Vidocq, biografía de un detective fabuloso

Lo más interesante de la vida de Vidocq es la metamorfosis que sufrió a lo largo de los años. Es un caso ejemplar de alguien que le dio un giro a los rasgos negativos de su carácter y los convirtió en virtudes que le consagrarían como un personaje único en la historia.
Vidocq, biografía de un detective fabuloso
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 01 septiembre, 2019

A Vidocq no solo se le considera el primer detective genuino de toda la historia, sino que su figura inspiró a Víctor Hugo para diseñar uno de los personajes de su famosa novela Los miserables. También  sirvió como fuente de inspiración para Honorato de Balzac y para Edgar Allan Poe, con los mismos fines.

Su verdadero nombre era Eugène-François Vidocq, pero pasó a la historia simplemente como Vidocq. Lo más llamativo de su historia es que comenzó como un delincuente avezado y los laberintos de la vida hicieron que después se convirtiera en el director de Seguridad del Estado de Francia, nombrado por el propio Napoleón Bonaparte.

Lo que se conoce de su vida llegó a nuestro tiempo gracias a una autobiografía que el propio Vidocq le encargó a un escritor fantasma. En ella se cuentan los pormenores de su vida que, sin duda, son fascinantes. No tanto su actividad detectivesca, sino su transformación como ser humano es lo que no deja de llamar la atención.

Asesino o detective: no hay otra elección para un hombre”.

-Roberto Bolaño-

Libro abierto

Vidocq, un delincuente más

De su infancia se sabe poco. Solo que nació el 23 de julio de 1775, en Arrás, Francia. Tenía un vecino que había nacido 16 años antes y se llamaba Robespierre. El mismo Robespierre que marcó un hito durante la Revolución Francesa. Aparentemente, una adivina profetizó que Vidocq tendría una vida tormentosa el mismo día en que nació.

Vidocq tuvo seis hermanos, dos mayores y cuatro menores. Desde muy joven se aficionó al juego y a las mujeres. Su autobiografía dice que comenzó a robar a la edad de 14 años y que las primeras víctimas fueron sus padres. Supuestamente, seguía el ejemplo de su hermano mayor.

Su padre tenía una panadería y Vidocq le robaba, particularmente, las monedas que había en la caja. Y, si no había dinero, se hacía con cualquier objeto que pudiera vender. Confesó que había robado y vendido los cubiertos de plata de su madre. También se autosecuestró y cobró su rescate.

La cárcel, una habitación frecuente

A los 15 años,  Vidocq intentó marcharse a América. Justo antes tuvo una juerga fenomenal y le robaron todas las pertenencias. Más tarde entró a trabajar a un circo en el que se volvió acróbata y más adelante se alistó en el ejército. Estando allí, un coronel lo golpeó y humilló públicamente. El muchacho respondió con un golpe aún más fuerte, lo que hizo que fuera a parar a la cárcel.

De la cárcel se fugó y fue a París. Los siguientes 10 años de su vida estuvieron dedicados al delito. Carterista, estafador, contrabandista y falsificador eran algunas de sus actividades. Varias veces fue a dar a la cárcel y siempre lograba huir. Por aquel tiempo enamoró a la hija de un conde, haciéndose pasar por noble. Al ser descubierto, huyó con una tripulación de corsarios, pero finalmente fue apresado de nuevo.

También intentó trabajar como comerciante, pero terminó nuevamente en la cárcel por sus actividades al margen de la ley. Poco después trató de convertirse en un honrado maestro, pero se propasó con las alumnas y por eso fue expulsado del colegio, sino del poblado.

Prisión

Un cambio sorprendente

Uno de sus amigos, César Herbeux, fue ejecutado públicamente por sus delitos. Esto motivó a Vidocq para dar un giro a su vida. A cambio de una amnistía por sus delitos, se convirtió en informador de la policía francesa. Esto ocurrió en 1809. Le cogió tanto cariño al oficio que en 1811 le propuso a su jefe la creación de un cuerpo de investigación. Así nació la Brigada de Seguridad de París, antecedente de todos los servicios de inteligencia en el mundo.

Vidocq introdujo una serie de prácticas de investigación que se siguen utilizando hoy en día. Entre ellas, los estudios de balística, técnicas de seguimiento, exploración de huellas, sellos de seguridad para los documentos valores y otros. Fue el primero en llevar un archivo de los delincuentes.

Para 1813, la delincuencia en París había disminuido en un 40 %. Ese mismo año Napoleón lo puso al frente de los servicios de seguridad del Estado. En 1833 dejó la policía y fundó la primera agencia de detectives de la que se tenga noticia. Hizo una gran fortuna, ya que su eficacia era casi del cien por cien.

Pasó los últimos años de su vida escribiendo novelas basadas en los casos que había conocido. Ocasionalmente colaboraba con la policía y con amigos personales que le pedían ayuda para resolver algún misterio. Murió el 11 de mayo de 1857. La historia de su vida ha inspirado varias películas y obras literarias.


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  • Coria, J. (2004).
  • De leyenda: Vidocq, de ladrón a policía: El primer detective privado
  • . Clío: Revista de historia, (35), 66-69.

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