Suelta la idea de "soltar"
Borra de tu mente la idea de hacer marchar todo lo que atormenta, pues cuando no lo consigues ella te angustia más. No te sientas culpable y no pienses que eres poco hábil con tus emociones, date cuenta de que estás peleando contra ti.
Si consigues ganar la batalla serás tú quien gane, pero también quien pierda y eso es algo que no te puedes permitir. Es decir, que si consigues atrapar con violencia aquello de lo que quieres deshacerte, algo dentro de ti se dañará.
Permite que tus emociones te enseñen lo que deben y no intentes encarcelarlas. Si te aceptas, ganes o pierdas saldrás ganando.
“Suelta la idea de ‘soltar’. (Y suelta el hecho de no ser capaz de ‘soltar’.)
Simplemente deja que el momento se dé como se está dando. O no.
¿Y qué es lo que queda por ‘soltar’?”
-Jeff Foster-
No te tortures, cada sentimiento tiene su momento
No te tortures pensando que tienes que soltar a toda costa; por ejemplo, muchas veces no podemos dejar de apreciar una parte de aquellas personas que diríamos que son tóxicas.
A veces tenemos motivos para querer que algo que nos ha hecho daño en algún momento permanezca; otras, simplemente no podemos encontrar razones de peso para dejar marchar. También puede ocurrirnos que no lo consigamos, a pesar de haber tenido todo a nuestro favor.
Sea cual sea tu situación, recuerda que para sentir cada uno tiene su tiempo. No te temas a ti mismo, no soltar NUNCA será un signo de debilidad, sino una forma de aprender de tomarse el tiempo necesario para no dramatizar una salida.
Solo quien se pierde puede encontrarse
Es natural que queramos que lo que nos hace daño se marche de nuestra vida, pero nos equivocamos al no querer escuchar lo que cada vivencia nos va a aportar. Si la escucha y la aceptación no van por delante, “soltar o dejar marchar” solo va a ser un propósito.
A veces no somos capaces de “soltar” aquello que nos hace daño. Esto nos angustia aún más y, como consecuencia, echamos por tierra todo trabajo emocional que intentamos llevar a cabo, pues acabamos pensando que nunca seremos capaces de vivir en plenitud.
Soltar de golpe significa arrancar, los tirones siempre hacen daño. Tenemos que tomarnos nuestro tiempo para aguantar la respiración y encontrar una burbuja de aire que no esté contaminada.
“El amor conlleva sufrimiento porque lo puedes perder, pero negarse al amor para evitar el sufrimiento no lo soluciona, ya que se sufre por no tenerlo. Entonces, si la felicidad es el amor, y el amor es sufrimiento, entonces, digo, la felicidad es también sufrimiento.”
Sonia, en Amor y Muerte, de Woody Allen.
Abrazar a nuestros ángeles y a nuestros demonios
A soltar aprendes dejando morir todo aquello que creías saber con el fin de reconciliarte con tu imagen en el espejo. Dándote cuenta de que cada emoción y cada sentimiento son pequeñas criaturas adorables que tienes que tratar con respeto y cuidado.
No te abrumes ni te ignores, mantén tu propio ritmo y valora, sin distraerte, los pros y los contras de cada situación. Ofrécele a tus sentimientos un lugar dentro de ti en el que puedan respirar y sentirse seguros.
Expresa, cuenta hasta tres y siente. Tus emociones no son un castigo ni algo a lo que debas renunciar. Si intentas encarcelarlas te angustiará su sola presencia, te sentirás ansioso y desbordado.
Piensa que todo lo que hay a tu alrededor te lo debes a ti mismo y a los filtros por los que haces pasar tu realidad. Destapa tus emociones y no intentes aquietarlas, generalmente cuando tu actitud es de escucha ellas logran tranquilizarse y comunicarse contigo.
Los sentimientos no son algo con lo que podamos jugar al escondite. Escucha en tu mente el eco de tu corazón, palpita con la vida y no le pongas límites a tus emociones. Acepta y fluye, el momento que te toca vivir es el que está aconteciendo.
Imágenes cortesía de Benjamin Lacombe y Nicoleta Ceccoli