Un metaanálisis científico pone en duda al mindfulness

El mindfulness es básicamente una técnica de relajación, creada para disminuir el estrés. Sin embargo, muchos lo promocionan como una panacea espiritual. Un metaanálisis científico revela que tiene serias limitaciones.
Un metaanálisis científico pone en duda al mindfulness
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 13 marzo, 2021

El mindfulness ha tenido una gran difusión en Occidente durante los últimos años. Sin embargo, un metaanálisis científico ha puesto en duda las bondades que muchos le adjudican. El tema llama la atención porque este enfoque se da por válido, no solo en muchos textos sino también en la práctica diaria de psicólogos y otros profesionales.

Recordemos que el mindfulness es una suerte de adaptación de la meditación trascendental que proviene de ámbitos como el budismo y el hinduismo. Se empezó a hablar de él en los años 70, cuando el doctor Jon Kabat-Zinn creó una técnica con el nombre de Reducción del Estrés Basada en la Atención Plena (REBAP).

La palabra mindfulness es un término de inglés arcaico que significa ‘atención’. Se ha entendido como “atención plena”, pues alude a ese principio de la filosofía zen. Sin embargo, su creador nunca se ha definido como budista ni como practicante de las tradiciones orientales. Podría decirse que el mindfulness es una interpretación particular de las mismas.

… “las conclusiones de nuestra investigación están muy lejos de validar muchas proclamas populares que suelen hacer los meditadores y algunos psicólogos”.

-Miguel Farías y colaboradores-

Hombre haciendo mindfulness

El mindfulness y las tradiciones orientales

Religiones como el budismo, el hinduismo o prácticas como el zen tienen una tradición milenaria. Lo que más se ha destacado en Occidente de ellas es la práctica de la meditación que, en todo caso, es muy diferente a la que se lleva a cabo en el mindfulness.

Lo cierto es que esas prácticas tienen un significado estrechamente ligado a las creencias religiosas y sagradas de quienes las llevan a cabo, en el contexto en donde surgieron. El mindfulness, en cambio, es una técnica simplemente. Y el interés por el que muchas personas acuden a ella es reducir el estrés.

El mismo creador del mindfulness lo definió como una técnica para disminuir el estrés. Sin embargo, esta práctica ha tomado múltiples formas y se ha entremezclado con otro sinfín de técnicas y creencias, dando lugar a una enorme variedad. Lo común en todas sus formas es esa búsqueda de “paz interior”  en personas ansiosas.

Mindfulness: en tela de juicio

Se cuentan por miles las personas en el mundo que aseguran haber experimentado una gran reducción del estrés y un “crecimiento espiritual” a partir del mindfulness. Pese a esto, un grupo de nuerocientíficos de Nueva Zelanda, Reino Unido y Nueva Zelanda llevó a cabo un metaanálisis al respecto. Los resultados se publicaron en Scientific Reports.

Un metaanálisis es un estudio de los estudios disponibles. Significa que se toman todas las publicaciones de investigaciones sobre el tema, se evalúa su validez y se examinan sus conclusiones. Al final, se hace un gran reporte sobre los hallazgos y se establece lo que se puede sacar en claro de todo ese material.

El metaanálisis sobre el mindfulness reveló que muchos de los estudios al respecto presentaban graves falencias. La más recurrente de ellas era el hecho de que quien elaboraba el estudio era una parte interesada en el mismo. Muchas de esas investigaciones eran hechas por los mismos instructores. Así mismo, había varias que no partían de un número representativo de casos.

Mujer haciendo mindfulness

Las limitaciones de la técnica

Otra de las fallas detectadas es que muchas de esas investigaciones comparaban lo que ocurría entre un grupo de personas que hacía mindfulness y un grupo que no lo practicaba. Lo adecuado en este caso era haber ofrecido alguna alternativa de relajación a este último grupo para contrastar los resultados al final. Sin embargo, esto no se hizo en varios de esos estudios.

Lo que los investigadores concluyeron finalmente es que el mindfulness no ofrece los beneficios que muchos le adjudican. No se llega ni a mayor espiritualidad, ni se desarrolla más empatía o más compasión con esta técnica. De hecho, los neurocientíficos dijeron que no producía más bienestar que un documental, el ejercicio físico o una psicoterapia.

Uno de los autores del metaanálisis fue Miguel Farías, de la Universidad de Conventry. Señaló que el mindfulness está lejos del budismo que se practica en Oriente y que en el hemisferio occidental ha sido abordado como una especie de gimnasia mental. Por lo mismo, no tiene los alcances de la meditación trascendental clásica.

Así las cosas, lo inquietante de la situación es que hay miles de publicaciones que exaltan el mindfulness. Al mismo tiempo, este metaanálisis aporta unas conclusiones rigurosas que contradicen esos textos. Sin embargo, esta práctica ha sido adoptada por mucha gente y es probable que prime la creencia en lugar de la evidencia.


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