo positivos. Y, si tienes un jefe o compañeros de equipo con un comportamiento tóxico, ponle límites, di “no” y manifiéstale a tu jefe o al departamento de Recursos Humanos lo que está ocurriendo.

También es importante que sepas administrar tu tiempo y no lleves el trabajo a casa. Además, procura mantener rutinas dentro y fuera del trabajo que te permitan desintoxicarte. Como por ejemplo, hacer pausas breves para caminar, hacer ejercicio, meditar, estar en contacto con la naturaleza, dormir bien, o cualquier actividad que te permita descargar el estrés, conectarte con lo que disfrutas y recargar tu energía.

2. Identifica lo que puedes cambiar y lo que no

Una de las cosas que en definitiva puedes cambiar es tu actitud a lo que sucede en tu lugar de trabajo. Un ejemplo de ello puede ser elegir cómo actuar frente a lo que sucede, en vez de reaccionar en piloto automático; o tratar de ver a las personas y a las situaciones de una forma más compasiva y decidir hasta que punto te involucras.

Sin embargo, también es pertinente reconocer que hay cosas que no están bajo nuestro control y que no podemos cambiar. Como por ejemplo, la forma de actuar de los demás ante las diferentes situaciones.

En otras palabras, no podemos cambiar la actitud de los demás, pero sí la nuestra. Aceptar esta realidad nos liberará de aquellas problemáticas que no podemos solventar nosotros solos. Esto sin duda nos aliviará la carga de la toxicidad laboral. 

3. Sé fiel a tus principios

Muchas veces nos encontramos inmersos en ambientes laborales cuyos principios y valores no son compatibles con los nuestros, lo cual nos puede generar mucho malestar.

Si este es tu caso, quizá deberías empezar a planear tu salida y diseñes un plan de acción para encontrar otro trabajo, o emprender un proyecto, en donde puedas ser fiel a ti mismo. Recuerda que la vida pasa muy rápido y no vale la pena perderla en lugares donde nos somos felices.

4. Toma una decisión y actúa conforme a ella

Ante un ambiente laboral tóxico, tenemos básicamente dos opciones: quedarnos y trata de solventar la problemática o irnos en busca de otras oportunidades laborales. Sin embargo, muchas veces no tomamos ni una ni otra, y sencillamente nos quedamos en el rol de victima, quejándonos de lo desagradable que es nuestro ambiente laboral.

En otras palabras, eres libre de decidir si permaneces o no en tu trabajo actual. Lo importante es que, si eliges quedarte en el ambiente de trabajo tóxico, seas honesto contigo mismo, recuerdes por qué elegiste permanecer ahí y tengas presente un plan de acción para solventar las problemáticas. 

En cambio, si decides irte, procura buscar otras opciones antes de abandonar tu trabajo actual. En este caso, es importante que amplíes tu perspectiva y busques formas de crecimiento. Aunque se trata de una tarea difícil, no es imposible. Siempre podemos encontrar mejores oportunidades laborales. 

5. Procura mantener una actitud positiva

Las personas resilientes suelen ver los desafíos de la vida como oportunidades para crecer. Por tanto, si estás en un ambiente laboral tóxico, pregúntate qué puedes aprender de la situación, qué estrategias puedes proponer para mejorarlo y cómo lo puedes utilizar para tu desarrollo personal y profesional.

Asimismo, es pertinente cultivar una actitud compasiva, donde en vez de hacer suposiciones, tomarte a personal el comportamiento de otros y juzgarlos; fomentes conversaciones constructivas, escuches activamente y te pongas en los zapatos de los demás.

Esto te ayudará a ver a tu equipo de trabajo desde otra mirada: asumiéndolos como seres humanos igual que tú, con sus conflictos y deseos de ser feliz.

Siguiendo estos consejos, será más fácil sonreír mentalmente y sentir mayor bienestar mientras buscamos opciones para poner fin a esta situación. Sin olvidar que con esfuerzo, lucha y persistencia conseguiremos escapar de esa toxicidad que tanto nos afecta.


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