4 interesantes teorías sobre orientación vocacional
La orientación vocacional es un proceso que pretende guiar y acompañar a las personas en la elección de carrera y en su posterior desarrollo profesional. Así, en este artículo hablaremos de las teorías sobre orientación vocacional, enfoques diversos que hacen énfasis en diferentes aspectos, pero que nos ayudan a comprender ese proceso.
La orientación vocacional debería aplicarse en todos los centros educativos. Y es que es este periodo el que prepara a los jóvenes para su futuro laboral y en el que toman las primeras decisiones al respecto (por ejemplo, con la elección de asignaturas optativas). Sin embargo, también tendría que tener presencia en las empresas y organizaciones, a fin de lograr un buen ajuste entre el profesional y el puesto y ayudar al primero a desarrollarse.
Ahora bien, ¿alguna vez te has preguntado en qué debe una persona basarse para tomar una buena decisión y alcanzar la realización profesional? Hablamos de las respuestas que proporcionan algunas de las principales teorías al respecto.
Las principales teorías sobre orientación vocacional
No todos los enfoques abordan la orientación desde la misma perspectiva. Y es que los enfoques no psicológicos consideran que la elección vocacional se basa en factores externos a la persona; ya sea el azar, las condiciones del mercado laboral o la influencia de la familia, la clase social y la cultura.
Sin embargo, los enfoques psicológicos de los que hoy hablamos hacen énfasis en los elementos internos, en las características de cada cual, a la hora de orientar y favorecer esa toma de decisión vocacional. Entre los principales y más reconocidos se encuentran los siguientes:
Enfoque de rasgos y factores
Su principal representante es Edmund Griffith Williamson, y desde esta perspectiva se considera que:
- Cada persona posee una serie de rasgos internos, los cuales se pueden medir.
- Cada ocupación o cada puesto laboral tiene unos requerimientos, que se pueden identificar.
- El objetivo será, entonces, compaginar los rasgos individuales con los requisitos del puesto.
De este modo, haciendo posible esta coincidencia y logrando un buen ajuste entre ambos, acercamos a la persona a la realización y la satisfacción laboral. Este tipo de modelos y teorías presentan ciertas limitaciones; sin embargo, fueron pioneros en el área y parte de sus ideas aún siguen vigentes.
Modelo psicodinámico
En este caso también se considera que el objetivo a lograr es el ajuste entre persona y ocupación; sin embargo, se pone el foco en la estructura dinámica de la persona. Esto es, sus necesidades, sus mecanismos de defensa, sus experiencias familiares tempranas y todo lo que desde una perspectiva psicoanalítica conforma el funcionamiento interno.
Entre sus máximos exponentes está la teoría de Anne Roe. No obstante, pecan de ser quizá demasiado teóricos y difíciles de aterrizar y aplicar. Y es que, el orientador que desee tomarlos como base deberá realizar un trabajo profundo para identificar la estructura psicológica de la persona y sus necesidades, comparándolas con diferentes posiciones laborales.
Enfoques evolutivos
Un tercer grupo de teorías se sitúa dentro de los denominados enfoques evolutivos. Desde su prisma, la elección vocacional no es un acto puntual, sino un conjunto de decisiones que la persona va tomando a lo largo de las etapas vitales.
Destaca especialmente la teoría de Eli Ginzberg, quien plantea varias fases en el desarrollo vocacional:
- Periodo fantástico (hasta los 11 años). Se caracteriza por el deseo de ser adulto.
- Periodo de tentativas (entre los 11 y los 16 años). La persona comienza a identificar sus intereses, habilidades y valores, y empieza a entender su relevancia para el mundo laboral.
- Periodo realista (alcanza hasta la primera juventud). Se toma una decisión y se inicia un plan de carrera. Se van teniendo las primeras experiencias que ayudan a madurar la elección, ajustarla y finalmente asentarse en ella.
Más tarde surge la propuesta de Donald Super, el cual plantea que la elección vocacional se hace según el concepto que cada uno tiene de sí mismo. Y es que la persona elige la carrera u ocupación que cree que le permitirá mejor la autoexpresión. Así, la elección de carrera se haría en base a este concepto, y resultaría sencilla y congruente si este es objetivo y está bien definido.
Además, el autoconcepto personal y el profesional se van estructurando mutuamente. Así, a medida que la persona adquiere experiencia y se desempeña laboralmente, va delimitando e identificándose con tareas y actividades congruentes con ese concepto de sí mismo
Enfoques globales integrales
Estas teorías adoptan una visión holística al integrar claves psicológicas, sociológicas y económicas. Es especialmente relevante y conocido el modelo de John L. Holland, quien propone una clasificación con seis tipos de personalidad:
- Realista.
- Investigadora.
- Artista.
- Social.
- Emprendedora.
- Profesional.
Además, todas las profesiones pueden ser clasificadas en seis entornos o ambientes (correspondientes a las anteriores personalidades). Así, la orientación vocacional debería conducir a las personas a insertarse en los ambientes más ajustados a su personalidad, en los que no solo se desempeñarán mejor, sino que les serán de mayor agrado.
Las teorías sobre orientación vocacional aportan a la práctica
Todas estas teorías sobre orientación vocacional aportan datos y elementos importantes en los que hemos de fijarnos a la hora de realizar una elección o acompañar a otra persona a decidir.
Por un lado, ponen de manifiesto la influencia del ambiente económico y cultural, dirigiendo y limitando las opciones individuales. Por otro lado, enfatizan la necesidad de ajustar personalidad y ocupación a fin de lograr una realización plena. Y, por último, hacen hincapié en el factor evolutivo, que nos habla de cómo la elección vocacional progresa, se ajusta o se modifica a lo largo del ciclo vital.
Con todo esto en mente, tenemos un camino trazado para orientar y escoger las opciones laborales que permitan la autoexpresión, la satisfacción de las necesidades y el mejor desarrollo personal.
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- Rivas Martínez, F. (1976). Teorías vocacionales y su aportación a la orientación. Revista española de Pedagogía, 75-106.
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