William James y su fórmula para potenciar la autoestima

¿Cuál es la salud de tu autoestima? ¿Piensas realmente que eres capaz de alcanzar aquello que te has marcado como objetivo? William James, el padre de la psicología moderna, nos dejó una interesante teoría sobre ello.
William James y su fórmula para potenciar la autoestima
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 30 octubre, 2022

¿Cuántas metas y sueños has alcanzado? Nada es tan importante para el ser humano como percibirse competente para lograr aquello que desea. Bien es cierto que no siempre es posible tener éxito en cada reto que nos proponemos. A fin y al cabo, no somos superhéroes extraordinarios ni tenemos al genio de la lámpara maravillosa.

Sin embargo, el elemento mágico que facilita la tarea de conquistar una parte de lo que deseamos es la autoestima. Podríamos definir esta dimensión como la piedra angular del bienestar psicológico. Sin ella todo tiembla, todo falla y cualquier valía humana se desdibuja. Tengámoslo en cuenta, esta dimensión no consiste solo en la “capacidad de querernos y respetarnos”.

Autoestima es también la confianza que tenemos en nosotros mismos para ser quienes deseamos de verdad. Personas autorrealizadas, independientes, hombres y mujeres que logran sus objetivos y dan forma a la vida que les hace feliz.

Un aspecto que nos resultará interesante saber es que una de las primeras figuras de la psicología que profundizó en este constructo fue William James. Fue en 1890, cuando al publicar Los principios de la psicología nos aportó una fórmula, un recurso para evaluar nuestra autoestima.

“Solo hay una causa del fracaso humano. Y es la falta de fe en nosotros mismos”.

-William James-

William James pensando en la formula para potenciar la autoestima
William James aportó una visión original sobre cómo desarrollar la autoestima. Aquello que hacemos determinará la visión que tengamos de nosotros mismos.

Pon en práctica la fórmula para potenciar tu autoestima

Algo que no todo el mundo conoce sobre William James es que, durante una época de su juventud, barajó la idea de quitarse la vida. Pasó muchos años aquejado por extrañas enfermedades y notables sufrimientos; incluso arrastraba consigo una sordera parcial.

Su padre fue un teólogo perteneciente a la alta burguesía. Todo el mundo esperaba mucho de él; también de su hermano, el famoso escritor Henry James. Finalmente, llegó un momento en que, llevado por un acto de introspección, se dijo a sí mismo que aquella melancolía no era normal. Debía estar sufriendo algún tipo de enfermedad.

Fue entonces cuando se despertó en él un interés, una obsesión, una meta. Se puso como propósito vital conocer los mecanismos que regían la mente y el alma. Por ello, decidió formarse en psicología y filosofía.

En su obra más conocida, Los principios de la psicología (1890), aportó la que fue una de las principales definiciones de la autoestima. Lo conceptualizó a través de una fórmula que, aún ahora, nos parece tan interesante como práctica. Para William James, el bienestar con nosotros mismos se sustenta en las aspiraciones que tengamos y los logros que somos capaces de conquistar.

Profundizamos un poco más en su conocida fórmula para potenciar la autoestima.

Para William James la autoestima partía de la siguiente formulación: Autoestima=Logros/Aspiraciones.

Importa lo que haces, no tanto lo que eres

En la actualidad, muchos adolescentes vinculan la autoestima con la imagen corporal. Asumen que, para trabajar esta área, basta con aceptarse tal y como son. Ahora bien, aunque es cierto que este constructo incluye la autoaceptación física, hay muchas más áreas que la conforman y que no podemos descuidar.

William James insistía en que la felicidad y el bienestar parten de lo que hagamos en la vida. No importa quiénes seamos o cómo seamos, importa qué hagamos con nuestras vidas. Y es ahí cuando llega la mayor responsabilidad de todas:

  • Debemos preguntarnos qué es lo que nos gusta y qué es lo que se nos da bien. Solo entonces podremos orientar todas nuestras energías hacia esas metas. Él encontró el sentido a su vida en el momento en que clarificó un propósito: quería conocer los misterios de la mente humana.
  • James insiste en que siempre llega un momento en nuestra existencia en el que debemos preguntarnos “qué es lo que actúa como nuestra salvación”. Ese será el instante en que hallaremos el mejor motivador para crecer como personas.
Chico caminando entre montañas aplicando la regla de Ricitos de Oro
La autoestima necesita acción y movimiento, según William James.

Sé realista en tus pretensiones

La fórmula para potenciar la autoestima de William James es el cociente entre nuestros éxitos y aspiraciones. Es decir, a medida que vamos conquistando las metas a las que aspiramos, la autoestima se eleva. Pero cuidado, porque a menudo, nuestras pretensiones o sueños pueden ser poco realistas y entonces, el fracaso minará la visión positiva que tenemos de nosotros mismos.

Evitemos marcarnos, por tanto, metas demasiado elevadas o claramente imposibles. Es bueno tener aspiraciones, pero procuremos que estas se ajusten a nuestras competencias y habilidades.

Tal y como nos explica William James en Los principios de la psicología, son muchas las personas que ocupan sus esfuerzos en tareas que no corresponden a sus puntos fuertes, y ahí es donde todo se desmorona. Asimismo, también es decisivo considerar otro aspecto. A medida que la autoestima crece en cada logro, es bueno aumentar el desafío. Es así como alcanzamos la excelencia.

A veces nos ponemos en mente sueños del todo irreales que, además, poco tienen que ver con nuestras habilidades. Debemos ser congruentes y focalizarnos en objetivos realistas que se ajusten a nuestras valías. Solo así lograremos éxitos y nuestra autoestima se mantendrá fuerte y saludable.

Ve más allá del miedo y recuerda tus fortalezas

Martin Seligman nos habla de la fórmula para potenciar la autoestima que emplea William James en su libro Niños optimistas (2011). Un artefacto que nos recuerda que una tarea que tienen los padres y educadores con los más pequeños es fomentar su autoeficacia y su autoconfianza. Si aprenden desde edades tempranas que son capaces de realizar tareas por sí mismos, se sentirán competentes y desarrollarán una imagen positiva de sí mismos.

Las personas estamos obligadas a sortear infinitas dificultades y miedos en el día a día. Es cierto que fracasaremos en muchos de nuestros desafíos. Habrá, incluso, sueños que deberemos dejar de lado para plantearnos otros. Sin embargo, es esencial que confiemos en nuestras valías y fortalezas. Somos lo que logramos en el pasado y también aquello que nos proponemos ahora.

Por ello, en esas épocas en que nos sintamos estancados y desconfiemos de nosotros mismos, vale la pena echar la mirada atrás. Hemos tenido más de un éxito y somos hábiles en más de un área. ¿Por qué no confiar de nuevo en nuestras fortalezas y plantearnos nuevos retos? La autoestima necesita acción y movimiento, según William James. Pongámonos en camino.


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